El Ayuntamiento ha recibido en donación 3.483 documentos fotográficos del autor pamplonés Eusebio Mina Moreno (1915-1990), que reflejan la evolución urbanística de la ciudad y otros aspectos de la vida social. Los hermanos Javier y Ángeles Mina Rodríguez, descendientes del fotógrafo, hicieron efectiva la donación el pasado 28 de junio, de forma que corresponde al Ayuntamiento el derecho para la reproducción y difusión pública del material.

El Archivo Municipal ha ingresado los 3.483 documentos: 1.718 negativos y 1.765 positivos en distintos formatos, que se ponen a disposición de investigadores y público en general, con unos criterios que garanticen su preservación y aprovechamiento. Entre los positivos destacan composiciones fotográficas realizadas por Mina que comparan espacios urbanos de Pamplona en distintos momentos, lo que da muestra de los cambios registrados.

Estas modificaciones urbanísticas corresponden a las décadas de los años sesenta, setenta y comienzos de los ochenta y se centran en los barrios de Iturrama y San Juan, aunque hay imágenes de múltiples espacios urbanos. Además, el material fotográfico refleja otros aspectos relevantes de la vida social pamplonesa, como estampas de las fiestas de San Fermín, celebraciones religiosas como el Corpus o la actividad de los cordeleros o las lecheras.

Dos imágenes que muestran el cambio de Iruña.

El Ayuntamiento ya contaba con una pequeña representación del trabajo de Eusebio Mina entre las colecciones custodiadas por el Archivo Municipal, en concreto en la Colección Municipal (5 registros) y sobre todo en la Colección Arazuri (54 registros). Con esta última donación, varios registros de autoría desconocida que constaban en los fondos se pueden atribuir al autor, tras un primer examen de las vistas tomadas.

El Consistorio se compromete a conservar y difundir los materiales y, de hecho, no se descartan nuevas incorporaciones de documentos fotográficos del autor.

Eusebio Mina nació en la calle Mayor de Pamplona, en la casa Ochotorena. Al quedar huérfano a corta edad, se trasladó con sus tías en la calle San Antón. Ya de adolescente, comenzó a trabajar en la editorial Aramburu como aprendiz y descubrió el mundo de la imprenta y los periódicos. Tenía varias máquinas de fotos con las que realizó miles de fotografías, que guardaba clasificadas.