En Moncloa se ampararon ayer en los secretos oficiales y la normal que regula el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) para evitar dar explicaciones sobre la supuesta relación de Marruecos con el espionaje mediante Pegasus a Pedro Sánchez y otros miembros del Gobierno español.

Así, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, se amparó en el secreto de las informaciones del CNI para eludir hablar sobre el posible informe relacionado con la crisis de Ceuta, evitando comentar la posible relación de Marruecos con el espionaje a miembros del Ejecutivo.

Todo ello ante una información de El País que apunta a que Inteligencia atribuyó en un informe la crisis de Ceuta al “discurso agresivo” de Rabat sobre el Sahara Occidental.

“Tengo que decir que toda la información del CNI es secreta y no puedo hacer ningún comentario al respecto”, respondió Bolaños al ser preguntado a este respecto. Eso sí, el ministro defendió la “nueva etapa” que se ha abierto con Marruecos que va a suponer, según dijo, una “colaboración en materia comercial y cultural, entre otras cosas”, además de abrir los dos pasos fronterizos”.

Por su parte, la ministra de Defensa, Margarita Robles, se amparó también en la norma que regula el CNI para no revelar si los servicios de espionaje alertaron de movimientos de Marruecos para forzar un cambio de postura de España respecto al Sáhara Occidental. “Todo lo que realiza el CNI tiene carácter de secreto y no se puede hacer ninguna manifestación al respecto”, sostuvo en una entrevista en Telecinco.

En cualquier caso, la ministra de Defensa aludió al “rigor” de todas las actuaciones del CNI y ensalzó el trabajo “serio y riguroso” de sus más de 3.000 miembros, tanto dentro con fuera del Estado, y “siempre sometidos a la legalidad”.