¿Endulza su café con sacarina? Probablemente sí. Es la estrella en el mundo de los edulcorantes. Quizá use estevia en el té si es más sofisticado o ponga aspartamo en el yogur. Pues sepa que hay una mala noticia porque todos estos sustitutivos del azúcar deberían ser erradicados. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha vuelto a insistir en que los edulcorantes no son efectivos para controlar el peso a largo plazo y pueden tener efectos indeseados si se usan por mucho tiempo, como el aumento del riesgo de diabetes de tipo 2, de enfermedades cardiovasculares y de mortalidad en adultos. Por ello, desaconseja su uso y señala que, en general, la gente debe reducir el dulce de su dieta, y debe hacerlo desde edades tempranas para gozar de una mejor salud.

“No existe un edulcorante saludable, realmente deberíamos limitar el consumo de estos productos a algo esporádico”, asegura tajante Jara Pérez Jiménez, investigadora del Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos y Nutrición del CSIC. 

Y es que no parece que los edulcorantes artificiales sean un alternativa saludable al azúcar libre, agregada a refrescos, bollos, panes, derivados cárnicos y otros tantos ultraprocesados. “Reemplazar los azúcares libres (los refinados y los naturales presentes en las frutas, miel y otros) por edulcorantes no ofrece ningún beneficio a largo plazo en términos de reducción de grasa en el cuerpo en adultos o niños”, asegura la organización rectora de la salud pública a nivel mundial.

Para el dietista y nutricionista, Juan Revenga, muy combativo con todos los productos procesados, “la familia de los edulcorantes acalóricos o de bajo aporte calórico, dada a conocer por su primogénita, la sacarina, nació hace casi 150 años y ha ido creciendo en número de miembros de forma exponencial”, describe en su blog El Comidista. “En la actualidad -explica- cuenta con, no menos de una decena larga de variantes, pero ya hace unos 10 años que planea sobre su cabeza la siniestra sombra de no ser tan maravillosos, o al menos tan inocuos, como pensábamos”. 

La sacarina no es tan inocua como la pintan, según los expertos. Archivo

Y es que el riesgo de consumir este tipo de edulcorantes es semejante al riesgo asociado al consumo de azúcares. Esto no es algo novedoso, de hecho un informe realizado por encargo de la propia OMS (en el cual se basa, precisamente, la recomendación) señalaba esta misma advertencia. Es decir, con el último comunicado, no se produce ni una mejora ni un empeoramiento de esta cuestión. Porque reducir los azúcares de nuestra dieta es el mandato unánime de la comunidad científica.

Entre los productos específicos que se desaconsejan figuran el acesulfamo K, aspartamo, advantame, ciclamatos, neotame, sacarina, sucralosa, así como la estevia y sus derivados.

¿Peor el remedio?

La popular Boticaria García considera, por su parte, que “viene a ser una recomendación con la boca chica. Primero porque la fuerza de la evidencia de los estudios es limitada, y segundo, porque la OMS no tiene del todo claro las consecuencias de lanzar esta bomba ya que podría ser peor el remedio que la enfermedad y la gente podría lanzarse de nuevo al azúcar”.

"Hace ya 10 años que planea sobre los edulcorantes la sombra de que no son inocuos"

Juan Revenga - Dietista-Nutricionista

Además de estas sustancias puestas en cuarentena, también están los polialcoholes o “azúcares alcohol”, permanentemente en el ojo del huracán. De hecho, hace escasas fechas también fue objeto de polémica el eritritol. Y un nuevo estudio sembró dudas sobre su seguridad, al asociarlo con el riesgo de trombos.

Su interés radica en que apenas tiene contenido calórico (0,2 kcal por gramo) y que tiene un dulzor de un 70% comparado con el azúcar. Una vez consumido se absorbe, pero apenas es metabolizado y abandona el organismo. No obstante, y aunque todo parecían ventajas, una investigación que analizó datos procedentes de más de 4.000 personas en Europa y Estados Unidos, encontró que aquellos con mayores niveles de eritritol en sangre tenían mayor riesgo de sufrir un infarto o un ictus.

Un estudio relacionaba el consumo de eritritol con el riesgo de infarto. Archivo

Por ello, Boticaria García precisa que “ahora mismo es seguro su consumo y no hay ninguna alerta ni nadie debe ir corriendo a la cocina” a deshacerse del eritritol. E indica que el estudio que hizo sonar las alarmas se llevó a cabo en personas que “ya tenían antecedentes de enfermedad cardiovascular, y no en personas sanas”. 

Y es que, que la OMS no los recomiende o no darles la categoría de sanos no implica que sean productos inseguros, simplemente debemos acostumbrarnos al sabor natural de los alimentos. “La gente necesita considerar otras maneras de reducir el consumo de azúcar, como consumir alimentos que naturalmente lo contegan, como las frutas; o alimentos y bebidas que no sean dulces”, resaltó Francesco Branca, de la OMS.