La corrida de Cebada Gago de este martes tuvo bastante más interés que la de Fuente Ymbro. Las dos, irreprochables en presentación y trapío como para una plaza de primera categoría. Más conjuntada la de San José del Valle del día del patrón, que la de ayer del campo gaditano de Paterna de la Ribera. Los cebadagagos, mostraron su picante y afilados pitones en el encierro matutino. Por la tarde repitieron comportamiento por escaparate y en ocasiones por vibrante juego. El número, 23, Caminante, segundo en el orden de lidia y que por la mañana había quedado descolgado, repartiendo estopa a mozos, pastores e, incluso, a los cabestros, dignificó toda la corrida, señera de lo que se entiende como Feria del Toro desde 1959. Caminante acudió dos veces al peto, donde le dieron de lo lindo. El primer puyazo fue de recordar por la entrega enclasada, metiendo los riñones, con la cara abajo y llegándose a dormir en el peto. Un gran tercio de varas que ya puso en alerta a los mejores aficionados de que algo importante podía pasar en la faena de muleta. Caminante olvidó eso de doblar las manos, como hizo en su visita al Casco Viejo de la Vieja Iruña de ocho a ocho y seis minutos de la mañana.
No dobló los remos delanteros en ningún momento y, encastado, acudió con prontitud a los engaños del peonaje y de Pepe Moral. El espigado diestro andaluz lo recibió a portagayola, gesto que también repitió ante el quinto, otro pedazo de toro. Dominó toda la escena del amplio ruedo pamplonés a la verónica y chicuelinas ceñidas. Moral inició su manufactura de muleta de hinojos: valor y largura en los muletazos, aunque, apretado, terminó por ser acorralado y desprendido de una manoletina. Pepe se quitó la otra y, sin inmutarse, se metió en harina con poder y largura por ambos pitones. Caminate ni era una perita en dulce, ni humilló todo lo que hubiera querido el torero. Se desplazó muchas veces a media altura, pero siempre de modo transmisor, dando importancia a la entrega del torero. Además, Caminante tuvo fondo y aguantó sin exquisiteces, pero con motor de raza antigua, una larga labor. Importantes el toro y el torero, aunque este último, también ante el otro toro de la tarde, el quinto, Lioso, y sin restarle méritos a su entrega, alternó buenas colocaciones en el cite con otras fuera de cacho. Ambos toros lo demandaron. Si se hubiera sumado más ajuste y una buena espada ante Caminante, la puerta grande de Pepe Moral hubiera sido, eso, memorable. No obstante, se vio a un torero recuperadísimo para la profesión y la vida misma. Se ganó su inclusión en la Feria del Toro de 2025.
El triunfo de una oreja sin discusión llegó en el quinto, ese Lioso estrecho de sienes al que le montaron en los medios de TV, redes y prensa escrita un galimatías en la definición de su capa. El toro era cárdeno claro como capa domínate y así lo reseñó el veterinario de la Junta de Andalucía de añojete. Ya con dos, tres y cuatro hierbas debió desarrollar accidentales como moteado o el más feo que decían por la tele: mosqueado, aceptable en el argot taurino, pero a todas luces desechable.
El ensabanado, que decían otros, lo que sí era es guapetón con cuerna apretada por su estrechez de sienes, engatillada cuerna y mostrando púas afiladas al cielo pamplonés. El toro, no tuvo tanta nota como Caminante en el caballo. Sin embargo, se desplazó con buen tranco y más humillado en la muleta de Moral. El sevillano, sin duda, se llevó el lote. Nos alegramos. Estuvo a una buena estocada a Caminante para haber abierto la Puerta Grande del Encierro de la Monumental de la capital navarra. Manufactura de Moral de menos a más, con una tanda central de la obra de rodillas, que parecía empezar a ser el epílogo, Mas Lioso, dijo que quería mostrar mejor su fondo de casta. Pepe Moral lo entendió y aún tuvo que intentar, a veces lo consiguió, encajarse con el importante toro. Lioso parecía rajarse mirando, en ocasiones, al tendido al terminar cada tanda. Lejos de rajarse, siguió acometiendo hasta con enclasada entrega. Bien Pepe, aceptando la propuesta enrazada del toro por ambos pitones. Destacaron sobremanera algunos pases de pecho que, como se decía antes, fueron monumentales. Esta vez, si, la espada viajo certera y, aunque el bravo toro muy clarito vendió cara su muerte, el torero se llevó por aclamación una oreja de mucho peso.
Ferera estuvo aseado a su estilo entre la lidia antigua y una continua aceleración. Le faltó reposo y, en ocasiones, unos recursos que, en principio, suele atesorar. Se justificó sin más ante un lote complicado, sobre todo por parte del cuarto, un Avanto con mucha tela que cortar. Fue impreciso con los aceros y su tradicional tarde navarra se saldó con silencios de respeto.
Román topó con un tercero que, a la postre, fue el más deslucido y complicado del encierro gaditano. Se lio bastante con el descabello. Si tuvo opciones y reseñable entrega y valor ante el sexto, Puntero. Por momentos se acopló y conectó con el personal. La labor tuvo emoción en algunos pasajes, pero convirtió la suerte suprema con pinchazos y golpes de cruceta en una pitada general.
LOS TOROS
Herederos de José Cebada Gago. Corrida muy bien presentada, algún toro vareado. Astifinos y de buenas hechuras. Dieron distinto juego en varas, sobresaliendo el segundo, que e empleó con clase y fuerza y se durmió en el peto. Algunos, en exceso castigados. Toros con raza, tirando a genio. Tuvieron movilidad e interés durante toda la tarde. Descatadillos y sin mucha entrega por abajo cuatro y saliendo de los embroques mirando al tendido. Tuvieron buen fondo de casta para venirse a más los lidiados en segundo y el quinto lugar. El quinto, cárdeno claro, casi ensabanado, estrecho de sienes y armónico se creció en la muleta y fue, como el segundo, ovacionado en el arrastre. El sexto también tuvo posibilidades.
LOS TOREROS
Antonio Ferrera. (Blanco y oro). En el primero, estocada algo atravesada y y tres descabellos (silencio tras aviso). Y en el cuarto, estocada caída trasera y dos descabellos (silencio).s
Pepe Moral. (De tirita y oro). En el segundo, estocada delantera y caída (saludos tras aviso); en el quinto, estocada hasta la bola (oreja tras aviso).
Román Collado. (De sangre de toro y oro). En el tercero, cinco pinchazos y estocada corta (silencio); y en el sexto, dos pinchazos, estocada fea atravesada y cuatro descabellos (silencio).
LAS GRADAS
Presidencia. Cumpliendo su cometido con corrección, a cargo de Javier Leoz, concejal de Geroa Bai. Le asesoraron Ángel Erro (artístico) y Raúl González (veterinario).
Incidencias. Lleno aparente, con pocas entradas sin vender en la taquilla. Muy buen ambiente en tarde veraniega sin exceso de calor, 22 grados y ligera brisa.