PAMPLONA. La crisis no perdona la gruesa letra de la hipoteca,última deuda que dejan de pagar las personas en dificultadesy las situaciones más devastadoras se están viviendo entre familiasdonde uno de los miembros se queda en el paro. De hecho, la bancanavarra ha multiplicado por tres las demandas de ejecucioneshipotecarias ante el juzgado de primera instancia número 6. Laejecución hipotecaria es el procedimiento que permite al acreedor,generalmente bancos o cajas, subastar el inmueble que garantizabauna deuda impagada para recuperar su importe y los intereses.

La buena noticia es que desde su inicia el procedimiento hastaque culmina mediante la subasta la vivienda el deudor no se quedaen la calle. Y puede pasar bastante tiempo aunque mientras tantocrece la deuda al banco. Lo que ocurre es que el stock de viviendases difícil de absorber y los bancos no están interesados en malvenderlas viviendas cuyo valor de tasación está en este momento muypor debajo del valor real de mercado. Pueden pasar años.

El año pasado se presentaron un total de 451 ejecuciones hipotecariasfrente a las 178 del 2007, y en lo que va de año suman 338 enun crecimiento en avalancha. Por contra, el número de subastasapenas ha aumentado en los últimos dos años. "En todo el trimestresólo hemos celebrado tres subastas", admite José Alonso, secretariojudicial del Juzgado de Primera Instancia número 6 de Pamplona."Las pocas que salen se las queda el banco, pero lo mismo queel mercado está parado porque la gente no compra pisos, aquítambién ocurre lo mismo", remarca.

"Hay muchas ejecuciones que no llegan a subasta porque los bancosesperan a que lleguen tiempos mejores, a verlas venir.... Siel banco no pide que la vivienda salga a subasta no sale, esa instancias del banco que ejecuta la hipoteca. No tienen prisaporque saben que no van a poder venderla", reitera. Mientrastanto, el inquilino puede seguir disfrutando de su vivienda aunquesabe que prácticamente está en manos del banco hasta que no secelebre la subasta, y mientras tanto la deuda irá en "aumento".

En otras ocasiones las entidades financieras sacan a subastaporque tienen un posible comprador o, sobre todo en otras zonas,cuando cuentan con un stock inasumible, según fuentes de la banca.

"Hay viviendas que se tasaron muy por encima y ahora valen menosy nadie va a ofrecer una cantidad que sea adecuada para cubrirla deuda, es decir el importe del préstamo es superior a lo quevale la casa y a lo mejor no conviene venderla", indica. Es decir,si un particular compró la casa con una hipoteca de 140.000 eurosy ahora sale a 120.000 a subasta porque antes valía 150.000 peroahora no, al banco no le interesa venderla ahora sino esperarquizás dos años para ver si vuelven a subir y satisfacer la deuda.Por otro lado, la subasta implica unos gastos, publicación enel boletín, etcétera.

Hace dos años lo habitual en una subasta era encontrarse las"mismas caras", lo llamados subasteros, gente profesional quese dedicaba a la compraventa en un momento en que el mercadose revalorizaba por momentos. "Había pujas para ver quién dabamás, y se calculaba hasta la última peseta", señala Alonso.

"Ahora no se ven subasteros o financieros y particulares pocosporque tienen más dificultad para comprar y vender pisos", indica."Antes había menos préstamos impagados al no haber una situaciónde crisis económica, ahora tenemos más ejecuciones hipotecariaspero las subastas serán más o menos las mismas", apostilla.