La txapela será navarra: Unai Laso es el rival de Peio Etxeberria en la final del Cuatro y Medio

Pero el pelotari de Baiko se desquitó este domingo de mucho más. Venció por primera vez a Altuna en el torneo. Un Altuna que en la última final del Manomanista, hace unos meses, pasó por encima de él con aquel contundente 22-5. El Astelena vivió la dulce venganza de Laso, que se dejó el alma y puso contra las cuerdas a un agarrotado por momentos Altuna para conseguir el billete a Bilbao.

El navarro sorprendió al pelotari de ASPE desde el bote inicial, con dos tantos de saque, y leyendo muy bien el juego para provocar los errores de su rival y ponerse 0-4 de inicio. Jokin Altuna respondió bien, buscando la dejada al txoko, pero pronto se vio que no estaba del todo cómodo en el frontón. Intentaba hacerse con el control, pero Laso le imponía un fuerte ritmo. Le hacía correr con sus ganchos, algo a lo que no siempre llegaba Altuna. Con un tanto a doble pared, el de Bizkarreta-Gerendiain subía el 6-10 y en ese instante, en un gesto entre la rabia y la felicidad, se daba cuenta de que era factible encarrilar el duelo.

Laso jugaba sin complejos. Sin rebajar la tensión. Concentrado. Terminando los tantos y rematando. Algo que hacía daño a Altuna. Ya se sabe que del guipuzcoano jamás hay que fiarse, que en cualquier momento puede despertar. Pero era el día de Unai Laso. Él dominaba. Le hacía correr con un gancho y luego dejándola en el txoko. Así hizo el 8-14. Aunque para oda a la pelota el que suponía el 10-17. Una durísima pelea con intercambio de golpes, al aire y con un posible estorbo que el navarro reprochó a Altuna una vez lo ganó.

Al vigente campeón del torneo se le atravesaban hasta las pegadas que, de primeras, no parecían tan problemáticas. Llegó a ir perdiendo por diez (10-20). Aunque en un arreón final firmó cuatro tantos seguidos, Laso tenía el partido y la confianza en su mano. Y así venció. El 24 de noviembre estará en Bilbao ante su paisano Etxeberria, después de que este superase a Jaka en el Labrit.