El parque de las Pioneras de Pamplona sigue presentando un estado “lamentable” dos años después de que los grupos municipales acordaran por unanimidad tomar medidas para mejorar su limpieza y mantenimiento, que ya entonces no era el adecuado.

La Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Pamplona celebrada este miércoles ha aprobado una iniciativa de EH Bildu para solicitar otra vez al equipo de Gobierno que adopte las medidas necesarias para garantizar su mantenimiento, además de responsabilizar al alcalde Enrique Maya y al concejal Fermín Alonso del estado que presenta en la actualidad.

La propuesta ha sido aprobada con el voto añadido de PSN y Geroa Bai, mientras que Navarra Suma ha votado en contra. 

Debate en la Comisión de Urbanismo

El concejal abertzale Borja Izaguirre ha sido el encargado de presentar la iniciativa, recordando que desde el principio “el parque ha venido adoleciendo de continuos problemas de limpieza y mantenimiento”, lo que ha vinculado al modelo de gestión privatizada del mantenimiento del parque.

“Han transcurrido 2 años y la verdad es que el estado del parque ha empeorado hasta el punto de poderlo definir como de total abandono” ha asegurado Izaguirre mientras mostraba algunas imágenes del parque.

Otro detalle del estado que presenta la zona verde. Unai Beroiz

El concejal Alonso ha reconocido que faltan por consolidar los caminos peatonales del parque, lo que ha cifrado entre 75.000 y 100.000 euros; y sustituir las plantaciones de boj una vez comprobado que no han rebrotado (el coste es similar a la anterior intervención).

El representante de Navarra Suma ha defendido la gestión municipal y ha asegurado que se han tramitado 34 requerimientos a la empresa encargada del mantenimiento.

Xabier Sagardoy (PSN) también ha lamentado que el parque siga igual de mal que hace dos años y ha acusado a Fermín Alonso de no cumplir su palabra pese a comprometerse a ello en 2020.

En la misma línea, Javier Leoz (Geroa Bai) ha criticado la falta de intervenciones y ha cometado con rotundidad que el sistema de mantenimiento ha resultado un fracaso. “Es preferible que el Ayuntamiento se haga cargo del mantenimiento, en vez de que lo haga la empresa que lo constuyó. Así no puede ser”.

El parque, de 82.500 metros cuadrados, fue inaugurado en 2015 y dos años después pasó a llamarse ‘Parque de las Pioneras’, en honor a seis mujeres de distintas procedencias y que vivieron en siglos diferentes, pero cuya trayectoria vital abrió caminos a otras mujeres, más allá de las convenciones sociales del momento.

Acuerdo unánime en 2020 para tomar medidas

En octubre de 2020, el Ayuntamiento se comprometió ayer a tomar las medidas necesarias para mejorar la limpieza, el mantenimiento y la iluminación del parque de las Pioneras.

La iniciativa fue presentada por el grupo socialista en la Comisión de Urbanismo y fue aprobada por unanimidad.

Los arbustos del parque y el terreno. Unai Beroiz

El Ayuntamiento comenzó en marzo de 2021 la plantación de diferentes especies de arbolado para generar un bosquete o bosque de recreo. Estas labores se realizaron en la zona este del parque, en el gran espacio circular central, y en sus inmediaciones, frente a las casas del Soto de Lezkairu.

Hubo una una plantación de frondosas, con ejemplares de especies poco frecuentes en Pamplona, que sustituyeron a los arbustos de boj plantados en origen y afectados por la plaga de la oruga del boj.

En el anillo exterior de la pradera circular, y en zonas anejas, se ubicaron además especies arbóreas de coníferas, con ejemplares de fresnos, cedros o secuoyas, entre otros.

Seis mujeres de la historia de Pamplona

Son seis las mujeres homenajeadas en el parque.

María de Lucea (Pamplona, siglo XIV) fue costurera, bordadora y cordonera para la Casa Real en tiempos de Carlos III y Leonor de Trastámara. Ejerció su trabajo en Pamplona durante más de 30 años.

Martija de Jauregui (siglo XVI) era curandera, lo que le valió ser procesada por la Santa Inquisición. Especializada en ginecología, trabajó en Pamplona, Tierra Estella, la Barranca y Huarte Araquil y era bien conocida por sus hierbas medicinales.

Las dos siguientes pioneras pertenecen al siglo XIX. Francisca Sarasate Navascués (A Coruña, 1853-1922) comparte los ilustres apellidos, que no la fama, de su insigne hermano Pablo. Escritora prolífica, tanto en narrativa como en poesía y premio Pluma de Oro en el Centenario de Santa Teresa, fue fundadora y directora de la publicación de moda La Gaceta de París (1879).

Uno de los paneles con la trayectora de las mujeres que dan nombre a las plazuelas, en la apertura oficial en 2017 de los distintos espacios dedicados a las seis mujeres que dan nombre al parque de las Pioneras. Javier Bergasa

Francisca Sarasate fue coetánea de la siguiente mujer reconocida en este parque Julia Fernández Zabaleta (Pamplona, 1898-1961). Fernández Zabaleta fue un pilar de uno de los campos que más ha ayudada a la lucha de las mujeres: la instrucción, además de luchar por la promoción del euskera. Maestra nacionalista nacida en la calle Dormitalería integró en su discurso personal y profesional el feminismo social del momento. Becada por el Ayuntamiento de Pamplona conoció en Barcelona a la pedagoga María Montesori, cuyo novedoso método de enseñanza, aún vigente, incorporó a sus clases en las escuelas municipales de San Francisco. Fue destituida de su plaza en 1936 como ‘desafecta al régimen’ por su compromiso político nacionalista y excomulgada pese a ser profundamente religiosa. Durante la II Guerra Mundial dio cobijo a refugiados de los regímenes fascistas.

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Ya nacida en el siglo XX, Rita Aguinaga Viliato (Tuy, Pontevedra 1912-1986) entró como cantante solista en el Orfeón Pamplonés cuando esa institución se abrió a las mujeres en 1903; actuó también con la Pía Unión Misionera de los Claretianos y la Orquesta Santa Cecilia. Además, su figura es relevante en el impulso de las Emakume Abertzale Bazta (Asociación de Mujeres Patrióticas), organizando actividades culturales en Navarra, una de ellas la puesta en escena de la obra de Arturo Campión ‘Pedro Mari, junto con Estanis Aranzadi.

Entre el siglo XX y el XXI se desarrolló la vida de María Josefa Molero Mayo, química nacida en Isaba (1921-2011). La represión tras la Guerra Civil se cebó en su familia. Pese a ello en tres años hizo la carrera en la Universidad Central de Madrid (1940-1942), donde se doctoró con un premio extraordinario. En un mundo profesional de hombres, acabó trabajando en Oxford de dónde no regresaría hasta los años 50. Su labor de como investigadora y creadora de institutos científicos, le valió reconocimientos internacionales y nacionales. Su trayectoria contribuye a romper estereotipos que aún pesan sobre las mujeres en la ciencia.