Sheila Millo es, en el mejor sentido de la palabra, una monstrua de las galletas. No porque tenga parecido alguno con el simpático personaje de Barrio Sésamo que las devoraba, sino porque es una auténtica artista de las cookies, tanto que ha hecho de ellas su nueva forma de vida. 

Primer plano de las especialidades de Sheila Millo, que se preparan por encargo.

Cookie Life abrió en febrero como obrador y tienda de galletas en la calle Torralba del Río de la Txantrea, y ahora va consolidándose como uno de los hornos de referencia para muchas cafeterías de la ciudad. Suministran ya sus especialidades a negocios como Macchiato Coffee Shop, en Iturrama, y a Donde María, en Ansoáin. De momento cookies y brownies, principalmente, aunque también bizcochos, y poco a poco van abriéndose camino en el mundo de las tartas personalizadas. “Es un tipo de repostería que huye de lo industrial. Hacemos todos los dulces a diario”.

Imagen de las distintas variedades de cookies que salen del obrador de Sheila Millo. UNAI BEROIZ

Cookie Life, algo así como vida de galleta, nació precisamente de una necesidad vital: “Sheila, mi mujer, se quedó sin trabajo en la pandemia”, explica Axier González, la otra mitad de la empresa. Formada en marketing e informática, trabajaba en un centro de formación y lo que entonces fue un gran problema, se acabó convirtiendo en una oportunidad. Los dueños de Pastas Lecumberri se jubilaban y dejaban vacío el local de la calle Torralba del Río, y “lo vimos claro. Porque cuando se cierra una puerta se abre una ventana”, señala González. Las familias de ambos se pusieron manos a la obra y dieron la vuelta al viejo obrador. “Nosotros hicimos de todo, tipo auzolan, y hasta Sheila puso ella misma la cerámica del suelo”, recuerda. 

Sheila con una bandeja llena de galletas recién horneadas, en el obrador de la Txantrea.

Txantreano también, Axier González forma parte del departamento de Comunicación de Osasuna, es experto en redes, marketing y audiovisual, y podía contribuir a lanzar y difundir el negocio de Sheila:“Le dije ‘yo te puedo ayudar en esto, en la web, en la imagen corporativa...’, pero de puertas para adentro ella controla todo”. Era el momento, porque “hasta entonces no nos habíamos atrevido a dar el paso”. 

"Se trata de un tipo de repostería que huye de lo industrial. Hacemos todos los dulces a diario"

AXIER GONZÁLEZ - Cookie Life

Sheila, que ya era aficionada al mundo de la repostería, como hobby, acabó dedicándose a esto como profesional. Todo de forma “autodidacta”. Y no hay horas al día suficientes para sacar adelante el trabajo. “Porque cuando no está preparando pedidos, está formándose, mirando por Internet, experimentando... Cuando eres autónomo sabes cuándo entras pero no cuándo sales”. En este momento, Cookie Life ofrece hasta 8 tipos de galletas, 4 de brownies (los hay hasta de caramelo salado), la tarta red velvet y la carrot cake, y más adelante “nos meteremos en las tartas personalizadas, pero hasta que no tengamos a otra persona, no podemos”.

Encargos bajo pedido

Cookie Life, de momento, funciona bajo pedido (con 24 horas de antelación en el 611 616 105 o su tienda online cookielife.es), que se recogen en la tienda de la Txantrea. Sin embargo, confían en que cuando se construya el desarrollo de Txantrea Sur, puedan tener la tienda abierta al público de forma permanente, pero ahora “estamos a ver a qué nivel llegamos”. Además, añade que “estamos mirando para implementar la entrega a domicilio con los repartidores en bicicleta de Ziclo-p. Está en el aire, pero igual lo conseguimos para estas Navidades”. 

Fachada del obrador de Cookie Life, en la calle Torralba del Río de la Txantrea.

Porque las galletas, y los dulces en general, en Navidad son uno de los productos estrella, así que la oportunidad es estupenda para que Cookie Life despegue del todo: “Las cookies a demanda pueden ser un buen regalo como aguinaldo de una empresa, a un familiar...”, opina Axier. De hecho, la peña El Txarko ya les hizo un gran pedido para una comida de los socios. Fue en las fiestas de Ansoáin de este año y se repartieron hasta 250 de ellas. Una celebración con sabor dulce.