La Audiencia Provincial de Navarra ha confirmado las condenas contra cuatro personas acusadas de participar en el escrache que sufrió la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, a la salida de la inauguración de un centro cívico en Cabanillas.
Los hechos, que ocurrieron el 22 de marzo de 2024, hay que enmarcarlos dentro de las protestas que llevaron a cabo muchos agricultores navarros durante los meses de febrero y marzo, al estilo de las que hacían otros agricultores en el Estado y que copiaron de un movimiento agrario francés.
La Audiencia ratifica la sentencia que ya les puso el Juzgado de lo Penal número 1 de Pamplona en septiembre, y que condenó a cuatro personas: a una de ellas, por un delito de resistencia y dos delitos leves de lesiones contra dos agentes de la Policía Foral; a las otras tres, por tres delitos de resistencia.
Las condenas conllevaron, en el caso más grave, el pago de 1.440 € de multa más dos indemnizaciones de 215 € y 1.560 € para cada policía herido; en el resto de casos, una persona debe abonar 2.400 € de multa; y las otras dos, 1.920 €. Todos ellos fueron obligados, además, a pagar las costas del proceso. La sentencia es recurrible.
Chalecos amarillos y pancartas de protesta
Los hechos ocurrieron el 22 de marzo de 2024 sobre las ocho y media de la tarde. Un numeroso grupo de personas conocía de la visita de la presidenta a la localidad y se había concentrado con chalecos amarillos y pancartas de protesta.
El ambiente ya era tenso en la previa, describe la sentencia. Entonces estaba muy reciente el intento de asalto al Parlamento por un gran grupo de agricultores –ocurrió el 7 de marzo y por ese proceso también hubo condenas contra agricultores– y algunos de los concentrados en Cabanillas sujetaban una pancarta que decía: No fue un asalto o Así nos quiere la Txibi.
La sentencia atribuye a los cuatro condenados una actitud de resistencia, porque cuando el grueso de manifestantes frente al centro cívico procedía a apartarse para dejar pasar a los coches oficiales que iban a recoger a la presidenta, esas cuatro personas decidieron sentarse en el suelo y bloquear deliberadamente la salida de los coches además de que se opusieron físicamente a ser desalojados.
El contexto entonces fue de “enorme violencia”, según la sentencia, con mucho ruido y chillos, una sentada parcial y forcejeos contra la policía. Uno de los condenados, dice la sentencia, gritó a los policías “me gusta la fruta”, una expresión que popularizó Isabel Díaz Ayuso contra Pedro Sánchez. Incluso algunas personas golpearon la parte trasera del coche oficial. Otro de los condenados, además, “braceó y propinó patadas de forma indiscriminada” contra dos agentes de la Policía Foral que necesitaron varios días para recuperarse.
La Audiencia responde también a los recursos que plantearon los condenados contra la primera sentencia del juzgado. En el recurso, el ponente rechaza errores en la práctica de la prueba documental –en base a vídeos y fotos– y en los testimonios de los policías. Descarta también cualquier ánimo ejemplarizante, algo que había alegado uno de los condenados, porque incluso la cuantía de las multas ha sido menor al no ir por la vía administrativa. Y el juez recuerda que el delito se ha quedado en resistencia porque la situación no fue tan grave como para quedar dentro del tipo penal del atentado. Además, las costas de este último proceso han quedado de oficio.