pamplona. ¿Tienen las minorías derecho a ser tratadas de forma diferente? La sentencia del Tribunal de Estrasburgo que reconoce el derecho de una mujer a cobrar pensión de viudedad pese a estar casada sólo por el rito gitano así lo aconseja. En Navarra, nueve de cada diez gitanos se casan por el milenario ritual de la comunidad romaní, pero también por lo civil para no verse obligados a renunciar a las prestaciones que brinda el Estado o el Gobierno foral, pero esto no ha sido siempre así. "Son los más jóvenes, las parejas que se casan desde hace diez años, los que de forma generalizada y mayoritaria utilizan en la Comunidad Foral ambas fórmulas", explica la responsable en Navarra de la Fundación Secretario Gitano, Inés García.

La sentencia del Tribunal de Derechos Humanos ha sido recibida con satisfacción por las asociaciones navarras que trabajan con el colectivo romaní. "Es un logro y las gitanas se sienten orgullosas de lo que ha conseguido esa mujer. Ha sido una bomba, sobre todo entre las personas mayores, porque muchas de ellas sólo están casadas por el rito gitano, aunque estas parejas se consideran un matrimonio", señala Yoli Amador, agente de salud de La Majarí.

"Ahora los jóvenes contraen matrimonio también por lo civil, pero no porque lo sientan sino por evitarse problemas. Además, hay gitanos que por fidelidad a sus costumbres no se quieren casar ni por lo civil ni por lo religioso, aunque yo les aconsejo que lo hagan porque sino pueden tener dificultades con las pensiones, los permisos de trabajo, las solicitudes de vivienda, la tarjeta sanitaria...", añade. "Para ellos, lo importante es su rito, por eso son muy pocos los que se casan por la Iglesia, y también por eso pueden tardar meses e incluso años en inscribir el matrimonio en el Registro Civil", destaca a este respecto Inés García.

El presidente de la Fundación Secretariado Gitano, Isidro Rodríguez, de visita esta semana en Pamplona para participar en las Jornadas de Exclusión y Ciudadanía organizadas por la UPNA, matizó, no obstante, que la decisión de Estrasburgo, que obliga al Estado indemnizar a María Luisa Muñoz con 70.000 euros por atrasos en el pago de la pensión desde 2000 y por perjuicio moral, no supone que se reconozca la boda gitana como unión de pleno derecho. "No dice que tenga efectos civiles sino que corresponde a los Estados regular cómo deben registrase los matrimonios. Lo que aprecia la sentencia es que cuando se casó María Luisa no había otra posibilidad de hacerlo que por la Iglesia, que su unión era de buena fe, se consideraba legalmente casada a todos los efectos, y que la propia Administración española al entregarle el Libro de Familia estaba oficializando esa unión, que duró 30 años, con 19 años de cotización a la Seguridad Social", explica. "De la sentencia se deduce que la Seguridad Social debe valorar los casos de las personas gitanas que se encuentren en la misma situación que ella, pero no significa que se vayan a reconocer derechos a quienes se casaron cuando ya había posibilidad de hacerlo por lo civil o de inscribirse en el registro de parejas de hecho", apunta.

El reconocimiento del rito gitano, según los expertos, no ofrecería dificultades técnicas pues no supone ningún obstáculo insalvable a lo dispuesto en el Código Civil, máxime cuando el Estado ha otorgado el reconocimiento a las nupcias musulmanas, judías o evangélicas. En la legislación española los matrimonios distintos del civil y celebrados por otra clase de ritos no producen efectos civiles, a excepción de aquéllos que tienen lugar en alguna de las formas religiosas aceptadas expresamente por el Estado y por tanto inscritos en el registro civil. No obstante, para percibir la prestación de viudedad, tal como establece la Ley, las uniones de otros ritos pueden inscribirse en los registros específicos o formalizarse mediante documento público, como sucede con las parejas de hecho. La Seguridad Social reconoce pensión de viudedad a las parejas de hecho, con independencia del rito por el que se haya celebrado su unión, desde 2008.

En Navarra, sin embargo, no son muchas las mujeres en situación similar a la de Muñoz. "Son casos contados porque hay poquísimos gitanos en Navarra que cotizaran hace 20 años. Aquí lo que sí se da son viudas que cobran pensiones no contributivas", señaló García, quien recordó que la discriminación aún existe y puso como ejemplo el caso de una joven navarra que ha recurrido a los tribunales su despido "por ser gitana". Casos como éste hacen que las asociaciones llamen a los gitanos a exigir sus derechos ante la ley.