Gernika-Lumo. En un acto celebrado en el Teatro Lizeo de la villa foral, el mismo lugar donde un año antes se había firmado la declaración, los expresos Jon Agirre Agiriano, que el pasado mes de mayo fue puesto en libertad tras permanecer 31 años en prisión, y Gloria Rekarte fueron los encargados de poner la rúbrica del EPPK al Acuerdo de Gernika. Agirre Agiriano y Rekarte procedieron a estampar su firma arropados por dos decenas de exreclusos de ETA y después de que otra expresa, Itziar Galardi, leyera el documento de adhesión del EPPK al acuerdo, un texto que había sido dado a conocer la víspera. "No queremos actuar a favor de los presos sino con los presos. Vamos en el mismo tren", resaltó Galardi, quien reafirmó este compromiso de los presos "delante de nuestro pueblo" .
El EPPK, en la medida que se considera un agente importante en Euskal Herria, reivindicó su posición clave en el proceso de resolución del conflicto político, "porque nuestra participación es un derecho". Por ello, el colectivo de presos aseguró ser "un agente activo" al que, afirmaron, "no se le puede dejar de lado". "Teníamos que jugar un papel activo en el proceso de paz y nuestra referencia es el Acuerdo de Gernika porque nos reconoce ese papel activo en un proceso que busca un escenario de paz y soluciones democráticas", señalaron en el comunicado de adhesión al documento. Además, los presos dejaron claro que no se acogerán a medidas de "beneficios personales" y denunciaron la "imposición y el sufrimiento" por parte de los Estados español y francés.
Y que los presos se convirtieron en los principales protagonistas del acto conmemorativo de la celebración del primer aniversario de la firma del Acuerdo de Gernika, un evento al que asistieron los principales líderes de las organizaciones firmantes del documento, Rufi Etxeberria y Jone Goirizelaia, de la izquierda abertzale; Pello Urizar, por EA; Oskar Matute, de Alternatiba; Patxi Zabaleta, de Aralar; y Anihoa Etxaide, de LAB, entre otros, además de representantes de diferentes agentes sindicales y sociales que se han adherido a la comunicación.
La firma estampada ayer por parte del colectivo de presos al Acuerdo de Gernika supone un paso que se antoja sin vuelta atrás de cara al final de la violencia. Si bien es cierto que en el comunicado del EPPK no se realiza a ETA ninguna petición expresa para que anuncie su disolución definitiva, el hecho de que los presos, por mayoría, hayan rubricado la declaración supone que se comprometen con ella en su totalidad, y en el primero de los puntos se pide a ETA un alto el fuego "permanente, general y verificable", a lo que ya se ha comprometido ETA, como "expresión de voluntad para un definitivo de su actividad armada".