El alza de los tipos de interés no ha repercutido de forma relevante en las cuentas públicas de Navarra. No al menos en los términos en los que se pudo llegar a temer ante la rápida escalada de tipos impuesta por el Banco Central Europeo en apenas dos años. Pese a que las últimas emisiones se han contratado al 3,1% de interés, la media del conjunto de la deuda se mantiene en el 1,5%, por debajo de lo que están pagando por su deuda el Estado (2,1%), la CAV o la Comunidad de Madrid, ambas en el 2,3%.

La reducción del endeudamiento llevada a cabo en los últimos ejercicios y el hecho de que prácticamente la totalidad de la deuda se haya financiado a tipo fijo ha minimizado el impacto de incremento del precio del dinero en un momento en el que los préstamos han estado en máximos. El coste de los intereses se podría encarecer todavía en los próximos años, en los que hay que amortizar o refinanciar la mayor parte del endeudamiento, pero la rebaja todavía muy moderada de los tipos de interés invita a pensar que lo peor ya ha pasado.

De hecho, la previsión es que, con la moderación progresiva de los tipos en los próximos meses, la presión de la deuda sobre el presupuesto se mantenga en niveles similares a los actuales. Para este año se han presupuestado 48,5 millones en intereses, lejos de los más de 100 que Navarra llegó a pagar hace poco más de una década.

Para este año el Gobierno foral tiene prevista la contratación de deuda pública y préstamos bancarios por un total de 334 millones. De ellos, 257 millones se corresponden con la refinanciación de vencimientos ordinarios que hay que afrontar en este ejercicio, mientras que los 77 millones restantes son para financiar el déficit presupuestario aprobado con los presupuestos de 2024, el equivalente al 0,3% del PIB.

De momento, la Hacienda Foral acordó el pasado 31 de mayo la emisión de un bono de deuda sostenible de 50 millones, que se ha cerrado a un plazo de siete años y al 3,14% de interés. El resto queda pendiente de la ejecución presupuestaria, la situación de los mercados financieros y de los propios tipos de interés.

De hecho es posible que finalmente no sea necesario recurrir a toda la deuda prevista, ya que al menos una parte de los vencimientos se podrán afrontar con el remanente del pasado año fruto del superávit presupuestario, lo que reducirá la necesidad de recurrir a financiación externa. Además, si la recaudación tributaria se mantiene en la senda actual –mayo cerró con un incremento acumulado del 2,2%–, es posible que Navarra vuelve a cerrar el ejercicio de 2024 sin déficit presupuestario.

La deuda más baja del Estado

Según los últimos datos publicados por el Banco de España, relativos al último trimestre de 2023, Navarra cerró el año con la cifra más baja de deuda pública en 12 años. Son 2.951 millones de endeudamiento, el equivalente al 12% del PIB y 207 millones menos que al finalizar el ejercicio anterior. Datos que dejan a la Comunidad Foral como el territorio menos endeudado del Estado, superando a la CAV, Madrid y Canarias, que un año antes habían quedado ligeramente por encima.

La buena evolución de la recaudación de los últimos años ha permitido cubrir el gasto presupuestario previsto, incrementado además de forma importante sin necesidad de incurrir en déficit público. La Hacienda Foral ha aprovechado la tesorería para amortizar parte de la deuda acumulada en años anteriores, lo que le ha permitido también reducir el coste de los intereses.

Se mantiene así la línea de control y reducción de la deuda pública iniciada ya en 2017, fecha en la que se alcanzó el máximo histórico de 3.628 millones, casi un 20% del PIB. Esa deuda se acumuló fundamentalmente entre los años 2007 y 2013 por el entonces Gobierno de UPN para compensar la caída de la recaudación que habían provocado la crisis financiera y los recortes de gasto público. Esta tendencia se ha revertido en los últimos ochos años, con la salvedad de 2020, año de la pandemia, en el que el Gobierno foral volvió a recurrir de forma importante al endeudamiento.