Juan Castro se olía este domingo que en el mercadillo de Landaben tramaban algo. “Tenemos comunicación muy directa con la gente del mercadillo, y quieras o no escuchas alguna cosilla por ahí... Pero no sabía que iba a ser con tanto cariño, tanto calor”, ha reconocido.

Este cabo de Policía Municipal de Pamplona ha cumplido 63 años y patrullaba despidiéndose de unos y otros. Ha sido su último día de servicio. El último mercadillo. Se jubila y los comerciantes han querido brindarle una merecida despedida. Un homenaje –con placa de recuerdo incluida– en el que ha quedado clarísimo que sus domingos por Landaben han dejado huella. 

“Es un gracias enorme por la labor realizada, y que venga por favor a vernos que le vamos a echar mucho de menos”

Soraya Gómez - Comerciante del mercadillo de Landaben

“Es un gracias enorme por la labor realizada, y que venga por favor a vernos que le vamos a echar mucho de menos”, ha resumido Soraya Gómez, desde hace 7 años “al pie del cañón” en su puesto El Jardín del Calcetín. “Lo tiene más que merecido. Cuando te topas con alguien que trabaja de una manera tan vocacional y se vuelca tanto, hay que homenajearlo. Disfruta de su trabajo y nos hace la labor mucho más fácil. Y aquí nos conoce a todos. Juan forma parte del mercado de Landaben, y su funcionamiento no sería el que es hoy en día, ni tendría la entidad que tiene, si este señor no se hubiera volcado de la manera que lo ha hecho”, ha añadido Gómez. 

"Juan forma parte del mercado de Landaben, y su funcionamiento no sería el que es hoy en día, ni tendría la entidad que tiene, si este señor no se hubiera volcado de la manera que lo ha hecho”

Soraya Gómez - Comerciante del mercadillo de Landaben

Su labor en pandemia

Puestos a destacar, en el mercadillo no se olvidan de la implicación de Castro en los tiempos difíciles de la pandemia. “Los de no comestibles estuvimos mucho tiempo sin poder trabajar. Y cuando volvimos el Consistorio, en lugar de ponernos a cada uno en nuestro sitio, con toda la buena intención consideró oportuno ponernos en una calle aparte. Fue un momento en el que Castro demostró que, aparte de trabajar para el Ayuntamiento y por supuesto cumplir con sus funciones, también era compañero, justo y honesto. Su trabajo fue muy importante, estuvo ahí siendo un apoyo, orientando también al Ayuntamiento”, ha finalizado Soraya.

"Nos ha conocido bien, lleva años, ha entrado en el rollo con nosotros y hemos llegado a un punto en el que nos entendemos perfectamente. Queríamos hacerle un homenaje para que tenga un buen recuerdo de esta gente del mercadillo"

Mohamed Essoubai - Comerciante del mercadillo de Landaben

“Puso lo suyo para que podamos seguir trabajando. Estuvo encima para que esto funcione y siga para adelante. Este hombre ha estado colaborando con nosotros y haciendo mucho bien: información, llevar papeles al Ayuntamiento... hasta el control de los puestos es un control digno y en condiciones. Nos ha conocido bien, lleva años, ha entrado en el rollo con nosotros y hemos llegado a un punto en el que nos entendemos perfectamente. Queríamos hacerle un homenaje para que tenga un buen recuerdo de esta gente del mercadillo”, ha dicho Mohamed Essoubai, desde hace dos décadas con un puesto en el mercadillo de Landaben.

