- Fracasada la moción de censura de Vox, Santos Cerdán quiere comprobar con hechos que el PP se distancia de Abascal. Cree que la estrategia de Génova ha tenido que ver con “la implicación del Partido Popular en casos de corrupción”, y con “una falta de dirección política más allá de intentar destruir o castigar al Gobierno”. Cerdán califica de “patriotas de hojalata”, a los populares, y se queja de la actitud del PP “cuando más les necesita su país”. Sin embargo, evita profundizar en el comportamiento de Vox, más allá de constatar que esta formación se ha autodefinido al calificar al actual Gobierno como el peor de los últimos 80 años, incluyendo por lo tanto, los años de la dictadura franquista. Cerdán afirma le sorprenden los discursos de UPN que concitan el aplauso de Vox. “En el debate de la moción de censura, el portavoz de UPN le dijo a Vox que se pusiesen de acuerdo en lo que tienen en común, cuando todos los partidos intentaron despegarse de ellos”. Actitud que tampoco pasa inadvertida para Koldo Martínez, que ha visto las posiciones de UPN en el Congreso “muy alineadas con Vox”, que contrasta con la postura de Alberto Catalán en el Senado, con “de derechas de las de verdad como es él, pero yo diría que mucho más respetuosa y digna de una persona que se dedica a la política, comparada con lo que estoy oyendo en el Congreso, muy barriobajera”.

Alusión directa por tanto a Carlos García Adanero, que alterna intervenciones con Sergio Sayas. Según Adanero, UPN “sigue estando donde hemos estado siempre”. Advierte al PSOE, al que le acusa de pactar con Bildu y “traspasar una línea roja”, que no va a poder hacer “lo que le dé la gana”. Lo cierto es que la respuesta de Adanero a Abascal en la moción de censura, comparada con la de Casado, dejó a UPN a la derecha de Génova, por más que ambos partidos compartieran voto negativo.

Por su parte, Ione Belarra, diputada de Unidas Podemos, la otra pata del Ejecutivo, culpa de “la hostilidad y el clima de odio” a “las tres derechas del trío de Colón”, cuyo alineamiento considera aún vigente. “Mientras Cs no rompa sus alianzas de Gobierno con Vox en Madrid, Murcia o Andalucía”, cree que no se puede dar credibilidad “a su supuesto giro a la moderación”. Belarra entiende que el miedo de la propia derecha alimenta sus posiciones. “Está extendiendo odio y está tan exaltada porque sabe que va a tener muy difícil volver al Gobierno del Estado si nadie se lo pone fácil”. Considera que las “dificultades” del derechismo “para entender la realidad territorial de nuestro país les inhabilita para volver a gobernar en unos cuantos años”.