El Gobierno de Navarra prevé cerrar el último año con equilibrio presupuestario e, incluso, con un ligero superávit. A falta de oficializar el cierre de cuentas del ejercicio, que todavía tardará algunas semanas, las previsiones son positivas en la Hacienda Foral, que pese al contexto de incertidumbre económica internacional ha podido gestionar las cuentas públicas sin dificultades extraordinarias.

Ni la inflación, ni las consecuencias de las guerras en Ucrania y Gaza, ni tampoco el ambiente electoral prácticamente permanente de los últimos meses han alterado la tendencia positiva de la coyuntura económica. Los ingresos se han mantenido al alza, empujados por el consumo y los buenos datos de empleo, que se han resentido de forma positiva en prácticamente todos los impuestos.

A cierre de noviembre, Hacienda había recaudado ya el 100% de los ingresos corrientes previstos para todo el año. Un total de 5.080 millones, frente a los 5.055 millones recogidos en el presupuesto consolidado. A esa fecha, el IRPF había aportado el 102% de lo previsto; el Impuesto de Sociedades el 125%; y Sucesiones el 105%. También apunta al alza el IVA, un 157%, aunque los impuestos indirectos quedan pendientes de los ajustes con el Estado.

Son datos que en todo caso hay que tomar con prudencia a la espera del cierre definitivo del ejercicio. Así ha venido insistiendo Hacienda en los últimos meses, subrayando que se trata de una foto fija que habrá que ajustar con todos los datos a final de año. “La recaudación es algo vivo, muy dependiente del calendario fiscal, de los ingresos extraordinarios que puedan darse o de los ajustes con el Estado”, remarca el consejero de Hacienda, José Luis Arasti.

La mayoría progresista espera sacar adelante los presupuestos de Navarra y de Pamplona como muestra de cohesión y estabilidad

En lo que se refiere a la ejecución presupuestaria, a 30 de noviembre el Gobierno había reconocido gastos por el 80% del presupuesto, cifra que le acerca a un alto grado de ejecución a finales de año, aunque previsiblemente no llegará al 100%. Siempre hay partidas que por diversos motivos se quedan sin ejecutar, de la misma forma que otras aumentan su presupuesto o surgen nuevas a lo largo del año. De hecho, el presupuesto consolidado del gasto no financiero (excluidas las emisiones y refinanciaciones de deuda) es de 5.766 millones, 528 millones más que el presupuesto inicial aprobado por el Parlamento a finales de 2022. 

Negociación presupuestaria

Con todo, las perspectivas siguen siendo positivas, dentro de la prudencia que invita el contexto internacional y la recuperación paulatina de las reglas de estabilidad presupuestaria. La Unión Europea ha dado cierto margen a los Estados miembros para que definan su marco fiscal a medio plazo, pero el objetivo de reducción del déficit volverá a estar sobre la mesa más pronto que tarde.

Entre tanto, y con la perspectiva de un nuevo superávit, el Ejecutivo apuesta nuevamente por unos presupuestos también al alza, aunque muy condicionados por el gasto de personal y el efecto de la inflación, que implica también un aumento de los gastos corrientes.

La Administración Foral prevé gastar así este año 5.743 millones, 504 millones más que lo presupuestado para 2023. Aunque una cifra muy similar, incluso inferior, al gasto consolidado para este año una vez incorporadas las ampliaciones que se han realizado a la largo del ejercicio. Por lo que el margen de inversión será limitado.

Los detalles del nuevo anteproyecto los dará a conocer el propio Gobierno este próximo miércoles. Será el inicio de la tramitación presupuestaria, que salvo sorpresa finalizará el 7 de marzo con la aprobación de las cuentas públicas por parte del Parlamento de Navarra. La mayoría que sostiene al Ejecutivo foral, ahora también en el Ayuntamiento de Pamplona, viene trabajando desde hace varios días en el proyecto de gastos, por lo que se espera un acuerdo que garantice su aprobación.

Ambas instituciones irán además de la mano, tanto en el tiempo de tramitación –quizá antes los del Ayuntamiento– como en su mayoría política. Será un acuerdo a dos bandas que volverá a poner en evidencia la cohesión de la mayoría de Gobierno. Que aprovechará además los presupuestos para enviar un mensaje de estabilidad política, presupuestaria e institucional como respuesta a la airada reacción que ha tenido la derecha tras la moción de censura en la capital navarra.

50 millones de deuda al 3%

El pasado año la Hacienda Foral emitió 50 millones de nueva deuda pública. La previsión al principio del ejercicio era llevar a cabo operaciones por 142,8 millones – el déficit previsto del 0,6% PIB-, lo que unido a la refinanciación de los vencimientos ordinarios, por 247,2 millones, situaban las necesidades de financiación en 390 millones. Sin embargo, el superávit de 2022 ha permitido reducir las necesidades de endeudamiento, que finalmente han sido de 50 millones.

Estas operaciones se llevaron a cabo en mayo con la formalización dos préstamos sostenibles, a plazo de cuatro años, por importes de 33 y de 17 millones de euros, a un interés del 3,058% y del 3,087%, respectivamente. Es prácticamente el doble de lo que Navarra llegó a pagar un año antes por los intereses de la deuda (al 1,7%) y prácticamente diez veces más de lo que llegó a firmar en 2021 (al 0,3%). Casi la totalidad del endeudamiento está referenciado a un interés fijo, por lo que el alza de los tipos no ha tenido efecto por ahora en el resto de la deuda pública.