- Todo apunta a que el próximo 23 de abril, festividad de Sant Jordi, Pere Aragonès será investido president con el beneplácito de Junts. Un aval engañoso en tanto que el partido de Carles Puigdemont proyecta este escenario únicamente para evitar unas nuevas elecciones ya que en las actuales circunstancias de las negociaciones no baraja convertirse en socio de gobierno de ERC sino que se iría a la oposición para hacerle un férreo marcaje en clave independentista. La especulación empieza a ser un hecho después de que lo ratificara ayer la presidenta del Parlament, Laura Borràs. “En estos momentos estamos más lejos que cerca de entrar en el Govern”, sentenció.

Desde JxCat se exige a Esquerra que apuesta por una unidad estratégica también en el Congreso y no se ve con buenos ojos el acuerdo que alcanzaron los republicanos con la CUP. Las palabras de los antisistema no están sentando nada bien en las filas posconvergentes. De hecho, la propia Borràs aprovechó para replicar a los anticapitalistas que Junts “no necesita digerir nada” pese a haber quedado por detrás de ERC en las elecciones, a solo un escaño de diferencia, y que ahora toca trabajar para reflejar en el Ejecutivo catalán el resultado de las urnas.

La presidenta de la Cámara se refirió a las manifestaciones de la portavoz cupaire en el Parlament, Eulàlia Reguant, en las que afirmó que Junts “quiere ganar en los despachos lo que perdieron en las urnas”, y añadió que tiene la sensación de que los de Puigdemont no han digerido que han quedado por detrás de Esquerra el pasado 14-F. Borràs tiró de datos: “En la anterior legislatura teníamos 34 y 32 escaños, y ¿cómo nos comportamos desde Junts? Junts tenia 6 consellerias y Presidència, ERC 7. Una relación de 50%. Junts tenia 43 direcciones generales, ERC 66. El Presupuesto lo gestionaba un 71% ERC y un 29% Junts. ¿Qué tenemos que digerir?”.

Sucede que en la formación posconvergente se suceden las polémicas también internas tras tener que salir a precisar que ya estaba acordada la salida del diputado Jaume Alonso-Cuevillas, abogado de Puigdemont, de la Mesa del Parlament, antes de que el letrado cuestionara la admisión de propuestas de resolución contra la monarquía y a favor de la autodeterminación que a efectos prácticos no tienen recorrido y que podrían llevar a la inhabilitación de los miembros de la Mesa.

“En estos compases iniciales, ya vimos que seguramente no era su sitio. Tuvimos una conversación la semana pasada y ya acordamos que no estaría y que saldría de la Mesa. Luego todo se precipitó”, subrayó en Catalunya Ràdio la presidenta del Parlament. Tras explicar que el relevo de Cuevillas ha sido una decisión “colegiada” que deberá ser ratificada en el próximo pleno, Borràs ha especificó que habló con él después de que se abstuviera en el voto delegado del exconseller y actual diputado de Junts Lluís Puig. “Esto evidenció que podía haber alguna turbulencia, y ante cualquier pequeño bache es mejor asfaltar y poder seguir trabajando para avanzar”, dijo, recordando que Cuevillas aceptó entrar en la Mesa tras ofrecérselo ella misma después de haber compartido dos años en el Congreso, pero que no era el lugar que él hubiera preferido.

En este contexto, el horizonte se encamina a un gobierno de minoría entre ERC y la CUP en el que tampoco los comunes están dispuestos a entrar si Junts les condiciona pese a estar en la oposición. La filial morada cree que sería más sólido uno en el que de una u otra manera se involucraran los cuatro partidos de izquierdas en el Parlament. Para los comunes está claro que Junts debería quedar fuera del futuro Govern “porque han demostrado su voluntad de apostar por la inestabilidad y el bloqueo, la vía de la confrontación estéril y blindar los privilegios de los de siempre”. Asimismo, el PSC también descartó la posibilidad de que su partido apoye externamente un Ejecutivo en solitario de ERC, e instó a los republicanos a secundar un Govern presidido por Salvador Illa. El apoyo socialista está aún más descartado si en él se sumara la CUP.

Mucho tendrían que acelerarse las negociaciones para que Junts estrechara la mano de ERC y reeditaran una fórmula como la de los últimos años. JxCat sabe además que desde fuera puede colgarse la medalla de haber evitado una repetición electoral invistiendo a Aragonès y predicar su posición de liderazgo en el independentismo poniendo la lupa sobre sus decisiones.

“Antes Junts gestionaba el 29% del Presupuesto y ERC el 71%. ¿Qué tenemos que digerir?”

Presidenta del Parlament de Catalunya