En 1969, más concretamente el miércoles 19 de noviembre de aquel año, la prensa del Estado dedicaba sus portadas a dos importantes sucesos. El primero de ellos era la llegada a la Luna del cohete espacial norteamericano Apolo XII, primero tras el trascendental paseo lunar de Neil Armstrong, en julio de aquel mismo año. El segundo era la muerte de Joseph Kennedy, patriarca del clan homónimo y padre de los asesinados John y Robert Kennedy. Aquel día, después de leer la prensa, el fotógrafo pamplonés Eusebio Mina cogió su cámara de fotos y salió a la calle con la intención de obtener algunas fotografías de la ciudad. Y, probablemente sin darse cuenta, consiguió un testimonio gráfico hoy en día irrepetible, el de un rebaño de ovejas pastando tranquilamente en los glacis de la Vuelta del Castillo. La foto muestra el tramo más cercano a Pío XII, con la pradera pedregosa de la Vuelta y la llamada Torre de Erroz descollando al fondo.

Pamplona, junio de 2023

Hoy en día, la Vuelta del Castillo es uno de los más apreciados parques de la ciudad, y la pedregosa pradera de 1969 se ha transformado en un verde, tupido y mullido césped. En los 54 años transcurridos, además, los árboles de la Vuelta han crecido hasta el punto de llegar a ocultar a la vista los edificios de detrás. Tan solo alcanzamos a ver, asomando entre las copas de dos árboles, las dos últimas plantas de la torre de Erroz, certificando, de este modo, que nos encontramos ante el mismo paisaje urbano de 1969. La torre de Erroz fue levantada por los arquitectos Guibert y Redón, que por aquellos años construyeron también las cercanas torres de Huarte. De ella se ha escrito que se le dio una altura escalonada para evitar que ocultara totalmente el sol al edificio colindante. Se ha dicho además que el resultado fue un “juego muy dinámico y escultórico”, cuyo aspecto puede recordar al de una roca o cristal mineral. Demasiado, ¿no?