pamplona - En el año 1980, ETA volaba por los aires el pub El Huerto de Donostia y emprendía su singular guerra contra discotecas, empresarios, bares y lugares de supuesta distribución de drogas. El consumo de heroína “corrompe a la sociedad vasca y desorienta a la juventud en el objetivo de liberación personal y colectiva que se manifiesta en la lucha revolucionaria”, argumentaba la organización terrorista en un comunicado de la época. Durante este periodo de tiempo que culminó en el año 2005 con la bomba que hizo detonar en la discoteca Bordatxo de Santesteban, ETA asesinó a 32 personas con el pretexto de que se dedicaban al tráfico de drogas. El año 1990 fue especialmente violento en Navarra. Además del asesinato de Francisco Almagro, a principios de año ETA había puesto dos kilos de trilita para reventar el bar Quijote en Beriáin y a finales de septiembre un presunto miembro de la organización terrorista, el pamplonés Mikel Castillo de 23 años, moría abatido a tiros por la Policía. Una patrulla les sorprendió a él y a otras dos personas armadas, en el interior de un vehículo, mientras aguardaban la llegada de un conocido traficante de drogas El brillantinas para atentar contra él. Hubo tiroteos y disturbios en el Casco Viejo de la ciudad, donde se hallaron escondidos subfusiles y granadas.
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