Violeta Ugarte lleva el arte “en la sangre”. De pequeña, su madre la apuntó a un taller de pintura y un día el profesor, Félix Ortega, les llevó al Guggenheim. “Había una exposición de Franz Marc, un pintor expresionista alemán, que me dejó alucinada porque era la primera vez que veía obras con mis propios ojos”, recuerda Violeta. Se enamoró aún más de la pintura, continuó formándose en el taller hasta los 18 años. Le hubiera gustado cursar Bellas Artes, “pero no pudo ser”, lamenta.
Trabajó en la hostelería durante dos décadas, aunque nunca abandonó su pasión: pintaba cuadros y murales, hacía tablillas, decoraba paredes, realizaba dioramas... “No me alejé de mi sueño”, señala. El gusanillo del arte siempre le picó y, cuando se quedó en paro, decidió embarcarse en una aventura junto con su pareja, Álvaro Rebolé. Este viernes, tras meses de curro, inauguraron ArteZaharra, la nueva tienda de materiales de bellas artes ubicada en la plaza San Francisco. “Nadie había ocupado el hueco que dejó Pincelada –mítico local de la calle Mayor que cerró en 2018– y quería dedicar mi vida a lo que me apasiona”, confiesa.
ArteZaharra está especializado en artes plásticas modernas y ofrecerá materiales como rotuladores y tintas para ilustradores y dibujantes de cómics o sprays para hacer grafitis o murales. “En Pamplona, solo hay dos marcas que son las más populares, explica Violeta, que más adelante traerá desde Italia sprays “de muy alta calidad” pensados para dibujar grafitis y murales. La tienda también dispondrá de lápices de colores, carboncillos, tubos de óleos, acuarelas, papelería especializada y de calidad.
“Habrá una sección de artes más clásicas y tradicionales, pero no tendremos tantas marcas. Queríamos complementar la oferta que ya hay en Pamplona”, detalla. Además, venderá percheros infantiles para txikis que se podrán personalizar. “Pueden encargar unas mariquitas o unos gigantes. Lo que deseen”, expresa. Violeta también dará un nuevo look a las tablas de skate que le traiga la chavalería.
ArteZaharra –el nombre es un juego de palabras y un guiño a Alde Zaharra– aspira a ser más que “un simple negocio” porque desea “formar parte” del barrio. Para ello trabajarán sobre pedido y aconsejarán, guiarán y ayudarán al cliente. “Queremos saber qué necesita el vecino, qué precio se puede permitir y buscar un producto de calidad que se ajuste a sus preferencias y capacidades económicas. Queremos que nos digan qué marcas les interesan y traérselas. No vamos a obligar a nadie a comprar algo que no desea”, asegura Violeta.
“Queremos saber qué necesita el vecino, qué precio se puede permitir y buscar un producto de calidad que se ajuste a sus preferencias y capacidades económicas. Queremos que nos digan qué marcas les interesan y traérselas"
ArteZaharra está llegando a acuerdos con los distribuidores para poder ofrecer estos servicios personalizados. La tienda trabajará con artistas profesionales, aficionados y niños y niñas que se estén adentrando en este mundo. “Muchas veces los materiales son caros y frenan a txikis que están empezando. Encontrarán materiales de calidad media a un precio competitivo para que las puedan llevar al colegio o al taller de pintura”, defiende.
Tienda kilómetro 0
Violeta y Álvaro han montado una tienda kilómetro 0. “Si queremos hacer barrio y que los vecinos nos compren, qué mínimo que apoyar a los negocios de la zona. Solo hemos salido del Casco Viejo para el distribuidor”, destaca Álvaro. El letrero de la entrada lo ha fabricado un herrero de la calle San Antón, Marcaje, en la calle Santo Domingo, se ha encargado del merchandising, papelería y bolsas; e Informática San Fermín, también en Santo Domingo, les ha puesto el equipo y el sistema de gestión de ventas.
“Si queremos hacer barrio y que los vecinos nos compren, qué mínimo que apoyar a los negocios de la zona. Solo hemos salido del Casco Viejo para el distribuidor”
Arte Zaharra, agradecen, también ha salido adelante gracias al apoyo de sus familias y amigos: “Sin ellos hubiera sido imposible. Nos han ayudado en todo”. El padre de Álvaro y el propio Álvaro construyeron a mano el mostrador de madera, su hermana tradujo los textos al inglés para entenderse con los distribuidores, una amiga digitalizó el logo y lo convirtió en un dibujo por vectores para que los herreros pudieran cortar las distintas partes y montarlo, les dejaron una furgoneta para comprar, amigos se pasaron a limpiar... “Y la suegra me preparaba todos los días la cena. Estamos muy agradecidos porque sin ellos todavía estaríamos pintando”, comenta.
Hacer barrio
Violeta y Álvaro han destinado una parte de la tienda a sala de exposiciones. “Artistas profesionales y aficionados pueden enseñar sus obras libremente. Cada mes organizaremos una exposición diferente”, adelantan. En la misma línea, ArteZaharra quiere involucrarse con el barrio y, a futuro, ofrecerá cursos de pinturas para niños y niñas y tienen en mente proponer más adelante al Colegio Público San Francisco que los alumnos y alumnas coloreen los bancos de la plaza. “Es su parque y su zona de recreo. Si el Ayuntamiento nos diese permiso, querríamos llegar a una colaboración con el colegio. Les ayudaríamos a pintar y quedaría bonito”, finalizan.