Decenas de personas se congregaron este viernes 15 de agosto en Roncesvalles y en el alto de Ibañeta para participar en los actos de “Orreaga 778”, una jornada anual de conmemoración de la batalla de Roncesvalles, considerada un hito clave en la memoria histórica vasca. El evento, organizado por la Fundación Orreaga y la asociación Etxabarrengoa Elkartea de Garralda, combinó historia y reivindicación identitaria con una siempre fiel participación ciudadana.
Los actos comenzaron a las 12:00 horas en Orreaga/Roncesvalles, con la bienvenida por parte de Nere Ubau, que dio paso a un aurresku bailado por Maider Zalba y Oier Zaldua y una ofrenda floral frente al monumento de la Batalla de Roncesvalles.
Después, Koldo Amatria, de la Fundación Orreaga, intervino para recordar la inauguración el pasado año de un monumento en Luzaide “gracias a la voluntad popular” que representa los tres grupos que participaron en la batalla del 778 y donde también está representado el nacimiento del futuro Reino de Pamplona. “Pero en este país quedan muchos monumentos aún y hay que recordarlo a la gente que ha hecho que este país no sea libre, soberano ni independiente”, dijo Amatria mencionando el monumento de San Ignacio de Loyola, el monolito erigido a Roldán o la placa al militar Garcilaso de la Vega. Asimismo, también trajo a colación el monumento a Los Caídos, manifestando su postura contraria a su resignificación y la exigencia de que “se debe derribar inmediatamente por toda la simbología que eso conlleva”.
MEMORIAL EN IBAÑETA
Además, Amatria también adelantó y celebró que este mismo año comenzarán las obras de la construcción de un memorial en honor a la Batalla de Roncesvalles en el Alto de Ibañeta. “Tenemos una aportación del Gobierno de Navarra y el proyecto consistirá en una serie de paneles explicativos para mostrar las circunstancias que rodearon a la Batalla y lo que supuso para Navarra”, concluyó. Tras unos bertsos de Laka y Ricardo, el historiador y director del Centro de Estudios Vascos de la Universidad de Nevada, Xabier Irujo, tomó la palabra brevemente para recordar, en euskera, la importancia del pueblo vascón.
“Dicen que somos un pueblo pequeño, pero somos un pueblo muy grande y muy paciente con una gran historia de 40.000 años. Ahí hemos estado 400 siglos y nosotros somos la consecuencia de ello y de nuestros antepasados”, expuso, valorando los pequeños pasos que se han ido dando hasta ahora y para los cuales “seguirán luchando” para reconocer su historia.
El acto en Roncesvalles concluyó con la participación del grupo Pirinio Kantuz y continuó más tarde a las 13:00 en el Alto de Ibañeta. Allí, miembros de la coordinadora Biltzarre y otros colectivos conmemoraron en un acto simbólico y cubriendo el monumento a Roldán, la soberanía y la resistencia de los vascones en los hechos históricos del año 778.