El presidente del Parlamento, Unai Hualde, ha presentado este viernes el borrador del código ético de conducta que regulará la actividad parlamentaria. Un nuevo régimen interno que ya viene recogido en el actual Reglamento del Parlamento y que ha sido elaborado por los servicios jurídicos de la Cámara a partir de documentos similares del Parlamento Europeo, Cortes Generales o parlamentos regionales como Canarias y Cataluña. CONSULTA AQUÍ EL BORRADOR

El texto ha sido remitido a los grupos parlamentarios que deberán ahora plantear propuestas y modificaciones antes de su entrada en vigor en el próximo periodo legislativo, que comienza en septiembre. "El Parlamento representa a la ciudadanía navarra y cada parlamentario tiene una responsabilidad, cierta ejemplariedad, y nuestro comportamiento debe ser acorde con esa circunstancia", ha subrayado Hualde en la presentación del texto.

El nuevo código de conducta llega en medio de un debate abierto sobre la regeneración democrática y la calidad del debate político. No obstante, se venía trabajando en él prácticamente desde el inicio de la legislatura. Así lo ha puesto de manifiesto Hualde, que no ha ocultado su malestar por algunas afirmaciones de los partidos de la oposición, que han asegurado que se trata de un intento de limitar su libertad de expresión.

"No es un texto contra nadie, sino un mandato que fue fruto de la reflexión del conjunto de grupos en la pasada legislatura en aras a la profundización democrática y adaptación a los tiempos", ha subrayado el presidente del Parlamento, que ha recordado que su elaboración se acordó la pasada legislatura en el debate del nuevo reglamento que, fue aprobado con el apoyo de todos los partidos y la abstención de Navarra Suma, que incluía UPN y PP.

Contra discursos de odio

El reto ahora es consensuar su contenido. Algunos aspectos son claros, como las incompatibilidades o el cumplimiento de las obligaciones de parlamentario que pasan por asistir a las sesiones. Otras cuestiones son, sin embargo, más espinosas, como por ejemplo el apartado que trata de evitar discursos que generen odio y xenofobia, y que ha sido elaborado con el apoyo del Departamento de Políticas Migratorias del Gobierno de Navarra.

Un aspecto que mira directamente a Vox, que ya ha tenido varios encontronazos por esta cuestión con el propio presidente de la Cámara. Sin embargo, la línea fina entre la libertad de expresión de los parlamentarios y las sanciones que plantea el código ético. En algunos casos, los más extremos y graves, como incompatibilidades severas o falsedad en la declaración de intereses, pueden llevar incluso la suspensión del propio cargo. Pero eso no está claro todavía, ya que está pendiente de aprobar por el resto de grupos. Un aspecto en el que ha incidido Hualde, que ha subrayado que se trata de un documento de trabajo que ahora habrá que consensuar.

El debate, en todo caso, está abierto y corresponde a los grupos políticos fijar el marco de debate también los límites de una actuación política que no deja de estar cada vez más alejada de los ciudadanos. Pero que, empujado por el golpe fácil y la difusión que facilitan las redes sociales, ha llevado al debate parlamentario a una dinámica cada vez más simple y menos reflexiva.

El código ético

Según recoge la propuesta elaborada por los servicios jurídicos del Parlamento, el código ético tiene por objeto "regular las obligaciones de los parlamentarios y parlamentarias forales" con el fin de "reforzar las exigencias de integridad y transparencia en su actuación y la confianza de la ciudadanía navarra en la máxima institución representativa de la Comunidad Foral". Y es de "aplicación directa y vinculante" para todos los representantes parlamentarios.

El documento recoge expresamente que los parlamentarios "tienen el deber de asistir a las sesiones de los órganos parlamentarios de los que formen parte" y estarán "obligados a respetar el orden, la cortesía y la disciplina parlamentaria". Regula además el régimen de incompatibilidades y el conflicto de interesas, y se prohíbe expresamente recibir "para sí mismos o su entorno familiar, obsequios o regalos, favores, servicios, invitaciones o viajes, de valor superior a 150 euros"

Entre las novedades, destaca que los miembros del Parlamento deberán hacer pública su agenda parlamentaria en el apartado de Transparencia de la página web de la Cámara. Allí se incluirán las reuniones, los contactos y las audiencias que mantienen, en el ejercicio de sus funciones, "con cualquier persona, entidad u organización que pueda considerarse un grupo de interés o que tenga interés y pueda influir en la tramitación de las iniciativas parlamentarias o el ejercicio del derecho de voto". Se define además la figura del lobby o grupo de interés.

Las sanciones

En el apartado de las sanciones, se considerarán "muy graves" actuaciones como "facilitar intencionadamente información parcial u omitir o manipular información relevante en aquello que afecta el cumplimiento de las obligaciones que establece este Código de conducta" o "incumplir el régimen de incompatibilidades y el deber de abstención en caso de conflicto de intereses.

Serán infracciones graves "dar información incompleta sobre el cumplimiento de las obligaciones que establece este Código de Conducta"; "incumplir los plazos establecidos para la presentación de las declaraciones que deben formular los parlamentarios y parlamentarias forales de acuerdo con el Reglamento y este Código de Conducta"; "incumplir el deber de publicidad de la agenda parlamentaria" y "facilitar datos parciales o incompletos en el caso de las declaraciones de intereses". 

Las sanciones irán desde una "amonestación privada" a multas "de 600 a 12.000 euros, en función de la gravedad y reiteración". No obstante, en caso de infracciones muy graves "la Mesa podrá proponer al Pleno que acuerde la suspensión temporal del ejercicio de la función parlamentaria hasta que no se resuelva la situación de incumplimiento".