Los expertos del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 hacen alusión al término medicamento de la siguiente manera: "Toda sustancia o preparado que, poseyendo propiedades curativas o preventivas, es elaborado para ser administrado al hombre o a los animales, ayudando al organismo a recuperarse de los desequilibrios producidos por las enfermedades o a protegerlo de las mismas. También se considera como tal, todo producto que se administre para prevenir, diagnosticar o mitigar los efectos de las enfermedades. El medicamento está compuesto por un fármaco, sustancia o principio terapéuticamente activo y otras sustancias inactivas o inertes que reciben el nombre de excipientes. En ocasiones incluye en su composición más de un principio activo y entonces se dice que es una asociación medicamentosa".
"Prevenir, diagnosticar o mitigar los efectos de las enfermedades"
En esa misma línea, desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) explican que "detrás de esa pastilla o comprimido o esa cápsula hay mucha investigación, unos principios activos que son los que 'hacen efecto' y mucha tecnología, porque al diseñarla hay que tener en cuenta en qué parte del tracto gastrointestinal es conveniente que se libere el principio activo y a qué velocidad es necesario que se libere".
Pero el relato de los especialistas de la OCU no se queda ahí. "En función de ello se clasifican los medicamentos en dos categorías: Medicamentos de liberación inmediata. Cuando no es necesario ir liberando el principio activo poco a poco. En estos casos el envase de nuestro medicamento no nos da pista alguna de que se trata de una presentación de liberación inmediata, simplemente la caja nos indica que son comprimidos, comprimidos recubiertos, cápsulas o cápsulas duras. Medicamentos de liberación modificada. Cuando el principio activo se debe ir liberando poco a poco o se debe liberar en el intestino delgado, el envase sí nos lo indica, por lo que en la caja podemos leer cosas como: Comprimidos o cápsulas gastrorresistentes, comprimidos o cápsulas de liberación prolongada o comprimidos o cápsulas de liberación modificada. Eso significa que estás ante un medicamento de liberación modificada, y hay que tener especial cuidado con su uso para que surta efecto", detallan desde esta misma entidad.
Medicamentos que no se deben partir ni triturar
Uno de los problemas a los que se enfrentan quienes necesitan de la ingesta de medicamentos es la dificultad y/o imposibilidad de ingerir el medicamentos debido a su tamaño y/o textura. Pero, tal y como así lo indican desde la OCU, no todos los medicamentos se deben partir ni triturar.
En esa misma línea detallan lo siguiente: "Los medicamentos gastrorresistentes no se deben partir ni triturar, pues al romper el recubrimiento protector, se destruirá en el estómago o irritará la mucosa gástrica. Los medicamentos de liberación modificada o prolongada no se deben partir ni triturar ni abrir, porque: Liberaremos toda la dosis de golpe pudiendo producir picos de concentración en sangre muy elevados y con ello toxicidad.Pérdida de efecto en los medicamentos que tienen una duración de efecto muy corta. Se cambiará la velocidad de absorción, lo que conlleva concentraciones en sangre impredecibles".
Pero la explicación de los expertos de la OCU no se queda ahí. "La única excepción son algunas cápsulas como las de omeprazol y esomeprazol que sí se pueden abrir y su contenido mezclar en agua. Los medicamentos 'peligrosos' tampoco se deben manipular: es el caso, por ejemplo, de los medicamentos que se usan en el tratamiento de enfermedades cancerígenas que son citotóxicos, medicamentos hormonales, medicamentos que son irritantes para las mucosas, etc. ya que quien lo manipula puede ponerse accidentalmente en contacto con el principio activo que contiene, con peligrosas consecuencias para su salud", añaden.