La rigidez del calendario europeo amenaza unas inversiones millonarias en Navarra

El Gobierno de Navarra aprieta el acelerador para poder terminar a tiempo las inversiones que tiene comprometidas por los fondos europeos.

En diez meses, la Administración foral tiene que ser capaz de ejecutar cerca de 160 millones pendientes del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) –lo único que queda de los Next Generation, las ayudas comunitarias para salir del bache económico provocado por el coronavirus– si quiere cumplir el calendario fijado por la Unión Europea, que ha marcado el 31 de agosto de 2026 como fecha máxima para tener terminadas las obras –aunque las ayudas sirvan para mucho más–.

Ahora mismo, el grado de ejecución está sobre el 68-69%. La previsión es acabar el año más o menos en el 75% y apretar en el 2026 para alcanzar la mayor cifra posible. No queda otra porque la normativa es bastante rígida: la UE incluye los incumplimientos de calendario –entre otros– como motivo de reintegro de los fondos.

Hasta ahora –y desde 2021, cuando empezaron estas ayudas– Navarra no había tenido que ejecutar tanto dinero en tan poco tiempo. Los fondos europeos son complejos de manejar y la Administración foral ha necesitado un periodo de adaptación –y una estructura de personal y expertos– para cogerles el truco.

Por un lado están los proyectos que Europa pacta directamente con el Gobierno de España –y en los que no intervienen para nada las comunidades autónomas– y por otro están las ayudas que nacen de Europa, llegan a los Ministerios y de ahí se derivan a los departamentos autonómicos.

Más o menos, de los grandes proyectos acordados entre Europa y el Estado –y sobre los que no decide Navarra– hay unos 650 millones para la Comunidad Foral. Tienen un trámite y ejecución aparte a cargo del Estado, que va bastante peor que Navarra en cuanto a ejecución de las ayudas europeas. Según las bases de la UE, este dinero sirve para proyectos transformadores, verdes, digitales, de cohesión social y territorial. 

Aparte están los fondos que gestiona directamente Navarra, y de los que hay autorización para 617 millones. No se descarta que la cifra suba algo más y alcance los 625 o los 630 millones de euros. Aquí, ese dinero ha servido para movilidad sostenible, autoconsumo energético, protección social, obras, educación, justicia o rehabilitación de vivienda. 

Dinero concedido, dinero ejecutado, dinero pendiente

Los últimos datos que maneja el Gobierno son los siguientes: Navarra tiene concedidos 617 millones en fondos europeos. De ellos, ha ejecutado ya 420, algo menos de un 70%, aunque por un ajuste contable la cifra no cuenta con 45 millones que también se han ejecutado. Es decir, que quedarían por ejecutar algo más de unos 160 millones –hay que tener en cuenta que puede llegar algo más– hasta agosto de 2026.

Es complicado que Navarra ejecute el 100% de lo asignado. No significa, automáticamente, que sea una cuestión de incapacidad. Europa plantea ayudas para proyectos muy concretos que luego hay que licitar y ver qué acogida tienen en el mercado.

Ha habido líneas que han ido como un tiro, por ejemplo las rehabilitaciones de vivienda: Navarra se gastó cerca de 40 millones en subvencionar fachadas ventiladas y como el programa tenía tanta demanda, consiguió captar fondos europeos asignados a otros territorios –por ejemplo Catalunya– donde el clima es más templado y no hay tanto problema con la eficiencia energética.

Hasta el momento, Navarra ha devuelto unos 10 millones de proyectos que o bien tuvieron poco tirón o bien se hicieron por menos precio y Europa no permitió reaprovechar los fondos y obligó a su reintegro.

Es difícil calcular exactamente cuántos fondos gastará Navarra en 2026, pese a que existe la fecha límite de agosto. De momento, lo que el Ejecutivo refleja en su memoria de Presupuestos para 2026 contempla gastos en fondos MRR por valor de 99.073.783 €. A esa cifra hay que sumar otra buena cantidad de millones de proyectos iniciados tiempo atrás y cuya financiación no figura en las Cuentas para el año que viene.

Precisamente, ha sido Geroa Bai, principal socio del PSN en el Gobierno foral, quien denunció que la forma de gestionar los fondos europeos –con mucha dependencia ministerial– iba a tener efectos negativos. “Y el tiempo nos ha dado la razón”, recordó Pablo Azcona, portavoz de Geroa Bai, durante el debate del estado de la comunidad.