Pamplona. Barcina ha destacado, preguntada por los medios de comunicación sobre si considera suficiente la condena a 'Txapote', que le parece que "se ha hecho justicia", aunque ha recalcado que "nunca hay pena que nos pueda recuperar a tantos asesinados por ETA porque esos son los que ya no volverán". "Están en el cementerio todos ellos", ha exclamado.
En cualquier caso, ha reiterado que es "importante" que se "haga justicia" aunque "a veces en estos juicios las familias vuelven a sentir el gran dolor que no se ha ido y que sigue perdurando desde que les fue arrebatado por un asesinato un ser tan querido".
Por otro lado, sobre la carta remitida por la familia de Múgica a los medios de comunicación en la que la viuda del edil de UPN, Reyes Zubeldia, expresa su "alivio" tras la sentencia y espera que "jamás nadie vuelva a causar ese daño", la presidenta navarra le ha trasladado "todo" su respeto y "admiración", y ha recalcado que "todo lo que diga" la familia de Múgica lo suscribe "con mayúsculas".
LA SENTENCIA La Audiencia Nacional condenó ayer a 60 años de cárcel al exjefe militar de ETA Francisco García Gaztelu, Txapote, por ordenar en 2001 el asesinato del concejal de UPN en Leitza (Navarra) José Javier Múgica, que murió al explotar una bomba que había sido colocada en su furgoneta.
La sentencia condena a Txapote por los delitos de pertenencia a organización terrorista, en calidad de dirigente, asesinato, tenencia de explosivos y estragos terroristas y fija una indemnización de 500.000 euros para la viuda del concejal. Además de a Txapote, el tribunal, que tuvo repetir el juicio después de que la magistrada Ángela Murillo se abstuviera tras escucharse que llamaba "cabrones" a los acusados, ha condenado por los mismos delitos a 58 años de prisión a Juan Carlos Besance, mientras que para Andoni Otegi y Oscar Celarain la pena es de 50 años de cárcel.
La sentencia sostiene que hasta febrero de 2001, cuando fue detenido en Francia, Txapote era el jefe del aparato militar de ETA y, por tanto, el encargado de trasmitir las órdenes, y que fue ese mes cuando ordenó al comando Argala, formado por Otegi, Celarain y Besance, el asesinato de Múgica. Recibidas de Txapote las órdenes y el dinero para llevar a cabo el atentado, los tres miembros del comando fabricaron el explosivo y fue Otegi quién colocó la bomba lapa en la furgoneta del concejal de UPN, mientras los otros dos realizaban labores de vigilancia.
Al oír la explosión, la viuda de Múgica, Reyes Zubeldia, se asomó al balcón de su casa y pudo ver cómo su esposo y el vehículo se encontraban ardiendo, como ella misma contó durante el juicio, en el que tras declarar aprovechó para mirar durante unos segundos y directamente a la cara a los acusados, que no fueron capaces de sostenerle la mirada.
Discrepancias La resolución cuenta con el voto particular del magistrado José Ricardo de Prada, que discrepa de que las declaraciones policiales de Besance, que este atribuyó a torturas policiales y no ratificó durante el juicio, puedan ser suficiente prueba de cargo para condenar a Celarain. Además, expresa sus dudas de que existan elementos contundentes para determinar que Txapote dio la orden de matar al concejal, ya que el exjefe del aparato militar de ETA ya había sido detenido meses antes del asesinato de Múgica tuvo lugar el 14 de julio de 2001, por lo que el magistrado ve razonable que quien en ese momento eligiera los objetivos fuera quien tuviera el mando en la organización.
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