Hace unas semanas comenzó la rutina. Vuelta al trabajo y, en el caso de los más pequeños, a las aulas. Cuidar la salud visual en cualquier etapa de la vida es esencial, especialmente desde la infancia ya que los problemas de visión en los niños pueden afectar su rendimiento académico y su calidad de vida en general. Por lo tanto, resulta fundamental reconocer la importancia de cuidar la vista de los menores, sobre todo en un mundo cada vez más dominado por las pantallas, una situación que está provocando que la miopía crezca. Realizar revisiones rutinarias es la mejor respuesta para prevenir cualquier tipo de problema de visión común así como garantizar un desarrollo visual saludable.

Acudiendo a las revisiones periódicas es posible detectar a tiempo ciertas afecciones comunes que pueden darse en la infancia, como es el caso de la ambliopía, comúnmente conocida como ‘ojo vago’

Entre las dolencias visuales más comunes en los niños se encuentran los defectos de refracción, como la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo, un exceso de acomodación o la conocida como la insuficiencia de convergencia que es una afección ocular que altera la forma en que los ojos trabajan juntos al mirar objetos cercanos y hay ciertos desajustes en la visión próxima.

Es recomendable visitar periódicamente al óptico-optometrista para controlar la visión. Unsplash

Estas señales pueden pasar desapercibidas, ya que los más pequeños pueden no ser conscientes de que ven de manera diferente a sus compañeros. Por lo tanto, las revisiones regulares de la vista son necesarias para detectar y corregir estos problemas a tiempo.

Algunas afecciones comunes

Acudiendo a las revisiones periódicas con el óptico-optometrista, es posible detectar a tiempo ciertas dolencias comunes que pueden darse en la infancia, como es el caso de la ambliopía, comúnmente conocida como “ojo vago”. En esta condición, un ojo no desarrolla una visión normal debido a la falta de uso durante la infancia temprana. Por otro lado, el estrabismo, se caracteriza por la desalineación de los ojos, lo que puede perturbar la percepción de profundidad y causar incomodidad visual. Ambas condiciones pueden tratarse de manera efectiva si se detectan de forma temprana, lo que subraya aún más la importancia de las revisiones regulares con un profesional de la visión.

Los ópticos-optometristas tienen una elevada formación para evaluar la agudeza visual y la graduación, medir la tensión ocular, realizar controles de seguimiento de afecciones...

Asimismo, la discromatopsia, o alteración en la percepción del color, es otra afección que puede originarse en los más pequeños y aunque es menos común que otros problemas visuales, puede tener un impacto significativo en la vida cotidiana. Indudablemente, identificar la discromatopsia es crucial para ayudar a los niños a adaptarse y aprender estrategias para lidiar con esta afección.

El Óptico-Optometrista, el profesional esencial Cuando se trata de la salud visual de los niños, es primordial buscar la atención de un profesional calificado y el trabajo del óptico-optometrista es sustancial para descargar las listas de espera de primeras consultas con el oftalmólogo. Desde el colectivo profesional reivindican que los ópticos-optometristas pueden desarrollar perfectamente determinadas funciones específicas en salud visual como la evaluación de la agudeza visual, la refracción (graduación), la medición de la tensión ocular, el manejo de la tecnología asociada, controles de seguimiento de afecciones visuales previamente diagnosticadas, así como la verificación del correcto uso de tratamientos prescritos.

Por otro lado, estos profesionales de la visión ayudan a inculcar hábitos de higiene visual a los pacientes evitando posibles problemas como sequedad ocular, blefaritis o miopía escolar, además de realizar el seguimiento de la evolución de la vista de los niños a medida que crecen.

El desafío de las pantallas

En la era digital, las pantallas se han convertido en una parte integral de la educación, y los niños pasan más tiempo que nunca frente a dispositivos electrónicos en la escuela. Si bien la tecnología puede ser una herramienta educativa valiosa, también plantea desafíos para la salud visual de los niños. El uso prolongado de pantallas puede contribuir al desarrollo de problemas visuales, como la fatiga ocular y la miopía.

Consejos de prevención para mejorar la visión

  1. Descansos visuales: fomentar pausas regulares para que los niños descansen sus ojos durante las clases o al usar dispositivos electrónicos.
  2. Iluminación adecuada: asegurarse de que las aulas tengan una iluminación adecuada y que las pantallas se ajusten correctamente para reducir el brillo.
  3. Uso moderado de pantallas: limitar el tiempo frente a pantallas fuera del horario escolar y alentar actividades al aire libre y juegos que promuevan la visión lejana.
  4. Revisiones de la vista: realizar revisiones regulares de la vista con un profesional de la visión como un óptico-optometrista para detectar y abordar problemas visuales a tiempo.
  5. Educación visual: enseñar a los niños hábitos visuales saludables, como parpadear regularmente y mantener una distancia adecuada al mirar pantallas.
  6. Protección solar ocular infantil adecuada: no hay que descuidar la protección ocular de los niños frente a la exposición al sol. La función de las gafas está dirigida principalmente a proteger el ojo de la radiación UV, sin olvidar que los daños producidos por los rayos UV es acumulativo y cuanto más se proteja de la radiación nociva menos probabilidad de sufrir efectos indeseados. Es vital su adquisición en establecimientos de óptica bajo el consejo profesional del óptico-optometrista para garantizar la máxima calidad de filtros solares.