Cualquier época del año es propicia para disfrutar del buen vino y de los buenos paseos. Por eso, en esta ocasión les proponemos acercarse a Laguardia, en pleno corazón de Rioja Alavesa, donde son muchos y diversos los planes que podemos hacer para exprimir al máximo una jornada regada de delicioso vino en esta villa medieval amurallada.

Situado a poco menos de una hora de Vitoria, este municipio alavés alberga al fin y al cabo muchos secretos por descubrir, sorpresas que desvelaremos en esta aventura. Si salimos desde Donostia tardaremos dos horas en llegar a este mágico enclave, algo más de una desde Bilbao y parecido desde Pamplona, pero el viaje merece la pena, todo por conocer la que es capital de Rioja Alavesa. 

Fundada en el siglo X como defensa del Reino de Navarra, aún hoy conserva casi intacto su trazado medieval, y lo podemos recorrer, que es precisamente lo que haremos para empezar esta experiencia, deteniéndonos en algunos de los puntos clave. Así lo haremos, por ejemplo, en el caso de las iglesias fortificadas de San Juan Bautista y la de Santa María de los Reyes, esta última con un pórtico policromado por Juan Francisco de Rivera en el XVII y cuya visita no dejará indiferente a nadie.

Pero sabemos que a estas alturas del camino habrá un lugar que muchos estarán deseando visitar. Efectivamente, hablamos del maravilloso reloj de carrillón que corona la plaza Mayor del municipio, y que este pasado año cumplió un cuarto de siglo. Para festejar estos 25 años de historia, el pasado mes de octubre celebraron un evento muy especial. Aunque no importa que hayan pasado 10, 15, 25 o 50 años.

Este reloj, que a determinadas horas del día ofrece un auténtico espectáculo, sigue maravillando a vecinos y foráneos, que no pueden evitar detenerse al ver abrirse las puertas del reloj (a las 12.00, a las 14.00, a las 17.00 y a las 20.00 horas) y salir al Cachimorro y a los dosdantzaris que se mueven al ritmo de la música.

Vino y delicias

A estas alturas una servidora está segura de que ya se les habrá abierto el apetito tras tanto paseo. Es por eso que ha llegado el momento de hacer una parada técnica para avituallarse. Para eso son muchos los lugares a los que podemos acercarnos, todo maridado con buen vino. Y es que en esta tierra de viñedos y bodegas es inevitable hacer esta parada de rigor. Hay muchísimos sitios que podemos explorar, pero en esta ocasión les proponemos algunos. Empezamos adentrándonos en las entrañas de la villa, porque en Laguardia mucha actividad la encontramos bajo el suelo.

Se considera, al fin y al cabo, que en Laguardia hay más de 300 cuevas o túneles que las unen, que durante mucho tiempo fueron utilizadas como bodegas donde se elaboraba vino. Y ahí nos vamos, ya que a siete metros de profundidad, bajo un palacio del siglo XVII, en pleno corazón de la villa medieval, encontramos la bodega El Fabulista, una de las más famosas del municipio. Con diferentes opciones de visita, incluida una teatralizada, tendremos la oportunidad de degustar algunos caldos acompañados de relatos y gastronomía propia del territorio. 

También bajo tierra encontramos la cueva Dorretxe, que tal y como señalan en su web, “es única, no habiéndose visto el techo y el suelo recubierto con ningún tipo de material, dejándola al natural como antaño. Cuando se desciende a Dorretxe puede comprobarse cómo estaban unidas las cuevas”. Podemos visitar su cueva, hacer una visita teatralizada e incluso una enogastronómica, además de probar su aceite y conocer los orígenes del viñedo y el olivar. Todas estas experiencias las podemos configurar en su web.  

El poblado de La Hoya

Y terminamos echando la vista atrás en un poblado que encontraremos cerca del municipio. Se trata de La Hoya, que cuenta con un centro de interpretación que explica las características y vida cotidiana de este interesante yacimiento arqueológico excavado en el último cuarto del siglo XX. “La Hoya fue un poblado habitado entre el 1200 a.C. (Bronce Medio/Final) y el 250 a.C. (II Edad del Hierro).

El asalto, incendio y derrumbe que sufrió el poblado en su momento de mayor esplendor, congeló la pujante actividad de un día de mercado cuyos restos permanecieron enterrados pero intactos hasta su descubrimiento”, recuerdan desde la Diputación. Los planes están, por tanto, servidos y bien acompañados. Ya solo nos queda echarnos a la carretera y poner rumbo a este entorno tan lleno de riqueza e historia.

OTROS PLANES POR LA ZONA

Si nos encontramos por la zona son muchas otras las cosas que podemos aprovechar para hacer. Por ejemplo, podemos realizar la conocida como ruta de los dólmenes, y podemos hacerla en este orden: empezando desde Cripán, el primer dolmen es el de Los Llanos al poco de salir en dirección a Elvillar. Le siguen el de El Encinal antes de Elvillar y el de la Chabola de la Hechicera después, seguido del Alto de la Huesera y el de San Martín.

Pero, si lo nuestro es la arquitectura, un destino que no podemos perdernos y que combina arte y vino, es la bodega Marqués de Riscal, en Elciego, fundada en 1858 y cuya visita nos ofrece un extenso recorrido por su historia. Y es que en esta visita podremos ver, tal y como recuerdan desde Marqués de Riscal, la Bodega Original que fue construida en 1860 y que en su interior alberga uno de los tesoros de Herederos de Marqués de Riscal, la Botellería de vinos antiguos.

A continuación, podremos visitar la primera ampliación de la bodega, un edificio de estilo bordelés que data de 1883 conocido como El Palomar y en el que hoy en día se elaboran los vinos premium de la compañía. “Finalmente, el último impacto visual nos vendrá desde lo alto, allí, frente a la tradición que muestran los diferentes edificios de piedra arenisca, se vislumbra la vanguardia del siglo XXI, el Hotel Marqués de Riscal, a Luxury Collection Hotel, diseñado por el arquitecto, Frank O. Gehry”, resumen.

En La Hoya bidea, por su parte, terminamos con otra delicia arquitectónica; la bodega Ysios. “En el corazón de Rioja Alavesa, emerge la silueta sorprendente de Ysios como bodega boutique de vanguardia, en armonía con la Sierra de Cantabria y la singularidad del paisaje que la rodea”, describen en la web, en la que podemos contratar diferentes modalidades de visita y cata de los caldos que aquí producen.