huesca. El ganadero y guarda forestal Santiago Mainar insistió ayer en su inocencia en el asesinato del alcalde de Fago, Miguel Grima, y explicó que se inculpó "para llamar la atención" y tras llegar a un acuerdo con la Guardia Civil para que dejaran de presionar a los vecinos de la localidad oscense.
En la primera jornada de la vista oral por el crimen de Fago, ocurrido en el mes de enero de 2007, el único acusado respondió a las preguntas del fiscal, de los abogados de la acusación y de su letrado durante poco más de dos horas y media. "No he matado a nadie, no he matado a nadie", repitió Mainar, quien explicó que consideró un "deber ciudadano" autoinculparse, ya que "lo que se ha consentido en Fago, por parte de los partidos políticos y de los juzgados, es inadmisible en un Estado de Derecho y en una democracia".
Sobre las incoherencias de su primera declaración, insistió en que estuvo varias horas en un calabozo, "sin luz, sin comida, con un agua seguramente con algún tipo de barbitúrico". "La lucidez mental y la claridad mental" en esos momentos era "escasa", apuntó Mainar, quien comentó que los hechos los basó en "un guión mental de tres semanas", es decir, en la información que conocía porque había sido publicada en los medios de comunicación o por comentarios que le hicieron terceras personas (cazadores, periodistas o vecinos), a quienes no identificó.
También comentado que es una persona acostumbrada a la lectura y a novelas policíacas, por lo que fue ideando una función teatral y "acomodando" su "invención a la realidad".
llama "alterado" a la víctima Sobre su relación con el alcalde, dijo que era inexistente desde hace unos años por diferencias sobre la forma de gestión que debía llevarse a cabo en el pueblo y agregó que en su opinión era una persona "con algún tipo de alteración". Estaba "indignado" con el alcalde. "Ante la arbitrariedad me indigno", recalcó, al tiempo que explicó que se limitó a diferenciarse de sus "fechorías".
No obstante, en respuesta a las preguntas de su letrado, afirmó que aunque él no estaba de acuerdo con la gestión "arbitraria y caciquil" del alcalde, su manera de resolver los problemas y las diferencias es el diálogo y la palabra.
La defensa hizo especial hincapié en las declaraciones del médico vasco que afirmó haber visto al asesino en la carretera poco después de haberse cometido el crimen, una persona alta, con voz ronca, de tez morena, características completamente diferentes a las de Santiago Mainar, dijo el letrado de la defensa, Marcos García-Montes, quien cuestionó, asimismo, las condiciones en las que el procesado prestó declaración o la forma en que la Guardia Civil le tomó muestras para las posteriores pruebas periciales y de ADN.
El ganadero justificó la presencia de sus huellas en el coche del alcalde asesinado al verse obligado a moverlo, el mismo día del crimen, porque éste lo había dejado aparcado, con las puertas abiertas y las llaves puestas, en la puerta del garaje de Mainar, mientras que dijo que los restos de pólvora en sus manos se deben a su trabajo diario (como recoger casquillos en el monte), ya que aseguró que hace años que no dispara una escopeta.
El hecho de que Mainar sea zurdo, las cataratas que sufre en uno de sus ojos, la imposibilidad de andar durante cuatro horas por el monte, después de haber abandonado la cazadora tal y como dijo en su declaración, por el frío intenso; o la posibilidad de que el alcalde de Fago volviera a casa por la nueva carretera y no por la de Majones han sido otras de las cuestiones a las que se ha referido García-Montes para tratar de cuestionar el testimonio inculpatorio de su cliente.
contradicciones, según la defensa Al finalizar la declaración los abogados de la acusación coincidieron en resaltar las contradicciones en que a su juicio incurrió Santiago Mainar, quien no ofreció una explicación "suficiente y razonable". Según Enrique Trebollé, el letrado de la familia, Mainar ha demostrado que conocía unos "datos objetivos" que sólo podía saber "quien estaba en el escenario del crimen", ha señalado y ha rechazado que hubiera irregularidades en la toma de declaración que la Guardia Civil practicó a Mainar el día de su detención, el 2 de febrero de 2007.