La Red de Torturados de Navarra presentó el viernes por la tarde el informe de torturas que ha acreditado al menos 1068 casos en la Comunidad Foral. Era el último paso que faltaba para culminar un proceso de tres años, los que han transcurrido desde la puesta en marcha de la asociación, la recogida de testimonios y la elaboración del informe por parte del Instituto Vasco de Criminología (IVAC-KREI). El trabajo, riguroso e independiente como solicitaron las víctimas, ha tenido poco tiempo para llevarse a cabo. Pero con los casos que sí se han podido analizar, el peritaje cumplido todos los protocolos.

Es un primer gran paso para el colectivo. Lo dijo Jorge Txokarro, portavoz, durante la presentación. Recordó el trabajo intenso y discreto de los últimos años, y consideró que este informe no es sino el primer paso para seguir tirando del hilo y sondear toda la dimensión que ha tenido la tortura en Navarra. De ahí que las “carpetas naranjas”, la iniciativa para recoger mediante formularios denuncias de tortura “pueblo a pueblo, casa a casa” va a continuar. Ya llevan 14 meses, dijo Txokarro. Pero seguirán para que los estudios que vengan cuenten con toda la información.

De su intervención, un mensaje importante: queda el debe del reconocimiento público. El informe era necesario, pero el reconocimiento de los torturados como víctimas es un paso que también tiene que darse, insistió Txokarro. Lo que pasa es que él mismo admitió que ahora mismo no se está “en ese escenario”. “Queda mucho todavía para eso”.

Que pueda haber más informes como el del IVAC-KREI depende de dos cosas: de que el Gobierno siga apostando por la investigación de estas vulneraciones y de que haya dinero. Simple y llanamente. Es algo a lo que también hicieron referencia dos de las investigadoras que ayer estuvieron presentes, Laura Pego y Jeannette Ruiz.

Poco antes del comienzo de la presentación, Ruiz explicó a este periódico que lo ideal sería poder continuar con el trabajo que se empezó a mediados del año pasado. Por el momento, la muestra al azar escogida entre los denunciantes ha arrojado un porcentaje de consistencia altísimo. Pero la falta de tiempo ha hecho que sea pequeña y hay que ampliarla, subrayó Ruiz, psicóloga clínica con experiencia en el peritaje de torturas. Dependerá de futuras convocatorias.

Y en una línea similar se expresó Laura Pego. Doctora en Derecho, también señaló que han contado con poco tiempo y que no han podido profundizar en aspectos importantes. Por ejemplo, las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en casos de denunciantes de torturas navarros, y que el IVAC-KREI quiere abordar con más detenimiento.