A nadie se le escapa que los próximos meses, con las elecciones europeas en el punto de mira, serán un cruce de reproches entre Sumar y Podemos después de que la formación morada haya decidido pasarse al Grupo Mixto. Un escenario que complicará todavía más la legislatura al Gobierno de coalición aunque Ione Belarra haya transmitido a Moncloa que la intención de su partido no es poner en el disparadero este nuevo mandato. Para ello, solo pone una condición: que Podemos negocie de tú a tú con el PSOE, con los Presupuestos Generales del Estado (PGE) como primera prueba en esta singladura. Horas después de que se consumara la fractura, Yolanda Díaz ha aprovechado la jornada de la Constitución para salir a la palestra y reclamar a los morados que “no se confundan de adversario” ni pongan “en jaque” las políticas del Ejecutivo que comanda Pedro Sánchez después de un movimiento que califica como “de parte”, que solo busca protagonismo y que, a su parecer, genera desafección política.

Aunque la líder de Sumar ha trasladado un mensaje de “serenidad y tranquilidad” junto a los ministros de sus filas, la intrahistoria iba por dentro. “Creo que las personas progresistas en España no comprenderían que se puedan poner en jaque políticas públicas que son importantes y que son buenas para la vida de la gente”, ha manifestado, cuestionada respecto a la decisión de Podemos de romper con el grupo plurinacional. Y aunque no ha mencionado directamente a la formación que encabeza Belarra, le ha lanzado una indirecta al señalar que “cualquier persona que defienda el bien del país no se va a confundir de adversario” en el hemiciclo, máxime cuando el Gobierno de coalición está “asediado” por una “política destructiva” de PP y Vox que solo busca “desestabilizar”. Al igual que sus compañeros, Díaz ha evitado clarificar si veía en este paso un acto de transfuguismo y se ha limitado a proclamar que Sumar está decidida a avanzar en derechos para las mayorías sociales y laborales, así como a cuidar el Ejecutivo progresista. En buena parte de Sumar se respira tranquilidad porque se quitan de encima ciertas dosis de tensión y ruido, y no les preocupa que Podemos les eche para atrás algunas leyes porque ya lo hicieron en la legislatura anterior y creen que lo que buscan ahora es una presencia de la que “van a carecer”.

Belarra llamó a Bolaños

Mientras, en las filas socialistas hay cierto alivio con la promesa de Belarra, que el martes por la noche conversó con el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, para comunicarle la disposición a “mantener la estabilidad” de la legislatura. El propio Sánchez ha restado trascendencia a este nuevo contexto que confía en que no tenga más consecuencias que la apertura de una interlocución directa entre PSOE y Podemos. Además de la secretaria general del partido, también la secretaria de organización de Podemos, Lilith Vestrynge, telefoneó al secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, para establecer los nuevos cauces de diálogo. “Lo único que queremos es hacer política desde la autonomía”, ha insistido Belarra. “La conversación me tranquilizó”, admite Bolaños. Entre tanto, Podemos se está reorganizando de cara a la nueva etapa y mantendrá una reunión en los próximos días con los tres diputados del Mixto (BNG, Coalición Canaria y UPN). Van a poner el foco en vivienda, la agenda feminista y las guerras de Ucrania y Gaza, y dejan muy claro que el PSOE va a tener que sudar la camiseta con ellos si quiere sus cinco votos porque son tan determinantes como los de los soberanistas. “Podemos ha pasado página. Podemos deja atrás un momento extraordinariamente difícil para nuestra organización y ahora, con fuerzas renovadas, nos ponemos a cumplir con el mandato de la ciudadanía que es trabajar para seguir impulsando las transformaciones valientes, feministas y ambiciosas”, ha recalcado Belarra.