Conoce la historia que une a muchos pueblos de Euskal Herria con otros lugares del mundoOndikol
En Euskal Herria, los caminos no solo conectan pueblos, sino también historias, culturas y corazones. A través de sus hermanamientos, municipios vasco-navarros han tejido lazos con localidades de todo el mundo, compartiendo tradiciones, memoria y solidaridad. Con mochila ligera y espíritu abierto, emprendemos una ruta especial para descubrir esos vínculos invisibles, donde en cada destino hay una historia y en cada paso un abrazo que desafía distancias y fronteras.
La Catedral de Coria, en Cáceres
Lazos tejidos por el intercambio cultural
Comenzamos en Bizkaia, concretamente en Erandio, donde la brisa de la ría nos acaricia mientras paseamos por sus calles. Hermanado con Coria, en Cáceres, desde 2002, nos habla de lazos tejidos a través de las personas emigrantes y los intercambios culturales. En cada esquina, sentimos el eco de un puente invisible que conecta a dos comunidades separadas por cientos de kilómetros, pero unidas en espíritu.
Iglesia de Santa María en Erandio.
Nuestro siguiente destino es Durango, cuna de historia y resistencia. Aquí, donde los bombardeos dejaron cicatrices en 1937, descubrimos que el hermanamiento con Montevideo, la capital uruguaya, es un testimonio vivo de un hito que genera un lazo histórico inquebrantable entre la localidad vizcaina y la capital uruguaya.
Calles de Durango.
Y es que, el durangarra Bruno Mauricio de Zabala fue el fundador de la ciudad de Montevideo, lo que sumado a la migración vasca en Uruguay y su influencia ha generado un acercamiento natural plasmado en un acuerdo de cooperación vigente desde 2022. Al caminar bajo los soportales de Durango, imaginamos a aquellos que un día partieron buscando esperanza y encontraron un nuevo hogar al otro lado del océano.
Montevideo en Uruguay.
De la costa a los picos montañosos
El salto a Gipuzkoa nos lleva a Zarautz, donde el aroma a salitre y el rumor del mar nos dan la bienvenida. Hermanado con Pontarlier, en Francia, desde hace más de treinta años, nos recuerda los caminos de peregrinos, comerciantes y contrabandistas que cruzaban los Pirineos tejiendo historias de ida y vuelta entre Euskadi y su vecina francesa.
Historias como las de esta estrecha relación que se mantiene, sobre todo, entre el Instituto Lizardi y el Instituto Xavier Marmier de la localidad francesa, con intercambios continuos de jóvenes estudiantes zarauztarras y franceses.
En Urretxu, el verde de las montañas nos envuelve con el relato de su hermanamiento con Schwarzenbruck, en Alemania. Nacido del deseo común de estrechar lazos europeos, de compartir culturas y de aprender unos de otros, el proceso de hermanamiento fue impulsado por Alfredo Cuesta, natural de Urretxu afincado en Alemania desde hacía tiempo, a finales de los 80.
Fue el grupo municipal liderado por el entonces alcalde Ramón Arbizu quien hizo realidad la relación en 1991. Sentados frente al frontón, nos damos cuenta de que las diferencias lingüísticas y geográficas se disuelven cuando se trata de la hospitalidad y del respeto mutuo.
Tierras de vino y tradiciones en común
Al llegar a Araba, el paisaje no solo se cubre de viñedos, sino también de calma. Elciego, con sus calles empedradas y su vino generoso, nos invita a conocer su hermanamiento con Cussac-Fort-Médoc, en la región francesa de Burdeos.
El acuerdo se formalizó en 2018 y su relación se basa en la formación profesional de Jean Pineau en Cussac, quien luego fue un impulsor del vino moderno de Rioja, y que se ha mantenido a través de intercambios y actividades conjuntas, de las que destaca el concurso de poda de viñas. Se trata de un lazo 100% vinícola, tanto por el parecido entre sus tierras, sus encuentros y sus brindis por la hermandad.
Participantes en el concurso de poda de viñedos entre vecinos de Elciego y Cussac Fort Mèdoc como acto de hermanamiento entre ambas localidades.
El espíritu rural nos abraza cuando llegamos a Zuia. Rodeado de hayedos y prados, el hermanamiento con Verges en Girona resulta peculiar por ser este último famoso por su Danza de la Muerte. El enlace entre estas dos comunidades pequeñas pero vibrantes celebra las tradiciones como un tesoro compartido desde 2019.
El Ayuntamiento de Zuia en Álava.
Además de mostrar solidaridad y apoyo al pueblo catalán, ambas comarcas rurales de pequeño tamaño comparten una gran riqueza cultural y social. Cabe destacar también que este municipio catalán situado en el Baix Empordà es la tierra natal de Lluis Llach, un cantautor muy unido a Araba que compuso una de sus obras como homenaje a los cinco obreros asesinados el 3 de marzo de 1976 en Gasteiz.
Puentes de dignidad
Finalizamos el recorrido en Navarra, concretamente en Berriozar, un municipio popular y luchador en el que el hermanamiento con Sahara late con fuerza. La intención es promocionar el desarrollo humano local en campos de educación, formación, salud, igualdad, vivienda, defensa de derechos humanos o desarrollo económico y medioambiental.
Vistas de Berriozar.
Este compromiso renovado en 2006 defiende que las relaciones entre los pueblos constituyen uno de los pilares más sólidos para la paz y el progreso con el propósito de cooperación y acercamiento. Estos lazos privilegiados de amistad que unen a ambos pueblos desde hace años se materializan en esfuerzos de ayuda mutua, contándonos historias de solidaridad internacional en las que la esperanza viaja de orilla en orilla para construir puentes de dignidad.
UN ABRAZO DENTRO DE CASA
Cuando parecía que el viaje por los pueblos hermanados de Euskal Herria llegaba a su fin, decidimos hacer un pequeño homenaje interno, dentro de nuestra propia tierra. Viajamos a Amaiur, símbolo de resistencia navarra, y a Hondarribia, la villa marinera fortificada que mira de frente a la mar y a Francia. Estos dos pueblos se hermanaron en identidad y memoria histórica el año pasado, cuando se cumplieron 500 años desde que Hondarribia dejó de ser el último puerto marítimo del reino de Navarra, quedando en manos de Castilla. Esto nos recuerda que a veces no hacen falta océanos de por medio para reconocer en el otro la misma pasión por la historia, la lengua y el pasado. Este enlace se llevó a cabo con la intención de poner en valor el significado e importancia histórica del castillo de Amaiur y el puerto de Hondarribia, teniendo en cuenta la relación cultural e hidrológica de ambas localidades en la región.
El hermanamiento entre Amaiur y Hondarribia.
Nuestra última parada es Huarte, donde sentimos el eco del francés Nogaro entre talleres de arte y caminos entrelazados.
Nacido de la cultura, el deporte y el deseo de levantar proyectos comunes entre generaciones de ambos lados de los Pirineos, el Camino de Santiago es el eje y el fundamento de este hermanamiento, en el que ambas localidades ponen especial énfasis a la organización de actividades relacionadas con el mismo.
Terminamos la ruta mirando al horizonte, con la sensación de que cada paso dado también ha sido un abrazo, un encuentro y una promesa de seguir construyendo puentes donde otros ven distancias. Euskal Herria nos enseña, una vez más, que sus caminos no solo atraviesan montañas y ríos, sino también los corazones de aquellos que allá donde estén jamás la olvidan.