El primer sistema público de bicicleta eléctrica ha irrumpido con fuerza en Pamplona: 30.000 usuarios y más de 200.000 viajes en apenas nueve meses. Sin embargo, la alta demanda ha generado un problema que ni el Ayuntamiento de Iruña ni RideOn, la empresa que gestiona el sistema, son capaces de solucionar por ahora: bases en las que no hay ninguna bicicleta eléctrica disponible y anclajes que están repletos y no se puede aparcar.

Este contratiempo se da sobre todo los fines de semana y guarda una estrecha relación con el ocio y la socialización en el centro de la ciudad. Cada vez son más los ciudadanos que utilizan este medio de transporte para subir a potear al Casco Viejo y las bicicletas se concentran en unas estaciones determinadas: Carlos III frente al Teatro Gayarre, la Plaza de Toros o Compañía, donde los jueves, viernes y sábados a la tarde-noche es muy difícil aparcar.

Como consecuencia, muchos usuarios se ven obligados a trasladarse a los anclajes de la calle Nueva –frente al parking del Rincón de la Aduana–, la Plaza de la Cruz, la calle Tudela –en las inmediaciones del Corte Inglés– o Carlos III en las intersecciones con las calles Leire y Gorriti.

Con el paso de las horas, las bases del centro de la ciudad se van vaciando y más allá de las doce o una de la madrugada es difícil encontrar bicicletas libres en las estaciones del Teatro Gayarre, Compañía, Plaza de Toros o Rincón de la Aduana. Los pamploneses más rezagados se tienen que resignar y buscar otra alternativa de transporte para volver a casa porque si quedara alguna bicicleta eléctrica libre en el Casco Viejo tampoco les serviría de mucho porque las bases de los barrios como Mendillorri, San Jorge o Buztintxuri suelen estar bastante llenas.

Estación de Antoniutti totalmente vacía a la noche. La mayoría de las bicis están en los barrios. Redacción DNN

Escenas de película

Esta situación ha generado escenas de película. Carlos Huarte, vecino de San Jorge, dormía en su casa cuando a las tres de la mañana sonó su teléfono móvil. “Dos amigas mías habían bajado en bicicleta eléctrica desde el centro a San Jorge y Buztintxuri. No podían aparcar en ninguna base, ni la de la estación de RENFE estaba libre, así que me llamaron”, recuerda Carlos. Sus dos amigas volvieron a subir al centro y Carlos, con las legañas recién quitadas, les recogió y les llevó a casa. “En vez de ser una solución, creas un problema”, lamenta.

“Todos los sábados a la noche es lo mismo. Hay una pelea para coger la última bici eléctrica”

CARLOS HUARTE - Vecino de San Jorge

Carlos señala que esta situación se repite cada fin de semana. “Todos los viernes y sábados es lo mismo. Hay una pelea por ver quién coge las últimas bicis del centro. Si consigues una, no sueles encontrar sitios libres en los barrios. Es peor el remedio que la enfermedad”, critica.

Para evitar estos inconvenientes, reclama a RideOn que implante un servicio nocturno que redistribuya las bicicletas con una furgoneta. RideOn ya intenta equilibrar las estaciones y transporta bicicletas que se encuentran en bases llenas a otras que cuentan con anclajes libres. Pero a la noche parece que no dan abasto.

“Si de lunes a viernes vuelvo más tarde de las diez, solo suele haber uno o dos sitios libres”

Maite Equísoain - Vecina de Mendillorri

Esta circunstancia también se produce entre semana con menor intensidad. Los ciudadanos se desplazan al centro a realizar recados o por motivos de ocio y a la vuelta encuentran dificultades para aparcar. “Si vuelvo más tarde de las diez de la noche, suele haber uno o dos sitios libres. A veces no hay ninguno y tengo que ir a otra estación. Son diez minutos andando, pero me gustaría poder aparcar en casa”, comenta Maite Equisoain, vecina de Mendillorri.