MELILLA. El Gobierno ha afirmado que el entierro del general José Sanjurjo en Melilla el pasado marzo "no generó gasto alguno a las arcas del Estado", ni tampoco el traslado de sus restos desde Pamplona, porque el coste fue asumido por sus familiares.

Así lo apunta el Gobierno en la respuesta que ha ofrecido en el Senado a las preguntas presentadas por cuatro parlamentarios de la Cámara alta, a la que ha tenido acceso Efe, en la que también afirma que se cumplieron las normas establecidas para estos casos.

Los restos habían sido exhumados del Monumento a los Caídos en Pamplona por una decisión del Ayuntamiento de la ciudad, en aplicación de la Ley de Memoria Histórica de Navarra, junto con los de otros, como el general Emilio Mola, después de que un juzgado desestimara un recurso en contra presentado por familiares de los dos militares, que participaron activamente en la sublevación contra el Gobierno de la II República en julio de 1936.

El Ejecutivo defiende que en este caso se ha cumplido la Norma General del Jefe de Estado Mayor del Ejército, de noviembre de 2011, donde se regulan las inhumaciones y exhumaciones de restos mortales en panteones y parcelas militares en cementerios civiles en el ámbito del Ejército de Tierra.

Según el Gobierno, los familiares del general José Sanjurjo y Sacanell solicitaron la inhumación de los restos mortales, y se autorizó "por encontrarse entre los criterios contemplados" en la Norma General, entre ellos "sus méritos militares" durante las Campañas de Marruecos.

El papel de Sanjurjo "le valió la concesión de numerosas condecoraciones militares, entre las que destacan dos Cruces Laureadas de San Fernando concedidas por el Rey Alfonso XIII en 1914 y 1927", recuerda Moncloa.

Respecto al coste, señala que la inhumación "no generó gasto alguno a las arcas del Estado, como tampoco lo generó el traslado de los restos", porque "conforme a lo establecido en la mencionada norma, los familiares se comprometieron a asumir las autorizaciones y gastos para proceder a la inhumación.

La contestación que el Gobierno ofrece a los cuatro senadores concluye afirmando que la inhumación de los restos en el Panteón del Regimiento de Regulares de Melilla, que se celebró el 23 de marzo, fue una "ceremonia privada".

Confirma la asistencia del comandante general de Melilla "como cortesía militar", debido a "la consideración del general Sanjurjo de antecesor en el cargo".

Según informó en abril la Comandancia General de Melilla, los restos mortales del general José Sanjurjo fueron inhumados en Melilla sin honores ni ceremonia militar alguna, en una ceremonia privada de la familia, en la que "no hubo honores militares, no formó ninguna unidad ni piquete", ni tampoco "ningún guión (bandera) ni cornetín".

Los restos fueron depositados en el panteón de Regulares número 2 del cementerio, que "se sigue utilizando para la inhumación de los fallecidos de Regulares que lo requieran", en un acto de carácter familiar que se produjo hacia la una de la tarde del pasado 23 de marzo.

Sanjurjo (Pamplona, 1872-Estoril, 1936) protagonizó un golpe de Estado fallido en 1932, conocido como "Sanjurjada", tras el que tuvo que exiliarse en Portugal, donde falleció en un accidente de avión después de despegar de Estoril rumbo a Burgos, a donde iba para sumarse al levantamiento de 1936 que respaldaron otros militares como el general Mola.

El militar navarro sirvió en los Regulares de Melilla, donde fue nombrado comandante general tras participar en importantes acciones militares como la defensa de la ciudad tras el desastre de Annual en 1921.