Baiona - El Ayuntamiento de Baiona inauguró ayer en la explanada Roland Barthes el monolito titulado Arbolaren Egia (El árbol de la verdad) del escultor guipuzcoano Koldobika Jauregi. Una escultura de acero y hierro de ocho metros de alto, cuatro de ancho y tres toneladas de peso, cuyo tronco es un hacha (símbolo de ETA invertido), y que conmemora el aniversario de la entrega de las armas por parte de la banda. A la hora de la inauguración se acercaron al lugar varias personas que portaban paraguas en los que le leía la palabra vergüenza en francés y que recordaban los 829 crímenes de ETA, en rechazo a la colocación de esta escultura del desarme.

El alcalde de Baiona y presidente de la Mancomunidad de Iparrade, Jean René Etchegaray, afirmó durante el acto que el monolito debe suponer “la apología de la paz, la unidad y la reconciliación”. Tanto el autor de la escultura Koldobika Jauregui como el alcalde de Baiona defendieron su instalación y, en sus intervenciones, recordaron “todas las violencias” y aseguraron que se solidarizan con “el sufrimiento y el dolor” que las víctimas han padecido. “Es un símbolo de la paz y la reconciliación a la que todo el mundo aspira”, dijo el regidor respecto a una obra criticada por las asociaciones de víctimas del terrorismo por entender que “normaliza” a ETA.

Tras el acto, el líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi, anunció “nuevos pasos” para las próximas semanas y meses. Otegi, que no se refirió explícitamente a la disolución de ETA, señaló en declaraciones a los periodistas que estos “nuevos pasos” se darán “en términos constructivos”. Por su parte, el secretario general de Paz y Convivencia del Gobierno Vasco, Jonan Fernández, consideró que la disolución o desaparición de ETA, “para que tenga valor, debe de ser unilateral, clara, definitiva e irrevocable”. “Debe de hacerse sin contrapartidas, ser clara y rotunda en sus términos y de una vez por todas e irreversible”, reclamó. - D.N.