UPN y PP defendieron la masificación de eventos y bares en el Casco Viejo y apostaron por los apartamentos turísticos en el debate organizado el martes por AZ Sare Komunitarioa. El bloque progresista reconoció la “saturación”, abogó por celebrar los eventos en otros barrios y se comprometió a no conceder más licencias de hostelería. 

Los 11.426 habitantes del Casco Viejo, el 5,6% de la población de Pamplona, “soportan” el 85% de los eventos que se organizan en la ciudad. UPN y PP defendieron la masificación y que los actos se celebrasen en el centro.

“El Casco Antiguo es el corazón de la ciudad y muchos ciudadanos quieren que los eventos se celebren por el centro. Les entendemos”, señaló María Caballero, número 3 de UPN al Ayuntamiento de Pamplona.

Los organizadores de actos quieren que se les vea. Además, deben ser sitios bien comunicados y con fácil acceso. No se pueden llevar a los barrios”, incidió Carmen Alba, número 2 del PP a la Alcaldía de Iruña.

La derecha también rechazó que estas celebraciones fueran “ajenas” al vecindario, como defienden desde AZ . ¿El recibimiento de Osasuna en el Ayuntamiento es un evento ajeno al Casco Viejo? Los vecinos del centro también forman parte de Pamplona y de lo que pasa en la ciudad”, incidió UPN. 

El resto de partidos sí que reconocieron la masificación que sufre el vecindario. “Hay que descongestionar el corazón de la ciudad. Las carreras no tienen que terminar en la Plaza del Castillo”, apuntó la cabeza de lista del PSN, Elma Saiz.

“Los datos son demoledores y están lejos del equilibrio. Que el Casco Viejo sea de todos no justifica que los eventos solo se celebren en el Casco Viejo. Debemos promocionar otros escenarios como La Runa, Antoniutti o la Ciudadela”, afirmó el candidato de EH Bildu, Joseba Asiron.

Txema Mauleón, líder de Contigo, fue más allá y reclamó que todos los barrios contaran con bulevares peatonales como Carlos III: “Muchos actos se podrían hacer en los barrios populares si contaran con infraestructuras de calidad”.

Geroa Bai también apostó por sacar los eventos del Casco Viejo, defendió que el derecho al descanso de los vecinos es más importante que el del ocio y criticó el “sectarismo” del Ayuntamiento, que esta legislatura ha prohibido actos populares organizados por colectivos vecinales. “Navarra Suma ha favorecido a unos y ha perjudicado a otros. Basta ya del favoritismo de la derecha”, lamentó Koldo Martínez, que recordó que UPN ha gobernado gracias al PSN. 

“Saturación hostelera”

Los vecinos del Casco Antiguo también critican la “saturación y proliferación” de locales de hostelería. En concreto, hay 222 bares y restaurantes, 35 de ellos en San Nicolás. 

EH Bildu recordó que en 2007 la alcaldesa Yolanda Barcina dejó sin efecto la Ordenanza de saturación de actividades hostelero recreativas en el Casco Viejo, vigente desde 1987. “UPN abrió la veda y proliferaron los bares especiales. En 2015, pusimos en marcha la moratoria a nuevas licencias de hostelería”, indicó Asiron.

“Los intereses económicos del sistema capitalista no pararán de presionar para hacer negocio en el Casco Viejo. Si no ponemos coto a este tipo de proyectos nos quedaremos sin vecinos”, avisó Mauleón. 

El bloque progresista reconoció el problema de convivencia que generan los bares, se comprometió a no otorgar más licencias y vigilará con más eficacia que se cumplan los permisos, sobre todo de locales que en teoría son cafeterías pero que a las noches se convierten en discotecas.

Además, Geroa Bai alertó del aumento de tiendas que venden alcohol y que “sirven para que los menores beban en la calle”.

División con las terrazas

Las terrazas generaron más controversia y solo EH Bildu y Contigo Iruña defendieron que había demasiadas. “El equilibrio se perdió hace tiempo”, lamentó Asiron. “Los hosteleros están pagando poco por tener una terraza. Les sale muy barato y se debería aumentar la tasa”, opinó Mauleón. 

El resto de partidos negaron la “saturación” y defendieron que se concentraran en el Casco Viejo. “El centro de la ciudad es el centro de la ciudad. Cuando viajamos nos sentamos en una terraza en el centro. Y eso queremos para Pamplona”, aseguró UPN. “Después de la pandemia, han cambiado los usos. Nos gusta más consumir en el exterior que en el interior”, subrayó el PSN. 

Para Geroa Bai, las terrazas no eran el problema, sino los toneles a las afueras de los bares. “La gente se concentra en la barrica y bebe más allá del espacio limitado por la licencia de apertura. Se ocupa demasiado espacio público y se incrementa el ruido. Hay que cumplir la normativa”, exhortó Koldo. En la misma línea opinó el PP: “Están pensados para una persona, no para diez. Hay que vigilarlos específicamente”. 

Además, estas formaciones alertaron de que demasiados ciudadanos potean en la calle. “Lo que perjudica a los vecinos es el botellón, no la hostelería. Apostamos por un mayor control policial”, avanzó el PP. “Nos preocupa la gente que bebe sentada en Navarrería. Las terrazas ayudaron a ordenar la plaza”, defendió Caballero.

Geroa Bai deseó que el próximo Instituto Navarro de la Memoria, ubicado en el Palacio de Marqúes de Rozalejo, cambiara “el sentido” de Navarrería: “El Casco Viejo está centrado en el alcohol. Debemos apostar por un cambio cultural y social. Que cuando pensemos en el Casco Viejo no solo se nos vengan bares a la cabeza”, reflexionó Koldo. 

Pisos turísticos

La última parte del debate giro entorno a los elevados precios del alquiler y a la “proliferación” de los apartamentos turísticos. En una década, el Casco Viejo ha pasado de 0 a 131 pisos, el 57,20% de las 229 viviendas turísticas de Pamplona.

UPN y PP defendieron que no generaban “ningún problema” al vecindario y que no había que “alarmar” y Geroa Bai señaló que suponían el 0,2% del parque de vivienda de Pamplona. “No se puede hablar de saturación. Ojo con promocionar la turismofobia”, avisó Koldo. 

EH Bildu recordó que en 2007 UPN permitió “abrir hoteles en cualquier lugar y en cualquier planta” y que el cuatripartito impuso una moratoria de nuevas licencias turísticas. “Son dos modelos totalmente distintos”, indicó Asiron.

Mauleón también se posicionó en contra de los apartamentos turísticos: “Son un elemento más para que el Casco Viejo sea un parque temático en vez de un lugar digno para vivir”. 

Los vecinos también se quejan de los “desorbitados” precios del alquiler. Carmen Alba, ajena a este drama social, aseguró que “si los precios están altos es porque la gente quiere venir a vivir al barrio”.