“Lo peor será volver a los lugares de los atentados”
Estudiantes, personas en prácticas y otros navarros asentados en Bruselas narran su experiencia
pamplona - “Tenía previsto viajar desde el aeropuerto, pero no de Zaventem sino el de Charleroi. Mi familia entonces me estaba llamando para que no lo hiciera, pero eso lo he sabido después. Cuando estaba de camino, en el metro, nos han desalojado. Ahora creo que habrá sido poco después del atentado en Maalbeck”. La periodista freelanceMirentxu Arroqui Basarte, pamplonesa pero asentada desde hace ocho años en Bruselas, reconstruyó con pausa cómo vivió los atentados de Bruselas, como ha hecho para televisiones como Tele5 y Cuatro. Pese a esta entereza, también reconoció que sintió “miedo” solo al pensar en coger el autobús o el tranvía para desplazarse por la ciudad y, por ello, prefirió hacerlo a pie.
Este es un comentario habitual entre los navarros y navarras que vivieron desde la capital belga estos ataques terroristas que causaron 34 muertes, decenas de heridos, cerraron los medios de transporte dentro de la ciudad y vaciaron por momentos las calles. Ayer era una jornada para esperar instrucciones y avisar a la familia de que, básicamente, estaban bien. Así reaccionó, por ejemplo, Gabriel Maeztu Santiago, estudiante navarro de cuarto año de Ingeniería Eléctrica y Electrónica en la Universidad Pública de Navarra, y ahora estudiante de Erasmus en Bruselas: “He visto por el móvil lo que había ocurrido en el aeropuerto, luego hemos oído que había otra bomba, y hemos decidido no salir de la residencia (en Van Orley)”.
Maeztu es uno de los 12 estudiantes de Erasmus de la UPNA en Bruselas. Otro de ellos es Miguel Gamallo Gascón, pamplonés que prepara su proyecto de final de grado en Telecomunicaciones. Ayer, atendió las recomendaciones de la Vrije Universiteit Brussel y aguardó noticias dentro de los edificios del Campus. Lo mismo hizo Maite Bezunartea Pascual, natural de Villava y residente en Bruselas, donde lleva dos años y medio preparando un doctorado. Ayer, el primer atentado sucedió cuando estaba “en casa”, pero en el segundo ya “iba de camino a la universidad”.
Bruselas tiene una importante comunidad navarra, reflejo de la educación universitaria que se traslada a Bélgica. Miriam Guillen Aguinaga, por ejemplo, es estudiante del ISSA School of Management Assistance de la Universidad de Navarra y realiza desde enero unas prácticas en la Cámara Oficial de Comercio de España en Bélgica. Los atentados la dejaron momentáneamente en “shock”, porque “cuesta pensar que ha sido aquí, parece como si hubiera ocurrido en otra parte”. Las explosiones en el metro, por ejemplo, obligaron a cortar una calle cercana a la Cámara. Después, de vuelta a pie a casa, pudo retratar los homenajes que ya se hacían a las víctimas en la zona de Bourse.
Una experiencia similar tuvo Salvador Portillo Bustillo, pamplonés residente desde hace tres años en Bruselas, donde es asesor económico en el Parlamento Europeo. Desde allí, se vivió con “tensión” el curso de los acontecimientos, mientras en la Cámara se hablaba de si había que suspender su actividad: “Había quien pensaba que eso era como ceder a la presión de los terroristas”.
Esta situación choca con el día a día de una ciudad turística, amable y con mucha diversidad. Así la describió, por ejemplo, la graduada de la UPNA en Sociología, vecina de Zaragoza y residente en Bruselas desde hace 14 años, Marta Ibero. Ella llegó a Bruselas para hacer unas prácticas y, al final, se asentó en la ciudad: “Aquí han nacido mis hijos y esperamos pasar muchos años más”. También actuó con tranquilidad Daniel Ventura Morales, pamplonés e ingeniero informático, que realizó unas prácticas hace tres años en la ciudad y, al final, logró un trabajo. Durante esta triste jornada, aguantó un retraso de 90 minutos en su vuelo desde Zaragoza para llegar a Charleroi. Y hoy esperará noticias para saber si hay transporte público o trabaja “desde casa”. Muchas de las personas consultadas optaban por esta opción. También muchas de ellas están acostumbradas a la presencia de más fuerzas de seguridad en las calles, algo habitual tras los atentados de noviembre en París y la alerta máxima que se encendió después en Bruselas.
La abogada Tania Méndez Rasero, de Berriozar y residente en Bruselas desde hace más de tres años junto a su novio, Iñigo Burugorri, pamplonés de Iturrama, destacó la “preocupación” que veía alrededor durante todo el día. Con todo, auguró que “lo peor será volver” a pasar por sitios antes cotidianos y, ahora, marcados por la tragedia.
El vicepresidente Miguel Laparra volvió de Bruselas en el último avión del lunes . El vicepresidente navarro de Derechos Sociales, Miguel Laparra, participó el pasado lunes en una jornada de trabajo en la capital belga. Viajó el domingo, junto con la directora gerente del servicio de Empleo, Paz Fernández, Susana Morrás (funcionaria de dicho servicio) y Jesús Ángel Gastón (gerente de Elkarkide). Tras la sesión de trabajo, la comitiva navarra cogió el último avión del lunes y, vía Madrid, regresó a Pamplona.
Falso rumor en torno al Movistar: el equipo no estaba en el aeropuerto, sino en Gante. Fran Ventoso, ciclista del Movistar, confirmó ayer, en relación con los atentados terroristas de Bruselas, que los corredores que han viajado a Bélgica se encuentra bien en Gante, donde hoy tienen previsto participar en la prueba A través de Flandes. “Ante las informaciones de que el equipo estaba en el aeropuerto, por suerte unos ya estábamos en el hotel y otros no habían salido de España. Estamos todos bien, rodando por el carril de Gante. Sobre todo, dar mucho ánimos y condolencias a los familiares de las víctimas, y ahora a seguir con nuestras rutinas para que estos bárbaros no ganen esta batalla”, comentó Ventoso en un vídeo difundido por el equipo español.
Una profesora navarra de la Universidad de Lovaina, a salvo. Ana Mauleón Echeverría, profesora navarra de Economía en la Universidad de Lovaina y usuaria del metro siniestrado, no se vio afectada en el fatal atentado. Ana Mauleón, hermana del jefe de Gabinete de Derechos Sociales, Txema Mauleón, reside en Bruselas desde hace varios años junto a sus dos hijas y su marido.
Bulos en Internet. Si Twitter y Facebook sirvieron para la comunicación personal, también fue la vía utilizada por algunos para incrementar el pánico con falsos avisos de más atentados, entre ellos en campus universitarios, según alertó Le Monde.
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