Christian Garrido, 37 años, siempre ha sido un enamorado de la fotografía. De pequeño, cogía prestada la cámara analógica de su abuelo e inmortalizaba las excursiones del colegio. “Era una pentax con uno o dos objetivos que no estaban nada cuidados”, recuerda.

En la actualidad, viaja por América, África y Asia fotografiando paisajes, ciudades y personas con un enfoque costumbrista. Sus aventuras se pueden contemplar en la Biblioteca de San Francisco de Pamplona, que hasta el 25 de noviembre acoge una exposición de 30 imágenes. 

A Christian la fotografía le ha atraído desde pequeño y empezó a sacar imágenes en los viajes escolares. “Me llevaba la cámara y sacaba a lo que fuera. Muchas veces, volvía a casa, revelaba las fotos y no se podía aprovechar ninguna porque aparecían dedos o estaban borrosas”, rememora Christian, que aún conserva algunas fotografías.

“De Cabarceno no se salva ninguna. Se pueden intuir los animales porque sabía que íbamos allí. El resto, son paisajes borrosos desde la ventana del autobús”, describe. 

Christian Garrido en un viaje en el sureste asiático Diario de Noticias

En 2005, se compró su primera cámara digital y en 2008 comenzó a viajar fuera de Europa una vez al año. “Al principio, iba con mis tíos, fueron la semilla para el camino que he recorrido después”, agradece. En esos viajes, sacaba fotografías a paisajes y naturaleza “a modo de recuerdo y sin ninguna intención artística”. 

Christian comenzó a tomar instantáneas con un propósito artístico en Camboya 2010. “Algunas fotos tenían un carácter distinto, eran visualmente atractivas. Las edité, revelé y realicé un cuaderno de postales”, explica. Desde entonces, la fotografía se convirtió en el incentivo principal para viajar por medio mundo. 

La exposición está compuesta por paisajes de México, Marruecos, Camboya, Cuba o Sri Lanka. “Me gustan estos países porque son entornos naturales, coloridos y con un toque tradicional que se inmortalizan muy bien”, asegura. 

También hay imágenes de personas realizando actividades cotidianas como barrer, leer el periódico, charlar, echar la siesta en un banco o cortar el césped de la ciudad arqueológica de Chichén Itzá. “Son las más difíciles de conseguir porque te tienes que ganar su confianza y son fruto de la improvisación. Pero son las más atractivas porque siempre hay una historia detrás”, afirma. 

Loquillo

Además de los viajes, Christian acude a conciertos y fotografía a cantantes como Loquillo. Una de sus instantáneas ilustra el fondo de la cuenta de Twitter del artista catalán. “El año pasado fui a un concierto suyo y subi unas fotos en Instagram. De repente, me escribió y me pidió unas imágenes”, indica