La Federación Internacional de Pelota Vasca, con sede en Pamplona, ha reivindicado en el Parlamento foral ya no solo el pasado y presente de este deporte de arraigada tradición, sino su futuro y pervivencia, con su adaptación a la actualidad con nuevas disciplinas como el frontball, que entronca con los usos jóvenes y urbanos y de todas las culturas.

Lo ha dicho el presidente de la FIPV, Xabier Cazaubon, elegido para el cargo en 2014, fecha en la que heredó la gestión de una entidad endeudada y que arrastraba una manera de funcionar muchas veces en colisión con la limpieza tanto de acceso a las competiciones como de organización, ha dicho.

Fundada en 1929, la federación defiende de un deporte varias veces centenario y que, según su presidente “arrastra demasiada historia y es muy poco proclive al cambio”, lo que le ha hecho que en la actualidad y de cara al mayor evento deportivo como son los Juegos Olímpicos le hayan ganado otros deportes como “la escalada, el Breackdance o el surf”. Todo ello le ha hecho defender la necesidad de buscar formas de hacer de la pelota vasca “un deporte accesible, universal y que consolide su presencia dentro de la familia olímpica”, porque es aquí donde se logran ayudas económicas y reconocimiento a los deportistas por su competitividad y no por otras circunstancias.

Por ello, Cazaubon ha recordado los tres ejes del proyecto con los que hace diez años asumió la presidencia de la FIPV y en los que a su juicio ha ido trabajando, el primero de ellos la consolidación, la de continuar como un deporte reconocido que le ha llevado a participar en los últimos años en varias ocasiones en los Juegos Panamericanos o en los Olímpicos como deporte demostración. La renovación es el segundo eje buscado, en este caso olvidando “abusos” que se cometían en el pasado y permitiendo ahora a deportistas profesionales y semiprofesinales consolidarse como los mejores en sus modalidades para acudir como tales a las competiciones, ya de menor duración y centradas en lo deportivo. Esta renovación también pasa por los materiales y por hacer “accesible y universal” la pelota vasca. El tercer punto, ha sido la expansión, necesaria para puntuar como candidato a formar parte de la familia olímpica, incluida en la modalidad femenina.