Sánchez se centra en lo social, justifica la amnistía y obvia el modelo territorial
El líder del PSOE apuesta por la vía del “diálogo, generosidad y perdón” frente a la “derecha retrógrada” como “el camino más seguro para la unidad de España”
Las fuerzas soberanistas mantendrán a Pedro Sánchez al frente de La Moncloa. Un respaldo de investidura sustentado en acuerdos a varias bandas sobre los que, durante su hora y 45 minutos de discurso, el líder del PSOE ha pasado de puntillas, más allá de su necesaria defensa de la amnistía, profundizando en las políticas sociales y obviando cualquier atisbo de reforma del modelo territorial del Estado. Nunca mejor dicho, una prolongación del sanchismo, del cariz de su anterior legislatura, como escudo frente a la “ola reaccionaria” y donde la medida de gracia hacia el independentismo supone un “ladrillo” más de un “muro” contra la “derecha retrógrada” en pro del reencuentro, el “camino más seguro para la unidad de España”, argumento éste último que, visto el rictus, ha provocado más de un respingo en los escaños de la órbita secesionista. “En Catalunya hay ciudadanos que consideran que estarían mejor siendo independientes. El Gobierno no comparte esa idea. ¿Cómo garantizamos esa unidad? ¿Por la vía de la imposición o por la del diálogo y el perdón? –se ha preguntado el socialista–. El PP ya probó la primera vía. El resultado fue la mayor crisis territorial, institucional y constitucional de nuestra democracia. Su receta condujo al desastre. Nosotros hemos hecho todo lo contrario: la vía de la generosidad, del perdón, del diálogo, de la negociación. Hemos antepuesto la unidad a la fractura”, ha justificado Sánchez, admitiendo nuevamente tener que hacer “de la necesidad virtud” para impedir el paso de la ultraderecha al poder. “Las circunstancias son las que son”.
El líder socialista, que ahora ve “perfectamente legal” el encaje de la amnistía en la Carta Magna, ha subrayado que se recurre a esta herramienta “por interés general” para “seguir avanzando por la senda de la convivencia y del progreso”, reiterando que lo hace “en nombre de España y en nombre del interés de España y en defensa de la concordia entre españoles”. Amparado en que la medida la pide una parte relevante de la sociedad catalana” y que aprueban “el 80% de sus representantes políticos”, así como una “mayoría amplia” de las fuerzas representadas en el Congreso, se ha dirigido a los ciudadanos críticos para decirles que “respeta enormemente sus opiniones y también sus emociones”, pero ha razonado que el Tribunal Constitucional ha rubricado amnistías antes y que se están aplicando normas similares en “democracias consolidadas” como Francia, Italia, Alemania, Reino Unido y Portugal. Sánchez busca con ello, no solo formar un gobierno de progreso, que “también”, sino superar la etapa del procés y hasta “persuadir” a los independentistas de que “España es un buen país también para ellos”, algo que este miércoles no ha conseguido. El resto de su alegato lo ha dedicado a desbrozar el porqué de las actitudes mostradas por PP y Vox, que alientan las bajas pasiones en la calle, y que se debe a una sola cosa: “que no aceptan el resultado electoral del pasado 23 de julio”. “Entonces, por muchos aspavientos que hagan, por mucha patrimonialización que intenten de la bandera y de los símbolos constitucionales, que son de todos, a las derechas reaccionarias la amnistía les importa más bien poco”, ha alegado el socialista, reclamando a Alberto Núñez Feijóo “responsabilidad y sentido de Estado”, es decir, “cordura y coherencia”.
Sembrar discordia
“Cuando la derecha llega a un acuerdo con los nacionalistas es un pacto de caballeros, si lo hace la izquierda es una traición a la patria”, le ha recordado al líder del PP, emplazándole a no seguir la senda de Vox, que supone una deriva “trumpista” que alimenta conspiraciones y comportamientos antidemocráticos. “No puede actuar al dictado de una organización ultraderechista”, ha censurado Sánchez al hilo de las protestas sobre el asfalto de Ferraz. Por ello, ha advertido a la formación de Génova de que “no puede volver a sembrar la discordia y atizar el fuego del odio”, como cuando pidió el boicot a los productos catalanes. El líder del PSOE ha evocado también la ocasión en que el PP concedió “1400 indultos en un solo día” o cuando el Ejecutivo de José María Aznar indultó a miembros de la banda terrorista Terra Lliure –trámite que inició antes Felipe González–. “¡Qué escándalo señor Feijóo”!, ha exclamado en tono irónico. “Aquellos que lanzan proclamas y soflamas diciendo que se movilice toda España en contra de este malvado Sánchez entregaron numerosas competencias a gobiernos del País Vasco y de Catalunya cuando necesitaron los votos del nacionalismo”, ha reprochado, remarcando que los poderes económicos “auspician y amparan a la derecha y la ultraderecha porque no quieren un Gobierno socialista que siga aplicando medidas sociales y mejoras laborales y salariales de los trabajadores”. “La suya es la ausencia clamorosa de un proyecto en positivo para la mayoría”, le ha espetado a Feijóo en el turno de réplica.
“Todas las acusaciones de fraude no son nuevas”, ha añadido Sánchez, volviendo a tirar de sorna: “No sé para qué quiere repetir las elecciones si usted las ha ganado. Lo que dice la Constitución es que se respete el resultado, no que se repitan”. “Siempre cuestionan la legitimidad del Gobierno socialista. Como en 2004, con teorías lunáticas tras una mentira masiva”, ha zanjado instando a elegir: “O seguir avanzando o secundar a los profetas del odio que quieren encerrar a las mujeres en las cocinas, a las personas LGTBI en los armarios y a los migrantes en campos de refugiados”.
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