Decenas de personas se han manifestado este jueves en la Rochapea para que las instituciones públicas –Ayuntamiento de Pamplona, Gobierno de Navarra, Policía Municipal y el sistema judicial– den “una solución integral” a los problemas de convivencia que sufre el vecindario de la calle Monasterio Viejo de San Pedro a raíz del uso de un piso para la compra y venta de droga, principalmente heroína.

Los conocidos como narcopisos son “un infierno al que hay que darle solución. Tenemos derecho a vivir tranquilos, felices y sin problemas en nuestras casas”, reivindicó Patxi Abasolo, portavoz del colectivo vecinal RTX Auzolan. 

RTX Auzolan aseguró que la venta de droga era “evidente” y expuso varias pruebas de la existencia de narcopisos en la calle Monasterio Viejo de San Pedro.

“A un vecino le cayeron unos paquetes de heroína desde el piso de arriba, otro residente estaba oyendo bronca cuando una persona saltó desde el narcopiso a su balcón y se han encontrado a consumidores llenos de sangre”, relató Patxi. 

Según RTX Auzolan, tanto el Ayuntamiento de Pamplona como la Policía Municipal “conocen” los narcopisos y por eso no entienden que “a día de hoy nadie nos haya hecho caso. Las autoridades están mirando hacia otro lado, haciendo caso omiso de su obligación de buscar el bienestar de aquellos en cuyo nombre dicen gobernar. Los vecinos nos tenemos que cuidar a nosotros mismos, pero también tenemos claro que debemos exigir a las instituciones públicas que nos cuiden. No vale que solo vengan por aquí cuando se producen desgracias y luego se olviden del tema. No entendemos esta dejadez”, lamentó Patxi. 

Como se recordará, a finales de octubre de 2023 un hombre y una mujer resultaron heridos, uno de ellos muy grave, al ser acuchillados de madrugada en una vivienda de San Pedro durante el transcurso de una reyerta en la que estuvieron implicadas varias personas con antecedentes por tráfico de drogas. 

Los vecinos apostaron por una “respuesta integral” para que los narcopisos no se conviertan en un “problema estructural”, como ya sucede en grandes ciudades: Barcelona, Madrid, Bilbao...

“Queremos que se impliquen los servicios sociales, las instituciones municipales y forales y la policía de barrio para dar una solución entre todos”, abogaron. 

En concreto, exigieron al Ayuntamiento de Pamplona y al Gobierno de Navarra que presten una atención adecuada a las personas que sufren la drogodependencia.

“Se deben ampliar los recursos del equipo profesional de intervención sociocomunitaria, porque las personas que venden y consumen droga también son víctimas de su propia dependencia. Las instituciones públicas les deben ofrecer una atención y tratamiento”, defendió Patxi. 

El colectivo también reclamó al Ayuntamiento de Pamplona que “garantice la integridad del vecindario que directa o indirectamente sufre las consecuencias del tráfico de drogas en la calle Monasterio Viejo de San Pedro. Deben impedir una actividad que se sitúa fuera de la ley y que daña la convivencia”. 

Eso sí, RTX Auzolan matizó que no apuestan por una respuesta dura de la Policía Municipal. “La solución no es crear una legalidad donde los agentes puedan dar una patada en la puerta, tirarla y entrar al narcopiso. Sabemos que no frenará el consumo porque la persona que tiene la necesidad de consumir siempre llamará a la puerta del narcopiso”, aseguró. 

Vómitos y jeringuillas

El colectivo vecinal RTX Auzolan detalló que la gente acude al narcopiso a altas hora de la madrugada: “A las tres, cuatro, cinco y seis de la mañana llaman al timbre. Si los traficantes no les abren, comienzan a tocar todos los telefonillos para poder entrar. Si nadie les abre, se ponen nerviosos, te amenazan y a veces te rompen la puerta del portal porque vienen con mucha necesidad de consumir, con el síndrome de abstinencia y con el único objetivo de conseguir la droga. Lo demás les da igual”. 

El portavoz de RTX Auzolan incidió en que “día sí y día también” los vecinos de este portal de la calle Monasterio Viejo de San Pedro se encuentran heces y vómitos en el ascensor y jeringuillas tiradas en las escaleras. “Si tienen mucha necesidad, se pinchan hasta en el mismo portal”, subrayó .

Sobre el perfil de los traficantes de droga, Patxi informó que era “vecinos de la Rochapea de toda la vida, les conocemos de siempre. No estamos hablando ni de locales ocupados, ni de inmigrantes ilegales, ni de droga que no sabemos de dónde viene. Los narcopisos los regenta gente que vive de la droga que son propietarios de la vivienda o familiares. Esto es un problema añadido”. 

El tipo de gente que acude a los narcopisos, concretó Patxi, es generalmente gente joven de toda Pamplona y Comarca. “La gente que consume sabe dónde se trafica y va donde se oferta. El barrio no tiene nada que ver”, defendió.