“Solo tengo palabras de agradecimiento a Castro, la persona con mejor corazón del mundo. Entrañable, cariñoso, bueno y servicial. Nos ha ayudado muchísimo, nos hemos sentido súper a gusto con él"

Jesús Ramón Ferreruela, 'Ramsés' - Comerciante del mercadillo de Landaben

La colección de piropos la completa Jesús Ramón Ferreruela, Ramsés para todo el mundo, que sigue “en la brecha” con el negocio familiar de textil que comenzó su abuela hace más de 40 años, entonces en el mercadillo de la Txantrea. “Solo tengo palabras de agradecimiento a Castro, la persona con mejor corazón del mundo. Entrañable, cariñoso, bueno y servicial. Nos ha ayudado muchísimo, nos hemos sentido súper a gusto con él. En la pandemia las cosas fueron difíciles, estuvimos tres meses sin trabajar. Pero en el momento en el que se abrió el mercadillo siempre hemos visto en Castro a una persona que ha venido a ayudarnos. Estamos encantados con él, esperamos que le vaya la vida como le va a ir, de maravilla, y que su sucesor tome su ejemplo, el del amor y el cariño con el que nos ha tratado a todos. Por eso lo queremos tanto”, ha asegurado.

Un servicio “top”

El homenajeado ha vivido este domingo un día “muy bonito y especial”. Con 31 años a sus espaldas en el mercadillo, “prácticamente desde que funcionaba”, en pandemia “medio me lo adjudiqué, con autorización de jefatura. Al principio de la pandemia teníamos un servicio muy restringido, a partir de que se abrió me he quedado yo, y continúo. Llevo tres años viniendo todos los domingos, y este nuevo mercadillo se creó en base a lo que fue la pandemia y sigue siendo con esa idea. Parece que hemos acertado. El comerciante está contento y el usuario que viene también. Estamos hablando de que aquí, en momentos buenos, vienen 8.000-9.000 personas cada domingo”. 

"Parece que hemos acertado. El comerciante está contento y el usuario que viene también. Estamos hablando de que aquí, en momentos buenos, vienen 8.000-9.000 personas cada domingo"

Juan Catro - Cabo de Policía Municipal de Pamplona recién jubilado

Castro explica que tras la pandemia y los tiras y afloja propios de una negociación, comerciantes y Consistorio llegaron a un acuerdo sobre la distribución del mercadillo. “Mi gran ilusión fue cuando ya se pudo montar al 100% con este nuevo formato, que ha cambiado totalmente. Es muy abierto, se ve muy bien y hay una gestión muy buena por parte de ellos y por parte nuestra. Ellos tienen espacio y el público también”.

Y se moja sobre el posible traslado a la Txantrea: “Creo que tiene que seguir aquí. Es el sitio óptimo donde el usuario está a gusto, se puede aparcar, tiene buenas comunicaciones, no hay una molestia vecinal...”, ha resumido.

“A día de hoy el mercadillo para mí es un servicio top. Cómodo, agradable y en el que estás con la gente”

Juan Castro - Cabo de Policía Municipal recién jubilado

Su día a día en el mercadillo ha sido “muy agradable. De hecho vengo muy a gusto”. “A día de hoy el mercadillo para mí es un servicio top. Cómodo, agradable y en el que estás con la gente”.

Y, como le sobran ocupaciones –es secretario general de la Federación de Tiro Olímpico, técnico en la Federación de Lucha, forma parte de la junta de Adona, es asiduo al monte y tiene tres nietos con los que disfrutar– tiene claro que no se va a aburrir con la jubilación: “No. Muchas veces me dice mi querida esposa. ‘Y ahora, ¿qué vas a dejar de hacer?’.

"Mi vida está muy llena, tengo 63 años, creo que física y mentalmente estoy muy equilibrado, tengo muy buenos amigos y compañeros, creo que en Policía también he dejado un pequeño poso”. Así que desde ya le toca “vivir, estar con la gente, el día a día... y disfrutar, esa es la palabra”.

Castro se despide “con la satisfacción de un trabajo bien hecho”, y finaliza con un consejo para los comerciantes del mercadillo de Landaben: “Que peleen porque esto es suyo, su forma de vida. Y yo a disfrutar de mis nietos y de mis aficiones, que no tengo pocas”.