Una buena tromba de agua matutina para embarrar los últimos preparativos y una concurrida manifestación vespertina marcaron la víspera del Gran Premio de las Murallas de Pamplona, “el evento más importante de la historia de la hípica navarra”, destacó en un comunicado el Centro Ecuestre Cizur, organizador de la competición. Hasta el 12 de septiembre unos 300 jinetes y amazonas se citan en los fosos de la Ciudadela en las categorías de Salto de Obstáculos, Doma Clásica y Doma Paraecuestre. Con entrada libre previo control de aforo y jornadas gratuitas de entrenamiento y Bautismo Hípico abiertas a la ciudadanía.

La cita no está exenta de polémica. La mayoría municipal ha denunciado falta de información y el Ayuntamiento patrocina el evento. Con la ex edil y ex parlamentaria de UPN, Amaya Otamendi, tramitando la instancia de solicitud de organización al Consistorio, gobernado por Navarra Suma.

Desde el Centro Ecuestre Cizur destacaron el carácter deportivo del gran premio y negaron cualquier vinculación política. “Amaya Otamendi trabaja y está participando en la obra, forma parte de una de las empresas que patrocina y está dentro del evento, como cualquier otra empresa”, dijo Marta Erroz, codirectora del evento y de Centro Ecuestre Cizur. Quiso dejar claro que “quien solicita y tiene la autorización es el Centro Ecuestre”, y que su única pretensión es “acercar el caballo a la gente de Pamplona, que conozcan este mundo. Y hacerlo en los fosos de la Ciudadela es una suerte”, dijo. Por último, negó “el estereotipo de que es elitista. La creación de las escuelas de equitación ha abaratado mucho este deporte. La cuota mensual que paga la gente para venir aquí a montar es la misma que la de un gimnasio”.

Imagen de la manifestación en Pamplona. Unai Beroiz

Manifestación

No opinaban igual los numerosos vecinos que se acercaron a la manifestación contra “una imposición del Ayuntamiento. Todo lo que tiene que ver con éste acto, poco tiene que ver con el modelo de ciudad y de cultura que se impulsa desde el movimiento popular”, dijeron. “No podemos obviar que históricamente la hípica ha sido el deporte de la aristocracia y de las élites económicas, y hoy en día así lo sigue siendo. En Iruñea no necesitamos actos que den más espacio y protagonismo a esta gente”, explicaron también.

Denunciaron la “preocupante gestión del dinero público”, que “parece que responde a intereses políticos y económicos concretos”, y opinaron que “los caballos han nacido para correr en libertad, no para pasar su vida al servicio de nadie”. Criticaron la “dudosa” gestión de Navarra Suma: “relación entre las empresas privadas que están en la organización y miembros de UPN, la financiación... También, queda a la vista el cambio que ha generado la infraestructura en la Ciudadela. La arena, a parte de destruir el jardín, ha afectado a los sapos y otros animales. ¿Cómo se va reparar el daño causado?”, preguntaron.

“La Hípica no tiene ninguna relación con la identidad de esta ciudad: No entendemos qué relación tiene con Iruñea, ni qué interés hay detrás de querer hacer este acto en el centro. Necesitamos una Iruñea habitable para todo el mundo. No queremos una ciudad al servicio de las elites. Necesitamos actos creados del pueblo y para el pueblo, basados en la participación y que no creen más desigualdad, sino que la combatan”. “No es sólo Hípica, es qué Iruñea queremos. Repetiremos alto y claro, hipikarik ez! ¡No a la hípica!”.