Emotiva llegada a Pamplona de los cuerpos de los tres montañeros fallecidos en la avalancha
Los funerales de txomin y Santiago eugui y unai isasi se celebrarán hoy en San francisco JavierDecenas de personas se reúnen en el Tanatorio San Alberto para acompañar a las familias de las víctimas
Enviada Especial
jaca. Txomin y Santiago Eugui Martinicorena y su cuñado Unai Isasi Pérez cubrieron ayer por última vez el trayecto Jaca-Pamplona y lo hicieron en féretros. Los tres deportistas no regresaron a la capital navarra, como en otras ocasiones, conduciendo sus vehículos particulares, cargados con equipos de esquí y material de montaña, lo hicieron sin vida, tras habérsela dejado el sábado en el pico Collarada. La imponente soledad de esta cumbre destacaba ayer entre las montañas del Pirineo Occidental y servía de telón de fondo al Tanatorio Municipal de la capital de la Jacetania, donde los cadáveres de las víctimas de la violenta avalancha del sábado permanecieron unas veinte horas tras su rescate.
Durante este tiempo, el médico forense realizó las preceptivas autopsias. El examen anatómico, que comenzó hacia las doce del mediodía, se prolongó durante una hora y media, unos treinta minutos por cada cuerpo. Los cadáveres de los esquiadores presentaban importantes lesiones lo que pone de manifiesto la violencia del alud que los arrastró, de unos 400 metros de longitud, según explicó el forense, quien añadió que la autopsias, como suele suceder en este tipo de accidentes, no presentaron excesivas dificultades.
Pocos minutos después de la llegada del forense al tanatorio, Michel Bernabé, especialista en Medicina de Urgencia en Montaña y allegado de la familia, cumplió con el doloroso trance de identificar a las víctimas. Los familiares de los esquiadores, que no pudieron velar los cuerpos durante la noche, no quisieron que los féretros partieran hacia Pamplona sin gozar de una simbólica despedida. Haciendo gala de gran entereza, el padre y suegro de los fallecidos, Txomin Eugui Otermin, en compañía de Iosu Arlabán, cuñado de una de las víctimas, se acercó al tanatorio, donde las conversaciones de los familiares de otros fallecidos giraban en torno al trágico accidente de los navarros, y con gran discreción acompañó durante unos minutos los restos mortales de las víctimas.
Una vez obtenido el correspondiente permiso de enterramiento, los empleados de la funeraria El Paraíso cargaron los ataúdes en dos coches que partieron hacia Pamplona poco antes de las cinco de la tarde. Atrás quedaban los apartamentos en la estación de Candanchú, donde tantos fines de semana los fallecidos disfrutaron con sus familias de dos de sus aficiones favoritas, el esquí y la montaña.
fotografías en los ataúdes Tras recorrer los algo más de cien kilómetros que separan la localidad oscense de la capital navarra, los restos de los tres familiares fallecidos llegaron, pasadas las seis de la tarde, al Nuevo Tanatorio San Alberto de Pamplona, donde fueron recibidos por sus familiares y amigos.
Estos compartieron un emotivo velatorio de los tres montañeros muertos, una ceremonia íntima y reservada sólo interrumpida por el llanto de los más cercanos. El grueso de las condolencias se dirigieron a la madre, Elena Martinicorena García-Mina, y al padre de los hermanos Txomin y Santiago, que recibió todos y cada uno de los abrazos con serenidad. Los tres féretros fueron velados en cajas mortuorias cerradas, sólo identificadas por las fotografías de las víctimas.
La afluencia fue constante lo largo de la tarde en las dos salas habilitadas en San Alberto para dar un último adiós a las víctimas. El tanatorio congregó a decenas de personas, muchas de ellas con apellidos comunes, dada la extensa familia a la que pertenecían los tres montañeros muertos, así como a representantes de Manos Unidas, organización de la que era delegada la madre de los dos hermanos fallecidos, y muchos rostros jóvenes de la amplia red de amigos de sus cuatro hijos (Txomin, Santi, Mª Luisa y Laura) y el propio Unai Isasi Pérez, natural de Arriagorriaga (Vizcaya).
La inhumación de los restos mortales tendrá lugar hoy a las 13.30 horas en el cementerio de Pamplona y por la tarde, a las 19.00 horas, se oficiará un funeral conjunto en la Iglesia de San Francisco Javier.
En su sesión de ayer, el Gobierno foral expresó sus condolencias a los familiares de los tres fallecidos, experimentados montañeros, según recordaron desde la Sociedad Cultural Deportivo Recreativa Anaitasuna, a la que pertenecía uno de ellos.
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