La investigación de 'The New Yorker' no ha sido más que la confirmación de un espionaje

-En efecto. Ahora lo que se ha hecho público son básicamente las pruebas de la existencia de todo este entramado criminal por el cual nos han estado investigando ilegalmente.

Estamos ante un nuevo capítulo de 'lawfare', pero en esta ocasión afirma que se trata de "la madre de todas las cloacas".

-Yo creo que es un espionaje por una parte masivo y por otra parte selectivo. Es decir, solo se ha dirigido contra un grupo nacional minoritario muy concreto, que es la minoría nacional catalana. Y ha sido por razones de origen estrictamente ideológicas. Ahora, teniendo en cuenta los recursos que hay que gastar para haber puesto en práctica este espionaje, evidentemente esta es la madre de todas las cloacas del Estado.

¿Es esto obra de incontrolados de las 'cloacas' o se hacía con el visto bueno de los sucesivos gobiernos?

-Yo creo que eso es lo que hay que determinar a lo largo de la investigación que se tendrá que abrir, bien en España bien en el extranjero. Porque se va a abrir, de eso que no quepa duda, y habrá que llegar hasta las últimas consecuencias. Yo creo que el Gobierno tiene una oportunidad única de ponerse en el lado correcto de la Historia y de poner fin a esta dinámica de cloacas que lleva tantos años ensuciando la vida pública española.

"La cuestión es si el Gobierno quiere concluir la Transición o prefiere seguir en las postrimerías del franquismo"

Pero, hasta el momento, Moncloa se ha limitado a escurrir el bulto.

-The New Yorker le ha dado al Gobierno español el mejor de los instrumentos para terminar de concluir la Transición. La cuestión es si ellos quieren concluirla o quieren mantenerse en las postrimerías del franquismo y ser presos de unos intereses que evidentemente son antidemocráticos. La otra alternativa que cabe es que el Gobierno sea parte de esto. No hay mucho más margen.

Si resulta que el Gobierno español ha tenido conocimiento del espionaje, esto dinamitaría todos los puentes entre el Estado y Catalunya.

-Es que en términos democráticos es imposible pactar con quien actúa antidemocráticamente. Pero insisto en que el Gobierno de Pedro Sánchez no ha tenido nunca una ocasión tan buena para desenmascarar a las cloacas del Estado de una vez por todas.

¿La vía judicial puede tener recorrido en el Estado o hay que fiarlo todo a las instancias internacionales?

-Yo creo que en España y Catalunya sigue habiendo buenos jueces, e imagino que algunos se tomarán muy en serio su trabajo.

¿La confirmación del espionaje puede reforzar sus argumentos como letrado en los casos de las euroórdenes o en el recursos a Estrasburgo del juicio del 1-O?

-Hay que fijarse en una cosa: durante todo el tiempo en que hemos estado pleiteando en Europa, las conversaciones abogado-cliente estaban siendo monitorizadas por una de las partes. Ese tema no es menor.