El Ayuntamiento de Pamplona, en colaboración con la Fundación Banco de Alimentos, ha puesto en marcha un punto de reparto de alimentos de emergencia en el local municipal de la calle Bartolomé de Carranza, 66, en Ermitagaña. Este servicio atiende a unas 300 familias en situación de exclusión social derivadas del Banco de Alimentos que no llega a cubrir su manutención.

Las familias que acuden a esta ayuda municipal reciben cada mes un lote de productos básicos compuesto por pan, pasta, aceite, galletas, atún, azúcar, huevos, garbanzos, lentejas, arroz, alubias, yogures o papel higiénico entre otros. En el caso de que las familias tengan niños y niñas, se añade a la cesta “un pack, una bolsa especial” con leche, cola cao, zumos, cereales o mermeladas. Todos estos alimentos son proporcionados por el Banco de Alimentos de forma quincenal.

Además, el lote se completa con productos frescos, ecológicos y de kilómetro cero de la Escuela Taller de Horticultura, un recurso municipal de formación y empleo a personas de 16 a 30 años que dispone de viveros en Aranzadi. Cada mañana, los jóvenes traen lechugas, escarolas, borrajas, acelgas, guisantes o cebollas. “Los aceptamos encantados siempre que no nos obliguen a almacenarlo o conservarlo porque no tenemos espacio. Aún nos estamos instalando”, explica Fermín, encargado del punto de tajo. También han llegado a un acuerdo con el huerto comunitario de Ermitagaña.

Entrega presencial

Una vez que los lotes están listos, se envía un SMSa cada familia con el día y la hora a la que deben recoger los alimentos. La mayoría se llevan todos los productos, aunque a las afueras del punto de recogida hay una caja grande de cartón donde se pueden depositar lo que no se vaya a consumir. “Dejan algunos alimentos porque no les gustan o por motivos religiosos, como el cerdo”, señala Fermín. Estas familias pueden coger otros productos de la caja.

A pesar de que el punto de reparto se sitúa en Ermitagaña, el servicio municipal atiende a personas en situación de exclusión social de toda la ciudad. “Normalmente, la primera quincena la dedicamos a la zona norte de Pamplona y la segunda a los barrios del sur. Llegamos allí donde no llegan las entidades sociales”, asegura.

“Sinergias sociales”

El local municipal lo gestiona un nuevo tajo de actividad del programa de Empleo Social Protegido, que ha supuesto la creación de tres puestos de trabajo que ocupan personas en riesgo de exclusión, además de una persona encargada y una trabajadora social. “De esta manera, se crean sinergias sociales. Se da alimentos a las personas más vulnerables y empleos a quienes no los tenían”, aseguró ayer la concejala de Servicios Sociales, Acción Comunitaria y Deporte, María Caballero, durante la visita que realizó ayer la Comisión de Asuntos Ciudadanos al punto de reparto de alimentos.

En ese tajo se pretende formar a los trabajadores en técnicas de almacenaje y distribución, en manipulación de alimentos y en conocimientos trasversales para que afronten en mejores condiciones su incorporación laboral una vez finalicen su estancia en el programa.