No ha sido un verano sencillo para Ana Ollo (Pamplona, 1965) que perdió el pasado mes de junio a un hermano. La vicepresidenta segunda, consejera desde 2015, considera el nuevo curso político “trascendental para la próxima década en Navarra” por la actividad legislativa en ámbitos como industria, salud, desarrollo rural o despoblación, que recibirán un impulso antes del ecuador de la legislatura. Ollo cree asimismo que es el momento de profundizar en políticas de convivencia ante los retos que supone la migración.

Hace un año nos dijo que Navarra necesita acuerdos amplios sobre Osasunbidea, euskera y convivencia. ¿En qué se ha avanzado?

–Yo no sé si se ha avanzado. Esos acuerdos requieren de espacio, tiempo y reflexión. Desde el Gobierno intentamos impulsarlos junto a otros por el bienestar de la ciudadanía. Navarra es casi una isla ante las políticas involucionistas o negacionistas que están ganando en regiones españolas o europeas muy cercanas, pero resistiendo cada día se retrocede. Tenemos que avanzar. 

¿Cómo afrontar las diferencias en el Gobierno ante noticias críticas, como la de Comptos sobre Salud o la del Consejo de Europa sobre los derechos de los euskaldunes? ¿Los roces son inevitables?

–En el trabajo entre diferentes son habituales. En Salud, con esa nueva ley foral, todo el Gobierno, empezando por la presidenta, está con el consejero. No hay falta de confianza, ni en él ni en una ley innovadora ante una población cada vez más envejecida y demandante de servicios sanitarios, y más exigente con la sanidad. El concepto que defiende el consejero Domínguez está avalado. 

El Consejo Navarro del Euskera rechazó el decreto de méritos y el Consejo de Europa ahonda en ciertas críticas. Puede parecer que los avances son muy lentos.  

–No lo creo. El sexto informe de los expertos europeos avala también la senda del quinto, que se hizo entre 2014 y 2017, donde se habló del importante cambio de rumbo originado con el Gobierno de Uxue Barkos. Este informe –tenemos que estudiarlo bien– vuelve a decir que Navarra va en la buena senda en general. Con políticas de protección al euskera, pero todavía con puntos de mejora importantes en ámbitos de la Administración del Estado y del Gobierno de Navarra. Va a ser imprescindible la aprobación de los planes lingüísticos de cada departamento ante este documento que habla de la escasa atención a la ciudadanía en la Administración Pública y el entorno social y sanitario. El tema nos separa a los socios del Gobierno, es indudable. 

¿Con Educación particularmente?

–Yo no diría que con este departamento. Nos separa a los grupos políticos. El Partido Socialista de Navarra y Geroa Bai tenemos muy poco que ver en cómo entendemos la promoción del euskera y la política lingüística. Pero hemos llegado a unos puntos de consenso en el acuerdo político. 

Para Begoña Alfaro, el euskera no es uno de los mayores problemas que tienen que abordar.

–Para Geroa Bai sí que es una prioridad, no solo como defensa de esa lengua propia, que nos hace peculiares incluso en el escenario europeo. Cuando hablamos de convivencia y de una sociedad diversa y plural, también está esa diversidad lingüística. El euskera debe ser un elemento de convivencia, lejos de esos debates partidistas a veces muy mezquinos. Para esta vicepresidenta es una de las prioridades, incluso dentro del segundo Plan de Convivencia que vamos a trabajar.

“Nos va a distinguir cómo seamos capaces de gestionar en Navarra los problemas que produce la diversidad”

¿Se ha avanzado en su valorización social desde 2019?

–Yo creo que sí. Tenemos cada vez más euskaldunes. Uno de cada cuatro jóvenes ha estudiado en el modelo D, y casi uno de cada cuatro ha tenido una enseñanza en modelo A, con euskera. Vamos a una sociedad cada vez más bilingüe. En diferentes pueblos de la Ribera hay movimientos a favor de la promoción del euskera, sobre todo de jóvenes. Creo que va avanzando, muy poco a poco, porque el discurso político y de algunos medios de comunicación en eso de enfrentar al euskera con discriminación, siempre asignándole valores negativos. Eso produce rechazo o miedo a mucha parte de la población, pero creo que hay brotes verdes en algunos ámbitos.

Esta semana ha asistido en Alicante al Consejo de las Lenguas.

–Que ya existía en el Gobierno de España, pero como comisión interministerial al que las comunidades podíamos acudir con voz pero sin voto, como invitadas. Ahora la idea es que formemos parte de pleno derecho. Es una buena noticia, importante. También allí se habló de este sexto informe de la Carta Europea de las Lenguas y sus recomendaciones.  

Según se avanza en reconocimientos en Convivencia habrá quien piense que queda menos por hacer. 

