Las medidas de alivio fiscal ya tienen cifras en Navarra. La prórroga de los descuentos decretados por el Estado en alimentación y energía, sumada a la reforma fiscal del Gobierno de Navarra –con la deflactación y la subida de mínimos como puntos fuertes–, tendrán un impacto de algo más de 111 millones de euros para la Hacienda Foral. 

Esto supone que las arcas públicas dejarán de ingresar más de un centenar de millones para seguir contribuyendo al desahogo de las economías familiares, todavía atenazadas por los tipos de interés y el alza del coste de la vida en general.

Son datos que la propia Hacienda ha publicado en su previsión de ingresos tributarios de este año, ahora que los Presupuestos de 2024 acaban de empezar la andadura parlamentaria. En un capítulo específico, el departamento desgrana el impacto que tendrán en la cuenta las rebajas para este año, que tocarán figuras como el IRPF, el Impuesto de Sociedades, el Impuesto de Patrimonio y los IVA’s de la alimentación y la energía.

Previsión de impacto económico de las medidas del Gobierno de Navarra y el Estado para 2024 Maitane Bernabeu

Para entenderlo mejor, hay que empezar diciendo que la cifra general de 111 millones sale de la confluencia de dos políticas de alivio de distinta procedencia, pero complementarias. Por un lado están los efectos de la reforma fiscal navarra. Fue aprobada a finales de 2023 y está en funcionamiento desde el 1 de enero. Tiene un carácter que el departamento denomina como “permanente”, con efecto para todo el año.

El principal cambio, como ya se ha publicado, es la deflactación de los tramos del IRPF un 4%. Es una manera de evitar que la inflación haga pagar más impuestos a alguien que, en realidad, no tiene más capacidad adquisitiva.

La otra gran medida de la reforma navarra es la subida de los mínimos personales y familiares en un 6% para dos años. Además, crecen las deducciones en vivienda para los programas David y Emanzipa, entre otras ayudas para la vivienda.

Estas medidas tienen un impacto que roza los 50 millones y no son las únicas que afectarán a la recaudación de la Hacienda Foral. A la reforma fiscal navarra hay que sumar la prórroga de los descuentos en alimentación y energía decretada por el Estado.

El calendario para 2024

El Gobierno central decidió, a finales de 2023, estirar hasta 2024 una serie de descuentos que ya aplicó desde 2022, y que sirvieron para aplacar –de alguna manera– la escalada de los precios de la cesta básica y la luz disparados todavía más desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania.

El Estado va a extender a todo el primer semestre del año los descuentos del IVA. Durante este período, se mantendrá el tipo del 0% sobre productos básicos de alimentación, así como el 5% sobre aceites de oliva y semillas y pastas.

Asimismo, se establece un 10% de impuesto sobre la electricidad hasta el 31 de diciembre de 2024, sobre el gas natural hasta el 31 de marzo de 2024, y sobre briquetas y pellets hasta el 30 de junio de 2024.

En cuanto al Impuesto sobre el Valor de la Producción de Energía Eléctrica (IVPEE), tendrá un efecto del 3,5% hasta marzo y subirá al 5,25% hasta junio, para luego regresar al 7% en el segundo semestre del año.

Por otro lado, el impuesto especial sobre la electricidad, que había sido reducido al 0,5% desde septiembre de 2021, irá creciendo conforme pase el año. Durante el primer trimestre de 2024, se mantendrá rebajado al 2,5%, y durante el segundo trimestre se establecerá en el 3,8%, tal y como detalla el documento de previsiones.

Previsión general

Estas medidas de alivio no mermarán la capacidad de recaudación general de la Hacienda, que calcula que los ingresos generales pueden crecer más de un 5%.

El departamento cifra en 5.251 millones los ingresos para este año, contando todo –impuestos directos, indirectos, tasas...– y teniendo en cuenta las previsiones generales. Las Cuentas de este año, que el Parlamento podría aprobar el 7 de marzo, se han proyectado en un escenario de menor crecimiento económico –1,3%, frente al 1,7% de 2023–, con un ritmo más bajo en creación de empleo –1% frente al 1,2% del año pasado– pero, eso sí, con una inflación algo más comedida –3,4% frente al 4% del curso pasado–.

No obstante, la previsión es que las retenciones del trabajo sigan siendo el gran tractor de los ingresos –la previsión de crecimiento es del 11,7% con respecto Presupuesto inicial del año pasado–, que el Impuesto de Sociedades recupere algo de vigor –y así pasar de los 500 millones– y que el IVA no solo se mantenga sino que suba un 3,4% con respecto al último cierre y pase de los 1.700 millones.