Pamplona. Año nuevo, vida nueva. CDN arranca el segundo periodo legislativo del curso con la intención de ejercer "el nuevo papel" en el que le ha situado su salida "injustificada" del Gobierno, oficializada por Miguel Sanz el pasado 28 de septiembre y que ha dejado a la formación de José Andrés Burguete sin el altavoz mediático que ofrecía la gestión de dos consejerías. "Haremos una oposición firme, responsable y leal, pero sin estar mediatizados por nadie", garantizó ayer el presidente de Convergencia, incidiendo en la línea anunciada en las últimas sesiones legislativas del año, y que quiso reforzar ayer con la presentación de varias preguntas e iniciativas parlamentarias con las que intenta poner en un aprieto al Gobierno foral.
Aunque en CDN han tenido que asumir su nuevo rol a marchas forzadas, la situación se empieza a ver con cierto agrado entre los más fieles al proyecto convergente, y que defienden las virtudes de la nueva situación. "Vamos a poder hacer propuestas sin estar mediatizados por nada ni por nadie, y ejerceremos un firme control al Gobierno", insistió ayer su presidente, que aunque no quiso hablar de la política de pactos para el futuro, dejó entrever un alejamiento de los posicionamientos de UPN. Desde la ruptura del pacto, Convergencia no se ha reunido ni una sola vez con la formación regionalista, pero lo ha hecho en dos ocasiones con el Partido Socialista. Tres, si el plazo se amplia al último año, en el que ni siquiera la elección de Yolanda Barcina como presidenta de UPN sirvió para que los socios de Gobierno mantuvieran el lógico encuentro protocolario. "Ellos verán", sostiene Burguete, que insiste en desvincular el futuro de su partido al de cualquier otra formación. "Vamos a actuar con independencia y libertad", defiende el presidente del partido, que asegura que CDN todavía no ha analizado su política de alianzas para el futuro, y que garantiza que la marca electoral estará en las próximas elecciones. "La integración en cualquier otro partido está descartada, pero estamos abiertos a otro tipo de colaboración que, si llega, estamos dispuestos a analizar".
Opciones de futuro En Convergencia nadie esconde que la formación atraviesa por uno de los peores momentos, sino el peor, desde su nacimiento en 1995, y la necesidad de incidir en el discurso propio y diferenciado se ha convertido ya en su última tabla de salvación. Sin embargo, y pese a que el último Navarrómetro dejaba a CDN por debajo del 3% necesario para entrar en el Parlamento, en la formación hay relativo optimismo. "Es verdad que la encuesta nos dejaba sin parlamentarios, pero por poco, y tenemos una base sólida", confían los convergentes, que culpan de buena parte de la pérdida de votos a que su presencia en el Gobierno ha desvirtuado su imagen de "centro-progresista", espacio socio político con el que, recuerdan, se siente identificada la mayor parte de la sociedad.
Una teoría que además parecen reforzar los antecedentes. A eso se agarran al menos en CDN, donde destacan que desde su irrupción en el Parlamento en 1995 con diez parlamentarios, la única vez en la que han ganado votos fue en la legislatura 1999-2003, la única en la que, curiosamente, no participaron en el Gobierno. Una tendencia que la formación centrista confía en repetir ahora con la oposición "firme, leal y autónoma" que defiende su presidente, y que comenzó a ejercer ayer anunciando varias preguntas al Ejecutivo relacionadas con la Ciudad de la Carne, la reducción de 3,2 millones de euros del Plan de Acción de Carreteras, los 900.000 euros recortados del Plan del Pirineo, la legislación sobre la energía eólica y los plazos previstos para la construcción de la estación del TAV. Cuestiones sensibles y polémicas con las que CDN intentará ganar espacio a UPN y al Gobierno foral.
src="https://www.noticiasdegipuzkoa.eus/statics/js/indexacion_Trebe.js">