–Al revés, el Gobierno de Uxue Barkos tuvo la valentía de poner una Dirección General y trabajar con todas las víctimas, cada una en su contexto victimológico, en su reconocimiento y reparación, individual y social. Hemos dado pasos importantísimos en los últimos nueve años, y con Escuelas con Memoria somos el referente nacional y europeo. Nos parece imprescindible trabajar en la educación, porque los jóvenes no pueden crecer en la desmemoria con la que hemos crecido las generaciones como la mía. Sobre la fuga del fuerte de San Cristóbal, las más de 3.000 personas fusiladas en Navarra, el terrorismo especialmente de ETA, que afectó a muchas personas no solo con asesinatos y heridos, sino en las que se tuvieron que ir de aquí o que vivieron con miedo o con escolta. O los casos de tortura y malos tratos de funcionarios públicos. Pero también creo que la sociedad, cada vez más diversa y plural, tiene otros retos.

¿Cómo cuáles?

–Por ejemplo el de la inmigración. Cómo aceptamos esa diversidad. Tenemos una oportunidad de abordarlo en Navarra y que no nos pase lo que en Francia, donde terceras y cuartas generaciones de franceses no se sienten del territorio en el que viven y en el que han nacido. 

¿Entonces?

–Tendríamos que trabajar en un cierto contrato social y de equidad para nuestra ciudadanía. El segundo Plan de Convivencia, sin descender en las competencias de cada departamento, debe apuntar a la necesidad de cohesión territorial, social y económica en toda Navarra. Si no hay un equilibrio al respecto, difícilmente podremos avanzar en esa convivencia. Hay necesidad de un acuerdo político. 

“Cambiar la ley franquista de Secretos Oficiales, adalid de la desmemoria, es imprescindible en la democratización”

¿No es el programático?

–Ese es entre tres fuerzas políticas. Yo hablo de uno más amplio. En el Gobierno tenemos que liderar un acuerdo político, social y económico. 

La idea de ‘prosperidad compartida’ que ha esbozado Chivite... 

–Y la de auzolan democrático que yo digo, donde instituciones, organizaciones sindicales, empresariales, económicas, sociales, participemos para avanzar en esa diversidad beneficiosa para todos. Para bien y para mal Navarra somos casi 700.000 habitantes, en un territorio pequeño y relativamente cohesionado. Estamos en un momento oportuno de girar ese debate que se está dando, también aquí, aunque en nuestro caso todavía es incipiente. 

¿Y usted cómo lo ve?

–La diversidad es una realidad, no podemos poner puertas al campo, y es riqueza, pero evidentemente trae muchos problemas, por la propia diferenciación. Cómo seamos capaces de gestionar esos problemas que produce la diversidad es lo que nos va a distinguir. Esto requiere una mirada amplia. El euskera tiene un reto ahora mismo en Navarra con esa población inmigrante, que tiene que ver la oportunidad de que para sus hijos e hijas sea un valor para el bienestar social. 

Citaba antes Ezkaba. ¿Hay novedades al respecto?

–La falta de Presupuestos aprobados por el Gobierno de España está ralentizando la firma de un convenio. La situación política y presupuestaria en España no es la más adecuada para este tipo de cosas, pero espero que en pocas semanas podamos firmarlo.

¿La llegada del ministro Ángel Víctor Torres ha supuesto otra sintonía en torno al reconocimiento de víctimas policiales?

–Algún paso se está dando, pero bastante lentos. Supongo que la situación ahora mismo del Gobierno de España no es fácil, con una gran crispación política y un debate de fuerzas muy complejo. La ley de Memoria Democrática apunta en algunos pasos. El presidente Pedro Sánchez ha hablado de cambiar la ley de Secretos Oficiales. Eso sería un paso imprescindible. La actual, franquista, es la adalid de la desmemoria. 

Ya lo reconoce hasta Félix Bolaños. Esta ley del 68 es indecorosa.

–Eso es. Sería bueno que se reforme, imprescindible en esa democratización. Hay una nueva iniciativa del PNV, y casos importantísimos en Navarra para nuestro relato en violencia policial, como Sanfermines del 78 o Mikel Zabalza. La posibilidad de acceder a documentación seguramente aportaría verdad y luz a esas familias que todavía siguen sin conocer.

Gobernar conlleva desgaste, mientras en Navarra EH Bildu aporta de forma externa sin erosión visible. 

–Sin Geroa Bai no se entendería la última década, es imprescindible en el cambio dado. En mi primera legislatura hablar de tortura en el Parlamento era casi imposible, y ahora casi todos los grupos admiten que se produjeron torturas, y que la tortura es inadmisible. Al acto de reconocimiento de víctimas de violencia policial acudieron representantes de todos los grupos, salvo PP y Vox. 

A futuro próximo, ¿la aportación de Bildu no compite con la de ustedes?

