Este domingo, vuelve la feria de artesanía a la plaza San José del Casco Viejo, dentro de las actividades programadas para la celebración de San Fermín Txikito 2022. Su organización depende de personas como Cristina Baos, una de las coordinadoras, quien explica que la feria tiene dos requisitos. El primero, que “los productos sean 100% artesanos y hayan sido creados por el propio vendedor”, de manera que “quien dirige el puesto de venta pueda explicar a las personas que se acercan a él cómo ha fabricado el producto”. El segundo es “que sea un encuentro inclusivo” en el que “en cada ocasión haya artesanos nuevos y diferentes y estos vayan rotando”.

Logo de Sebinze Txokoa, entidad encargada este año de la organización de la feria

ORGANIZACIÓN

Baos explica que el primer paso a la hora de diseñar la feria “consiste en que una entidad delegue el permiso para poner en marcha el evento y gestionar y ubicar el espacio destinado a tal efecto”. Este año, por ejemplo, la entidad delegadora ha sido la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo (Alde Zaharra).

Después, la segunda fase “pasa por lanzar por email el anuncio de la feria y dar los datos de inscripción para quien pueda estar interesado en participar”. Baos se declara sorprendida porque “este año ha habido un gran número de solicitudes, de las cuales solo se han podido seleccionar un total de 44, mientras que el resto se ha tenido que quedar fuera”.

La selección tiene en cuenta “la clasificación según los productos”. Estos se dividen en dos categorías. Por un lado están “los alimentos, tipo talo, queso, miel, repostería y cerveza”. Por otro, se encuentra “la artesanía, con bisutería, cuero, cosméticos, fieltro, ganchillo, joyería, madera, marionetas, orgonitas, pintura, reciclaje, serigrafía y textil, entre otros”.

El primer criterio para elegir quién puede tomar parte en la feria es “que distribuya productos locales”. El segundo es “el sentido común; por ejemplo, que cada puesto de bisutería sea diferente, o que cada puesto de queso se especialice en un tipo, de vaca, oveja o cabra”.

PANDEMIA

Cristina Baos indica que “la pandemia ha afectado mucho al colectivo feriante, porque este se mantiene de estar en la calle y en contacto directo con la clientela, cosas que el virus hizo que desaparecieran por completo a causa de los cierres”. Muchos “han tenido que dejarlo y han buscado otras actividades a las que dedicarse”, explica.

En 2020 no hubo feria de artesanía, mientras que la del año siguiente “fue pequeña y tuvo que estar muy controlada”. Además “solo se pudo celebrar en exteriores, pero no en interiores”.

Por tanto, Baos retoma la feria “con ilusión y ganas”. Añade que “algunos feriantes han aprovechado este tiempo de parón para reinventarse y poder estructurarse mejor”. Y concluye diciendo que “la reapertura está siendo muy bien recibida por toda la gente”.