“De críos veníamos a jugar al atrio de la catedral y si había toque de campana el conserje nos dejaba subir”, recuerda el “campanero jefe”. Juanma, nacido hace 80 años en la calle del Carmen, lleva toda una vida ligado a las campanas. En ocasiones ha tenido que tocar las campanas él solo porque no apareció ningún compañero más. Recuerda un “curioso” día en el que vio a tres alemanes en la puerta de la catedral y les hizo subir con él a tocar las campanas: “Mediante señas les dije que me acompañasen escaleras arriba. Dos se quedaron tocando la campana de las horas, y el otro subió conmigo a tocar la María”, recuerda entre risas. De esta manera les enseñó el arte de hacer bailar a las campanas.

Hoy en día, el equipo de campaneros de la catedral de Pamplona está compuesto por 32 voluntarios. Cada vez que las campanas deben sonar, se requiere la colaboración de entre 8 y 10 campaneros. “Aquí viene el que puede y el que quiere”, confiesa Juanma.

“Normalmente estamos 3, pero si somos 4 es más cómodo porque podemos relevar las dos posturas”

Juanma Urtasun Díaz - Campanero de la catedral de Pamplona

Dominan tres técnicas distintas para tocar las campanas: con el bajado, el volteo y el bandeado. La técnica del badajo consiste en mover esta pieza de un lado al otro dentro de la campana. Requiere la función de dos campaneros, que, empleando cuerdas, controlan el movimiento para producir el sonido deseado. “Normalmente estamos 3, pero si somos 4 es más cómodo porque podemos relevar las dos posturas”, explica Urtasun. 

El grupo de campaneros voluntarios en San Pedro. Iban Aguinaga

En cambio, el volteo implica el giro completo, y genera un estruendo que resuena en toda la ciudad. Para las celebraciones de Sanfermines, los campaneros de la Catedral de Pamplona contarán con la ayuda de los Bandeadores de Artajona. Por último, el bandeado se caracteriza por hacer oscilar las campanas en diferentes direcciones, produciendo un ritmo alegre y festivo

San Fermín

“Antiguamente, el inicio de las fiestas de San Fermín estaba marcado por la campana María”

Juanma Urtasun Díaz - Campanero

“Antiguamente, el inicio de las fiestas de San Fermín estaba marcado por la campana María”, explica Juanma Urtasun. A lo largo de los años, las campanas han sido testigos y señales de los momentos clave de las festividades. Ahora, el famoso chupinazo les ha arrebatado el puesto. Esta explosión de alegría y energía inunda la Plaza del Ayuntamiento y del Castillo.

Aunque entre el bullicio y la euforia de estos lugares sea difícil escuchar las campanas, estas también suenan desde la catedral, uniéndose a la algarabía festiva. “Nos citan a los campaneros para las 11:15 del día 6 de julio”, añade Juanma. Él es el encargado de supervisar desde la torre norte el lanzamiento del cohete: “En cuanto lo veo en el aire, doy la orden y empieza a sonar la campana María”, añade. A continuación, la campana Gabriela, de la torre sur, se une al repique. Detrás, el resto de campanas de las parroquias de Iruña enlazan su vibrante sonido.

"En cuanto veo en la calle Dormitalería a la Hermandad de la Pasión, tocamos las campanas hasta que llegan a la catedral"

Juanma Urtasun - Campanero Jefe

El día 7 de julio, las campanas suenan en diversas ocasiones para marcar momentos significativos de la celebración. En primer lugar, al comienzo del día los canónigos rezan y las campanas les acompañan en sus plegarias antes de la Procesión. Luego, suenan durante 2-3 minutos para honrar a los carpinteros, que desfilan en procesión. “Después, en cuanto veo en la calle Dormitalería a la Hermandad de la Pasión, tocamos las campanas hasta que llegan a la catedral”, aclara.

Más tarde, los miembros del Ayuntamiento van en busca del cabildo, y Juanma asegura que este momento “trae confusiones” entre los campaneros: “La campana María debe tocarse por cuestiones religiosas, y el Ayuntamiento es tema civil, por lo que yo nunca hago sonar la campana en este momento, pero hay compañeros que sí”.

“Una vez que el Ayuntamiento sale con el cabildo de la catedral sí que toco la campana, porque en ese momento sí que hay cuestión religiosa entre los componentes”, añade. Las campanas repican hasta que este grupo se deja de ver en la calle Mercaderes. El último baile de las campanas sucede al regreso de estos últimos de la finalización de la Procesión.

“El día 14 los campaneros nos trasladamos a tocar las campanas de la Iglesia de San Lorenzo por petición”, explica Juanma. Con esta última actuación en la octava, los campaneros de la catedral de Pamplona concluyen su labor en los Sanfermines.