–Si todos los grupos políticos aspiran a gobernar es porque hace más frío en la oposición. El desgaste que se puede producir cuando gobiernas o gestionas está ahí, pero también la capacidad de impulsar políticas importantes y de largo recorrido. A veces es más fácil estar en la oposición y en la crítica, pero tener esa capacidad de impulso produce cierta satisfacción. Si al final en las elecciones hay un cambio político, será la ciudadanía la que tenga que responder.  

“El desgaste que se puede producir cuando gobiernas está ahí, pero también la capacidad de impulsar políticas de largo recorrido”

Hablando de desmemoria: sobre EH Bildu siguen pendiendo sus omisiones, y si es la primera interesada en que se pase página. 

–Creo que Geroa Bai es el único grupo que en su totalidad puede decir que siempre ha defendido a todas las víctimas y ha condenado todas las violencias. Algunos han mantenido silencio y otros han presentado a ‘sus’ víctimas y han invisibilizado o querido invisibilizar a otras. A EH Bildu le falta un recorrido importante. No podemos pedir la memoria para algunas víctimas sin reconocer la del resto. Todas tienen los mismos derechos pero cada una en su contexto victimológico. Creo que EH Bildu intenta de alguna forma justificar y el PP, UPN o Vox hacen exactamente lo mismo en otros contextos. Unos y otros generan mucho daño a víctimas de otros contextos políticos. EH Bildu no puede no reconocer que algunos actos que se hacen en espacios festivos revictimizan a víctimas del terrorismo. 

Estar en un Gobierno resta energías para el crecimiento interno. Geroa Bai lleva nueve años en el Ejecutivo. Geroa Socialverdes surgió hace cuatro, pero no se visibiliza demasiado...

–Geroa Socialverdes está teniendo un importante desarrollo en implantación territorial. Uno de los principales valores de Geroa Bai, Uxue Barkos, está defendiendo muy bien la postura de Navarra y la de Geroa Bai en el Senado...

¿No ha dejado un hueco en el Parlamento difícil de gestionar?

–Pero es que Uxue sigue aquí. Está en el Senado, con una voz muy cualificada y reconocida, pero sigue aquí. En el Parlamento tenemos como portavoz a Pablo Azcona. Esos relevos hay que hacerlos también, pero Uxue Barkos sigue siendo uno de los principales valores de Geroa Bai y sigue con toda su fuerza aquí.

“No entiendo el giro del Gobierno de España en el Sáhara”

La idea de galardonar a la directora de UNRWA fue de usted. La distinción coincide con una escalada terrible en el Líbano. 

–Sí, vivimos un momento terrible en el mundo. Ahí está la guerra de Ucrania también, y los cientos de conflictos que no ocupan espacio en los medios, pero que están ahí. Desde luego lo que está ocurriendo en Gaza, Cisjordania y en el Líbano ha roto con todos los posibles límites o suelos éticos. El Estado de Israel está saltándose todas las normas de derechos humanos y humanitario. Coincido con Raquel Martí, la representante de UNRWA, cuando dijo que no nos acostumbremos a ello, que no dejemos de hablar de ello. En Yala Nafarroa me dicen que las manifestaciones o concentraciones son importantes porque la población palestina necesita saber que el mundo no ha pasado página ni se ha olvidado. Creo que la UE tendría que hacer una política más activa. Se está quedando en un segundo plano. 

El Gobierno español quiere deportar a los solicitantes de asilo retenidos en Barajas. La posición del Ejecutivo con Marruecos es llamativa, y nos toca de cerca con la cuestión saharaui.

–Es cierto que Navarra ha sido siempre muy solidaria y participativa acompañando a la comunidad saharaui. Hace muy pocos meses fue un grupo de parlamentarios allá. La decisión que tomó el Gobierno de España no la entiendo. Nadie me ha explicado por qué este cambio y ese giro en la política sobre el Sáhara. ¿El tema migratorio? Sí, pero estamos dejando abandonada a toda una población saharaui que puede tiene vulnerados parte de sus derechos humanos. No lo entiendo. 

Tras el acuerdo de financiación en Catalunya es destacable la sintonía de Chivite y Pradales ante pulsiones centralistas. 

–Desde 2015 siempre ha habido ataques al Convenio y a la foralidad, y apelativos que ahora se repiten de insolidarios, irresponsables.... La presidenta y el lehendakari han manifestado que el Convenio es solidario y de una gran responsabilidad política con nuestros propios fondos, y una cantidad muy importante fijada para la aportación al Estado, pues sube cada año la cuota que tenemos que pagar. Particularmente no tengo nada en contra, todo lo contrario, a que otras regiones accedan a un sistema financiero de este tipo. Desde luego, frente a esos discursos interesados y a mi parecer ignorantes, la defensa absoluta del Convenio.