Ni es oro todo lo que reluce ni todo el incremento del techo de gasto es inversión real. La inflación no solo va a pasar factura a las familias y a las empresas, también a la Administración foral, que el próximo año va a tener que hacer frente a un incremento elevado de los gastos ordinarios de su presupuesto. De hecho, la mayor parte de los 449 millones en los que aumentará el presupuesto de 2023 va a ir destinado a atender el incremento de los precios.

De entrada, el Gobierno foral deberá asumir un aumento de las transferencias a otras administraciones. El pago a las entidades locales, que por ley se debe actualizar el IPC más 2%, supone 32 millones más. La aportación al Estado crece por su parte en 62 millones mientras que el aumento de las retribuciones de los empleados de la administración requerirá de otros 65 millones más. Si a todo ello se suma la actualización del gasto corriente –Hacienda ha fijado como criterio general un incremento cercano al 200% en el coste energético para el próximo año– y la actualización al IPC de algunas prestaciones sociales, el margen presupuestario de la mayoría de los departamentos va a ser muy limitado.

De hecho, solo los fondos europeos van a dotar de margen de inversión efectiva al Gobierno de Navarra. 245 millones que se podrán destinar a proyectos vinculados con la digitalización, el desarrollo sostenible y la eficiencia energética. Son 83 millones más de los había para 2022, y aunque en gran medida coinciden con las apuestas estratégicas del Ejecutivo foral, el destino del dinero viene ya prefijado por los criterios que han marcado la Unión Europea y el Gobierno central.

TENSIONES CON HACIENDA

Siempre se ha dicho que todos gobiernos están divididos en dos: el bando de Hacienda y el de todos demás. Nunca es fácil repartir el presupuesto, ni siquiera cuando crece por encima del 9%. Así que estos últimos días están siendo de gran tensión en el seno del Palacio de Navarra. Prácticamente todos los departamentos han mostrado su malestar a Hacienda por el límite impuesto, que en muchos casos queda lejos de las expectativas generadas ante unas cuentas que son mucho menos expansivas de lo que puede parecer a simple vista

Algunas consejerías han visto además con sorpresa cómo en su techo de gasto se han incluido los fondos europeos. De forma que pese a mantener un presupuesto neto igual o superior al de este año, el gasto real al margen de las ayudas europeas es incluso inferior. Se da la circunstancia además de que una parte importante de los fondos europeos está gestionado por los departamentos de Geroa Bai, lo que ha motivado tensiones añadidas entre alguno de sus consejeros y la titular de Hacienda.

Se trata en cualquier caso de un problema global que, más allá del color político, afecta al conjunto del Gobierno. Todos los costes se han disparado. Desde la obra pública a la energía, pasando por cualquier otro tipo de servicio que debe contratar la Administración. Y eso ha despertado también las quejas de áreas claramente socialistas, como Educación o Cohesión Territorial, que consideran insuficientes los fondos que se les han asignado para el año que viene. Prácticamente nadie está satisfecho con su parte del pastel.

A todo ello se suma además la peculiar forma con la que Elma Saiz lleva a cabo las negociaciones internas. La titular de Hacienda no acostumbra a compartir mucha información con sus compañeros de Gobierno, ni tampoco suele ofrecer una foto global del presupuesto. Nadie sabe cuánto sube o baja el techo de gasto de la puerta de al lado, lo que alimenta la desconfianza con las decisiones de una consejera que forma parte además del núcleo estratégico del PSN.

No se esperan en cualquier caso mayores dificultades para llegar a un acuerdo final. Según el calendario de fijado, está previsto que a lo largo del día de hoy los distintos departamentos eleven a Hacienda sus respectivos anteproyectos de presupuestos. Un primer borrador sobre el que todavía se podrá seguir trabajando en los próximos días, antes de su aprobación definitiva el próximo jueves 13 de octubre. Así que hay margen para acabar de afinar las discrepancias que puedan quedar entre departamentos e incluso entre partidos políticos.

Queda además por cuantificar la reforma fiscal. De una u otra forma tocará encajar las medidas en un presupuesto ya de por sí ajustado, así como decidir si el esfuerzo se centra en los incentivos fiscales o en otro tipo de ayudas directas.

Y habrá que incluir además las propuestas de EH Bildu, que está manteniendo contactos con las respectivas consejerías para realizar sus aportaciones al presupuesto de 2023. De forma que el trámite parlamentario quede solo para las enmiendas parciales que puedan presentar de forma conjunta los grupos que apoyan al Gobierno. Y que este año, con las elecciones en el horizonte, previsiblemente contarán con una financiación adicional.

Si los plazo se cumplen, el presupuesto llegará al Parlamento el día 4 de noviembre para su tramitación y aprobación definitiva a finales de diciembre. Y contrariamente a lo que pudiera parecer, la cercanía electoral, lejos de enfatizar las diferencias puede acabar facilitando el cuarto acuerdo presupuestario de la legislatura. A estas alturas a nadie le interesa aparecer como el responsable de la ruptura de la mayoría progresista en Navarra.

PRESUPUESTOS DE 2023

65 millones más para personal

  • Incremento del 4%. Navarra aplicará previsiblemente el aumento salarial para los empleados públicos acordado por el Gobierno de España y la mayoría sindical. Aunque inicialmente había presupuestado un 3%, el acuerdo implica al conjunto de la Función Pública. Será un 1,5% aplicable ya en 2022 y que se consolida para 2023, y un 2,5% adicional para el próximo año. En total, un aumento del 4% que tendrá un impacto presupuestario cercano a los 65 millones anuales. En el presupuesto consolidado de este año el capítulo 1 de personal asciende 1.605 millones, prácticamente un tercio de todo el gasto público (5.082 millones).