Almuerzos de San Fermín: calentando motores desde primera hora
Los tradicionales almuerzos se convierten en el inicio oficiosos de los Sanfermines. Con todo lleno desde principios de año, bares y restaurantes ofrecen almuerzos desde los 15 hasta los 20 euros
Desde temprano del día 6, algunas calles del Casco Viejo de Pamplona se llenaron de largas mesas corridas cuyos comensales, sin el pañuelo aún anudado al cuello, comienzan a dar buena cuenta del clásico almuerzo sanfermineros. Esta costumbre es ya para algunos el inicio oficioso de las fiestas.
Con todo completo desde hace meses, los hosteleros ofrecen almuerzos desde los 15 hasta los 20 euros. El llamado “almuerzico” es toda una tradición entre los pamploneses y pamplonesas turistas para calentar motores de cara al Chupinazo. “Yo tengo 75 años ya, y desde siempre el 6 de julio ha sido un no parar de sacar magras, huevos y chistorra”, apunta Carlos Alonso, dueño del bar Ksual, donde lleva más de 15 años diriguiéndolo. Su “casa”, el 6 de julio por la mañana se llena de parroquianos “fieles” que “reservan para el año que viene cuando acaban de almorzar”. Destaca que “lo más bonito del día es que hay mucha complicidad entre él y sus comensales”. Para hacer el servicio rápido y fluido, sirve para todos los clientes el mismo plato: magras, chistorra, tomate frito, huevos y patatas. “Es lo que viene buscando cualquiera que quiera almorzar en San Fermín”, señala.
Los bares y restaurantes tienen todo lleno desde principios de año
En los exteriores de los bares y restaurantes, la gente devoraba sus almuerzos; los nervios y la alegría se desbordaban de mesa en mesa. Juanma Lasheras es un pamplonica que vive en Cádiz, para el el 6 de julio es “el día en el que empieza el año”, pasará las fiestas en su ciudad y el almuerzo es la toma de contacto con sus seres queridos. “Para mí este momento ha sido siempre muy especial”, afirmaba con una amplia sonrisa en su rostro. Otros, los que llevan muchos Sanfermines a sus espaldas, no logran recordar cuándo fue su primer almuerzo. “Más de 50 años llevo viniendo a almorzar y siempre lo mismo, las magras que no me las cambie nadie”, afirma tajante Josetxo Gascue mientras gesticula ostensiblemente y con gracia. Los que visitan la ciudad durante el 6 de julio también se unen a esta costumbre. Jose Vázquez y su mujer Paula, vienen desde Méjico para vivir los Sanfermines. “Es un desayuno bastante bueno para empezar el día, con esto puedes aguantar hasta la hora de comer”, apunta Jose.
Almuerzos autogestionados
En esta mañana del seis de julio, no solo las terrazas de bares y restaurantes se llenan de almuerzos. En cada acera de Pamplona se pueden ver mesas montadas de manera improvisada donde las cuadrillas se reúnen para disfrutar del almuerzico. Lorea López ha elegido esta opción con su cuadrilla, con 16 años cada integrante lleva un plato del que compondrá el almuerzo: ganchitos, tortillas de patata, pizzas... “Este año es el primero que nos dejan salir en serio”, afirma Lorea. Llevan desde las 9 en la calle preparando su “almuerzico”. Después, pretenden ir a la Plaza del Castillo para vivir el Chupinazo.
A las puertas de su sociedad Ana Lizaso, pamplonica orgullosa, disfruta de los guisos que ha preparado junto a sus cuadrilla; carrilleras, ajoarriero, queso del Roncal y natillas de postre. “Con todo esto ya no comemos, y algunos tampoco cenamos”, apunta Ana mientras señala una mesa a rebosar de platos. Muchos de ellos verán el Chupinazo desde la televisión.
Pamplona ya ha agotado su cuenta atrás , todo lo demás ahora pasa a un segundo plano. Son 9 días en los que la fiesta y el buen ambiente se adueñan de la ciudad poniéndola en el foco mediático mundial. El almuerzico es solo el inicio del éxtasis que se adueñará de Pamplona y sus gentes.